Miles de almerienses sufren noches sin sueño por el calor

La noche y la madrugada de este pasado lunes han estado entre las más calurosas de lo que va de año, las más cálidas en realidad contando las primeras horas de una madrugada sofocante en la que para miles de almerienses fue muy difícil conciliar el sueño.

Un sofoco que provocó además uno de los picos más altos de consumo energético en horas nocturnas debido al uso generalizado de los aparatos de aire acondicionado en los hogares que tienen la ventaja de contar con ellos.

La jornada del lunes ya fue de muy altas temperaturas, alrededor de los 38 grados centígrados, pero es que la caída de la tarde no supuso un descenso significativo de las temperaturas. En observaciones realizadas por este periódico (a las que corresponden las fotos) se aprecia que sobre las dos de la madrugada aún persistían en varios puntos de la capital temperaturas de entre 32 y 34 grados.

Umbral del sueño
Los meteorólogos explican que esas temperaturas impiden dormir a un alto porcentaje de los ciudadanos al situarse por encima del llamado ‘umbral del sueño’, que estima que por encima de los 25 grados es difícil dormir.

La tónica de las temperaturas de ayer llevaba a la capital hasta los 42 grados, uno de los registros más altos en lo que va de año. Sin embargo, la llegada del viento de poniente rebajó ese dato hasta los 36 grados por la tarde.

Lo que Eduardo Romay, analista almeriense del clima del colectivo Cazatormentas, descartaba ayer es que, como se ha dicho en  boletines informativos, fuera aire sahariano; es simplemente el famoso levante de Almería.

Efecto Isla de Calor

Las mediciones oficiales de las temperaturas de Almería capital no se realizan en el casco urbano sino en la estación meteorológica situada en el aeropuerto.

Sin embargo con frecuencia la ciudad presenta registros superiores, es lo que los expertos denominan efecto ‘Isla de Calor’ que se produce por acumulación de calor por los edificios de hormigón o el asfalto, que se enfrían más lentamente, y por las emisiones de calor de vehículos y aires acondicionados. Ese efecto es más patente por las noches y aporta grados al termómetro.