Este lunes, efectivos de la Guardia Civil de Almería y Equinac han realizado la suelta de Rampete, un ejemplar de tortuga boba ‘Caretta caretta’. El réptil ha sido devuelto a su hábitat en frente de Vela Blanca en Cabo de Gata, tras tres meses de recuperación en el centro de Equinac.
La devolución se ha producido desde la embarcación ‘Río Almazora’ de la Guardia Civil. El barco ha zarpado desde el Puerto de Almería hasta Vela Blanca. Lugar donde se recogió al animal, a unas seis millas de la costa como ha afirmado Antonio Ruiz, Capitán del Puerto de San José.
Las condiciones óptimas para la suelta
Las condiciones óptimas para devolver a esta especie al mar son importantes. Por eso, como aclara la coordinadora de Equinac “si se cogen en invierno esperamos a soltarlas en verano porque hay una explosión de medusas y tienen más facilidad de encontrar alimentos, y al ser un reptil la temperatura influye en el metabolismo, y si lo hacemos en invierno podemos ralentizarlo. No les pasa nada por estar un tiempo en cautividad porque no crean dependencia, ni afinidad con el ser humano”. Debido a las constantes variaciones climáticas, Morón no descarta que en consecuencia de este cambio en la temperaturas y condiciones del mar se lleguen a ver variedades de tortugas de carácter tropical.
La tortuga boba fue rescatada el 2 de abril. El capitán del puerto fue el que la avistó encima del agua. Le quitó los escaramujos y al ver que no podía irse avisó al centro de Buceo Ibsu de San José, personal que ha acudido a la suelta. Inmediatamente después, el animal fue rescatado e ingresado en el centro Equinac para su recuperación.
Recuperación
Una recuperación que ha durado entorno a 3 meses. Rampete llegó con una profunda anemia y defecando plástico durante una semana. Eva María Morón, coordinadora de Equinac añadía que “venía muy desnutrida, muy débil de no comer y de no alimentarse correctamente en el mar. Se ha tenido que recuperar de la anemia fuerte con medicación, hidratación y suero. Después se le dio comida forzada, porque al principio no quieren comer solas. Al final comía sola y ha cogido el doble de peso, creciendo lo suficiente para devolverla al mar”.
Tras su periodo de recuperación de tres meses, Rampete vuelve en condiciones de incorporarse a la vida marina. Su especie es de las más grandes de tortugas marinas en tamaño, llegando hasta una longitud de 1,2 metros.
Las principales amenazas para la tortuga boba son las redes de arrastre, palangres, nasas, pero sobretodo el plástico en el mar, como comenta Morón. “Es un problema importante, las tortugas las confunden con medusas y se lo comen. Todas las tortugas que ingresan se tiran unos días defecando plástico. Una de las pocas tortugas que se nos ha muerto tenía una obstrucción intestinal muy fuerte por plástico y además, llevaba un vale de descuento de un euro”, dice. Esta especie está incluida en el catálogo español de especies amenazadas como vulnerable.
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