Todo almeriense o visitante que conozca el entorno de Retamar-El Toyo ha caminado por el Paseo Marítimo o por la Plaza del Mar, uno de los principales centros de ocio del barrio periférico de la ciudad. Un espacio, este último, con elementos singulares, entre los que se encuentra la iluminación de los alrededores, una de las más peculiares que se puede encontrar en Almería.
Las farolas, de un marcado sello innovador, conforman una curiosa postal. Las columnas de luz se abren paso a través del camino cercano a la playa y a los hoteles. De color pardo, su diseño se aleja del concepto de poste de luz. De hecho, no presentan una forma tan espigada y su figura alcanza la talla de un hombre alto.
Las luces que desprende la estructura difiere de las amarillas. Un color blanco aporta un matiz diferente a un ambiente que rememora a un paisaje rural más que urbano.
Estos objetos se encuentran recubiertos por una rejilla metálica que protege las luces LED de su interior. Los más originales y atrevidos las llegan a asociar con luciérnagas cuando se observan a lo lejos. La perspectiva que dibujan cuando son observadas por la noche recuerda en cierta medida a estos animales.
Igualmente, sorprende la alta densidad de los faroles, lo que genera una especie de bosque de luces desordenadas. Numerosas se entrecruzan y no presentan una distribución clara. De hecho, los ciudadanos pueden hallar un mayor o menor número de estas según la zona de la explanada que transiten.
Cada año miles de turistas, muchos procedentes de otros países, se alojan en los hoteles aledaños. Los visitantes disponen de unas vistas privilegiadas a la par que diferentes de este espectáculo lumínico. Así pues, se genera una esfera blanca a su alrededor que contrasta con una leve oscuridad unos metros más adelante.
Estas farolas se enmarcaron dentro del proyecto de urbanización de la Plaza del Mar. Las obras fueron adjudicadas a Fomento y Construcciones y Contratas. Iniciadas en 2002 bajo la alcaldía de Martínez Cabrejas, finalizaron en el mandato de Luis Rogelio Rodríguez-Comendador en el verano del 2005.
La Plaza del Mar: centro de ocio
Desde su inauguración en el verano de 2005 con motivo de los Juegos Mediterráneos de Almería, la Plaza del Mar se ha convertido en un referente en el ocio de la ciudad. En verano se produce una mayor afluencia, aunque en invierno los negocios no cierran. Una heladería, bares de tapas, restaurantes, pizzerías, cafeterías e incluso una discoteca ofrecen sus servicios. Aún así, un empresario de Pita Aventura, con sede allí, afirma que las empresas de la plaza ven escasa la iluminación en la rampa que da acceso a este enclave.
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