La sociedad almeriense arropó a la familia de Ana Dolz Utrera, titular de la Farmacia Utrera, ubicada en el Paseo de Almería 58, fallecida el pasado día 24 de julio, a punto de cumplir los 48 años, en la misa de funeral por el eterno descanso de su alma que tuvo lugar el jueves, día 29, en el Santuario de la Virgen del Mar. Misa que presidió el prior de la Comunidad Dominicana, fray José Barrado Barquilla, Orden de Predicadores.
En su homilía, fray José Barrado, tras agradecer la presencia a los numerosos asistentes que llenaron el templo de la Patrona, rememoró que la muerte, a unos llega antes y otros después y de distintas maneras, “pero la muerte es una realidad que tenemos que experimentar todos. Hay muertes y muertes, las de aquellas personas que creen que después de la muerte no hay nada más, todo se acaba con la muerte. Hay otras personas, que siguiendo aquella frase de Antonio Machado: ‘La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos’. Y nosotros, los creyentes, creemos que la muerte es un encuentro con Jesús Resucitado y que Cristo resucitó, precisamente para que nosotros también resucitemos y tengamos una vida eterna y una vida feliz”, manifestó en su homilía el prior de la Comunidad Dominicana, fray José Barrado Barquilla, OP, añadiendo que eso es lo que los familiares, amigos, parientes de Ana “deseamos para nuestros difuntos”.
Al concluir la misa, el esposo de Ana Dolz, Ricardo Fernández Sevilla, destacó a LA VOZ que “Ana era ejemplar como esposa y como madre”. La misma definición de “ejemplar como hermana” como la definió su hermano, Francisco Dolz Utrera.
La madre de Ana Dolz, Ana María Utrera, ha vuelto a retomar su actividad como farmacéutica de la Farmacia que le cedió a su hija. Para Ana María, su hija Ana era todo cariño, “para ella todo estaba bien”, expresaron los familiares de la farmacéutica.
Por su parte, Miguel Vicente, que lleva trabajando en la Farmacia Utrera desde hace más de 36 años, destacó que para él, “Ana era más compañera que jefa. Tenía un carácter muy dulce, con carácter, pero intentaba solucionar los problemas más con diálogo que con discusiones. Era un pedazo de pan. Una bella persona por dentro y por fuera”.
La presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Almería,se sumó al acto del que LA VOZ se hace eco rememorando que “no tuve el placer de poder conocerla a fondo, pero tengo la absoluta certeza que ha sido una excelente profesional, aprendiendo el día a día de la profesión al lado de su madre, Ana María Utrera, una excelente compañera, apreciada mucho por todo el gremio y una bellísima persona. Nos duele que nos haya dejado tan pronto”, expresó la presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos, Gema Martínez Soler, añadiendo “todo nuestro apoyo y cariño para la familia”.
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