“No, no nos podrán parar”. Así respondía ayer la Mancomunidad de municipios ribereños de los embalses de Entrepeñas y Buendía, en Castilla la Mancha, al 'reto' lanzado por los consejeros de Agricultura de los gobiernos de Andalucía y Murcia, que expresaron su unión para defender con todas sus fuerzas el trasvase del Tajo, que también es nutrido por los embalses mencionados.
Estos municipios han querido responder expresamente a la consejera de Agricultura de la Junta de Andalucía, la almeriense Carmen Crespo, a la que trasladan que siguen firmes en su intención de frenar el trasvase, al considerar que pone en peligro su subsistencia.
Contra la codicia La Mancomunidad, que tendrá voz en la mesa de explotación del Trasvase, “representará los intereses del Tajo frente a la codicia de la agricultura industrial, defendiendo el patrimonio de todos los españoles. El agua no es como los hidrocarburos y no debe valorarse jamás su rendimiento económico por encima del medioambiental; la supervivencia del río y de las especies que lo habitan, así como el agua para boca, debe primar siempre”, defiende su presidente, Borja Castro.
La asociación de pueblos de Castilla añade, en una nota enviada a los medios de comunicación, que “la inminente llegada de los municipios ribereños a la mesa de explotación del Trasvase Tajo – Segura levanta ampollas entre aquellos políticos obstinados en primar el interés económico de un lobby pequeño pero poderoso frente al patrimonio de todos los españoles. La última en sumarse al carro ha sido Carmen Crespo”, señala.
Aguatenientes “La ley es clara en cuanto a la prioridad de todos los usos de la cuenca cedente (incluidos los recreativos), pero no quieren que se nos escuche; quieren ser ellos quienes marquen cuáles son nuestras necesidades, siempre supeditadas al interés económico de una industria alejada del agricultor tradicional, que tampoco tiene acceso al agua”, clama el presidente de la Mancomunidad y vicepresidente de la Asociación, Borja Castro.
“El problema no es la falta de agua, el problema es que unos pocos aguatenientes han hecho de la agricultura de regadío una industria insostenible, sobrexplotando recursos, multiplicando hectáreas y cosechas a base de fertilizantes y agua subvencionada, convirtiendo el Levante en un páramo, envenenando el Mar Menor, secando el Tajo y arruinando a nuestros municipios; cuyo uso recreativo de los embalses está priorizado por ley, porque fue a lo que nos abocaron tras inundar nuestras mejores tierras de labranza”, lamenta Castro.
"Sin el trasvase no habría problemas"
La presidenta de la Asociación de Municipios de la ribera de los embalses de Guadalajara y Cuenca, María de los Ángeles Sierra, ha respondido también a Carmen Crespo, cuando afirma que el final del Trasvase no garantizaría el suministro de agua para los ribereños. “Estos embalses están construidos para el abastecimiento de agua y el suministro eléctrico, son de gestión plurianual y, si no fuera por el Trasvase, podrían soportar hasta cinco de años de sequía… claro que sin el Trasvase no tendríamos problema de abastecimiento, el problema es que por su avaricia, no por la sequía, nuestras tuberías se encuentran a kilómetros del agua”.
La alcaldesa de Cañaveruelas también recuerda a la consejera que el precio que pagan los regantes por el uso del Trasvase no es para infraestructuras “sino para costear la obra del propio Trasvase, en muy cómodos plazos, con la financiación de todos los españoles”.
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