Es madrileña, licenciada en Derecho, roza sin llegar los 30 y antes de que Abascal la llamara para encabezar la lista de Vox al Congreso por Almería se dedicaba a su familia y a la traducción literaria. Debatir le encaja como anillo al dedo y despliega sin titubeos ni complejos el ideario de su partido.
Viene de Ciencias, pero estudió Derecho. No procede de la política, pero aspira a repetir escaño en el Congreso. Rocío De Meer era una perfecta desconocida en la política local hace menos de un año. Hoy le pone cara a la opción que más ha agitado el panorama nacional en los últimos tiempos con un discurso provocador que ha hecho saltar por los aires la corrección política.
¿Qué espera de esta repetición electoral? ¿Cómo cree que le va a ir a usted y a su partido?
Yo no soy muy buena adivina. Suelo fallar.
¿Qué predijo el 28A?
Predije más y fallé. Pero sí es verdad que veo cosas muy bonitas en la gente que nos rodea. Antes veía más euforia, ahora veo más esperanza. En general la movilización es más estable, hay más confianza. Antes existía un factor de incertidumbre en Vox y ahora se ha visto el trabajo en el Parlamento de Andalucía, en las instituciones europeas, se ha visto a Santiago [Abascal] en el atril del Congreso y creo que eso nos puede beneficiar.
¿Y los números, las encuestas, qué les están diciendo?
Las encuestas han dicho un poco de todo, desde las que nos dan muy poquito hasta la del CIS que ha dicho que nada. Y sin embargo, algunos nos dan 30 escaños o incluso cuarenta.
¿Tienen una propia?
No, no tenemos. No trabajamos con encuestas. Como sabemos que son un poco instrumento de dirección de voto, les damos la importancia justa, la analizamos como estrategia, pero no le damos credibilidad.
¿Qué sectores de votantes pueden aún captar?
Es que nosotros decimos siempre lo mismo. No hemos cambiado el mensaje. Nuestro sector de voto es absolutamente transversal. Se vio muy claramente en las elecciones andaluzas. Recibimos lógicamente del voto del PP más conservador, pero también muchísimo voto de la izquierda, fundamentalmente de entornos rurales, que se ha visto desprotegida en sus costumbres, en sus tradiciones. Recibimos muchísimo voto de la abstención también. Es un voto realmente transversal, aunque la gente no se lo crea.
¿Sigue Vox en ascenso o se ha estabilizado en cuanto a intención de voto?
Creo que no estamos en el ascenso vertiginoso del principio. Cuando pasas de la nada a algo, es un pico muy elevado. Ahora mismo estamos intentando afianzar nuestra estructura, pisar firme y al mismo tiempo, sí hay un pequeño ascenso, fundamentalmente en la confianza.
¿Les puede pasar como a otros emergentes y sufrir un rápido desgaste?
Vox es un partido como otros, formado de personas. Y las personas nos equivocamos, pero a veces también acertamos. Lo que intentamos transmitir con Vox es que para nosotros Vox no es la panacea. Es únicamente el instrumento que queremos utilizar para llegar al bien común de los españoles, para que de una vez por todas se defienda la unidad de España, se defiendan las cosas que muchísimos españoles estaban diciendo en su casa, y que hasta ahora nadie se había atrevido a defender. Abrir todos los debates que estaban proscritos en la sociedad. Como partido tendrá sus más, sus menos, atravesará ríos y fangos. Es lógico. Es una estructura humana y los humanos nos equivocamos.
Si Vox no es fin, sino instrumento, ¿su sentido sería desaparecer si consiguieran esos objetivos?
Sí, lógicamente. De todas maneras, creo que tanto usted como yo sabemos que se imponga el ideario de Vox exclusivamente, por encima del resto de partidos, es una quimera, un imposible.
En las anteriores generales, y antes en las andaluzas, Vox dio la campanada. ¿Cuál cree que es su punto de conexión con los votantes?
Yo creo que la claridad. La gente aprecia la claridad de ideas y el sentido común. Mucha gente nos dice, incluso desde las antípodas ideológicas, no os voy a votar, pero agradezco que decís lo que pensáis. Es de alguna manera el revertir la dictadura de lo políticamente correcto. Y eso la gente lo aprecia. Y yo creo que es uno de nuestros factores clave.
¿Cómo percibe que es el votante medio que han tenido en Almería? Se identifica con la agricultura. ¿Es así?
Creo que hay votantes de todos los tipos, la verdad. No sabría decirle una media, pero es verdad que a lo mejor en el sector de la agricultura sí que agradecen nuestra claridad en cuanto a la protección de nuestro sector primario frente a la competencia desleal. Agradecen que pongamos encima de la mesa en las instituciones europeas que nuestros productos nacionales hay que cuidarlos mejor. Creo también que en el tema de inmigración hemos conectado con muchísima gente que está sufriendo en sus carnes la inmigración ilegal, fundamentalmente en El Ejido, en Campohermoso, zonas de grandes concentraciones de inmigración ilegal.
¿De alguna manera la situación actual que estamos viviendo de crisis de precios le viene bien a su mensaje?
Esta es la pregunta capciosa. ¿Cuando a la gente le va mal a vosotros os va bien? Lógicamente no queremos que a la gente le vaya mal, porque precisamente defendemos proteger de todas estas injusticias y revertirlas. Yo transformaría la pregunta en el sentido de que no quiero que a nadie le vaya mal. Es precisamente por eso por lo que lucho. Si a mí me va mejor o peor como política… mire, es que yo no soy política. Ahora lo soy, evidentemente, pero no vengo del mundo de la política y no espero vivir de esto. Si a la gente le fuera mejor y yo tuviera que desaparecer, me voy por donde he venido. Lo primero es defender los intereses de los españoles.
¿Qué ofrece Vox a los votantes almerienses, además de las cuestiones generales, como las agrícolas o de inmigración?
Las cuestiones agrarias son complejas, y hemos presentado muchas iniciativas al respecto. Pero también ofrecemos algo muy importante para la provincia de Almería y es retomar el Plan Hidrológico Nacional. Poner encima de la mesa que el agua es de todos los españoles, esté donde esté situado geográficamente. También ofrecemos, que les interesará a los almerienses exactamente igual que al resto, plantar cara a la ideología de género, y decir alto y claro que la violencia de género no existe, que existe una violencia intrafamiliar, que puede ser ejercida de la misma manera por un hombre o por una mujer, y que la víctima no necesariamente es una mujer, sino que como acabamos de ver en el último suceso de El Ejido, la víctima puede ser un niño de siete años y no es menos víctima por ser varón.
Las estadísticas dicen que mayoritariamente son mujeres con una diferencia aplastante.
Pero por el hecho de que la estadística diga que mayoritariamente son mujeres, no valen menos las víctimas varones o las víctimas niños, también hay víctimas de violencia intrafamiliar, por ejemplo, de personas mayores. Nosotros queremos ampliar el espectro y proteger [enfatiza] a todos. Además, se ha visto claramente cómo la Ley Integral de Violencia de Género no ha conseguido que haya menos víctimas. Nosotros además queremos poner encima de la mesa la cadena perpetua para los asesinos y violadores, sean hombres o sean mujeres.
¿Qué plantean en relación con las comunicaciones y el AVE?
Almería es prácticamente una isla, y nosotros además creemos que uno de las principales motivos de este aislamiento de Almería es precisamente el sistema autonómico. Almería está tan lejos de Sevilla como de Madrid. Creemos que el sistema autonómico es un fracaso y que nos ha afectado mucho a Almería. En cuanto al AVE por supuesto que haremos todo lo que esté en nuestra mano para que se ponga en marcha lo antes posible porque es una ignominia que se tarde muchísimo más en venir a Almería desde Madrid que ir a Canarias.
¿Plantearán desde el Congreso una reforma de la Constitución para terminar con el Estado autonómico?
Por supuesto. Lógicamente el desmantelamiento del Estado de las autonomías no es algo que se pueda hacer de inmediato, de golpe y porrazo, pero sí queremos progresivamente devolver las competencias más importantes al Estado central, empezando por la educación y sanidad. La educación en concreto, es uno de los de los alientos de la principal crisis que vivimos en España, que es la crisis de Cataluña.
Ya se ha estrenado como diputada en una brevísima legislatura, ¿qué ha vivido en esta experiencia?
A nivel personal una decepción profunda en cuanto a la clase política, porque esta XIII Legislatura por capricho del presidente Sánchez nacía muerta. Lo dice su propio lema, Ahora Gobierno, ahora España. Y parece que pega una tercera frase: “antes era broma”. Considero que ha jugado con los españoles y con las iniciativas que todos estábamos llevando a cabo. A nivel de equipo, lógicamente la novedad. Somos un partido nuevo, y hemos tenido que adaptarnos y aprender. Seguramente al principio hemos estado mucho más lentos. Septiembre ya ha sido un mes en el que estábamos más afianzados, e íbamos cogiendo el ritmo del Congreso. A nivel familiar sí he sufrido como madre la distancia de mis hijos. Es un balance negativo para los españoles, en el sentido de que ha sido una legislatura absolutamente estéril, pero positivo porque ha habido una irrupción de Vox, ha habido un discurso y hemos defendido lo que pensaban tres millones de españoles en sus casas y que nadie se ha atrevido a defender hasta ahora.
¿Qué le parece que una compañera de partido tomara la palabra cuando no la tenía sin acatar las reglas del Congreso?
Lo de Macarena Olona fue la defensa de aquello para lo que tenía que servir aquella reunión en la Diputación Permanente y que no se quiso que sirviera para eso. Tres grupos parlamentarios presentamos una iniciativa urgente para que se hablara de la situación de Cataluña, porque es de absoluta extrema urgencia, no la exhumación de Franco. Tenemos barricadas en las calles, tenemos incendios, a nuestros compañeros en Barcelona sus hijos les han dicho papá, estamos en guerra, y sentimos una profunda injusticia por parte de la Mesa del Congreso de los Diputados, como permanentemente hemos sentido a lo largo de la legislatura, que se nos ha desmerecido en muchísimas ocasiones.
¿Se han sentido menospreciados?
Por supuesto, nos hemos sentido maltratados por parte de la Mesa del Congreso de los Diputados. Absolutamente. Y no sólo eso, sino que nuestro espacio de oficinas, teniendo 24 escaños, eran la mitad del espacio que tenía Esquerra Republicana, con únicamente 15 escaños.
¿Cómo es su relación en el día a día entre los diputados, más allá de la relación entre los partidos?
De absoluta cordialidad.
¿Ha tratado con sus rivales al Congreso por Almería de otros partidos?
Con Villegas no he coincidido en muchas ocasiones. Con Javier Aureliano aquí en Almería ha sido donde más le he visto. Y a la número dos del Partido Socialista la veo en muchos actos institucionales. En general no tengo absolutamente ningún problema en relacionarme con nadie, piense lo que piense. Las personas estamos por encima de esto.
Comentaba que habían captado voto de izquierda descontenta. ¿Cómo se explica ese paso de espectro?
Creo que Vox está defendiendo muchas cuestiones de sentido común, que no necesariamente son de un lado o de otro. Al revés, pensamos que en realidad el resto de partidos están en un consenso absoluto en lo que defienden. Enfrente sólo tienen a Vox. Todos están puestos de perfil en cuanto a la inmigración ilegal, en cuanto a la ideología de género, en cuanto a la situación de Cataluña. Es lo que nosotros llamamos el consenso progre y nosotros estamos absolutamente en otra línea.
Si la otra línea es la del consenso progre, ¿cómo definiría la suya?
Nosotros consideramos que somos un partido de extrema necesidad, que antes que un partido, fíjese usted, Vox es un movimiento social, responde a lo que pensaban muchísimos españoles y tenían proscrito decir. Eso es lo que se está viendo en nuestros actos multitudinarios. Somos el único partido que hemos llenado por segunda vez Vistalegre con 13.000 personas. El otro día en Granada siete mil quinientas personas. Aquí 3.000 personas en el Palacio de Congresos de Aguadulce.
¿En qué y en dónde va a centrar sus esfuerzos en esta cortita campaña?
Intentaré llegar a todo. Será una semana más a pie de calle, recorrerse Almería, los pueblos donde tengamos alcance. Por otro lado, reunirnos con los sectores con los que hemos considerado o con los que hemos podido. Esta última semana también los medios de comunicación estáis más pendientes de nosotros. Es una semana de pedir el voto a pie de calle, de distribuir nuestros folletos y hablar con la gente.
¿Se va a centrar en la capital y Poniente?
Sí. Un poco, el Levante también, pero las zonas de mayor densidad de población.
¿Cómo llegó a esto?¿Quién y cómo le introdujo?
¿A la política? (Risas) Yo soy licenciada en Derecho. Oposité al cuerpo diplomático. Lo dejé todo por venirme con mi marido, que es almeriense. Almería ha sido la ciudad que me ha abierto las puertas, que me ha dado una familia y esta felicidad. La política siempre me ha gustado, disfruto muchísimo hablando de política con cualquier persona, de cualquier ideología. No vengo de absolutamente ningún partido. Pero es verdad que conozco a Santiago desde hace muchos años. En mi época de la Universidad me dediqué mucho al debate, yo era la presidenta de la Sociedad de Debates Complutense, y en el mundo del debate tuve relación con la Fundación DENAES, que en aquella época presidía Santiago. A nivel personal le tengo muchísimo aprecio y él me ofreció las pasadas elecciones encabezar su lista.
¿Se tuvo que esforzar mucho en convencerle?
Me costó un poquito decir que sí, pensando en mis hijos. Tengo dos muy pequeñitos, de dos y tres años, y no es lo mismo vivir en Ciudad Real e ir al Congreso de los Diputados que vivir en Almería. Todos esos factores me condicionaron mucho, pero al fin y al cabo esto también lo hago por ellos. Yo quiero que ellos se encuentren una España mejor.
¿Antes de que existiera Vox, a quién votaba usted?
(Risas)… No sé si contestar, pero le voy a contestar. La primera vez en mi vida que he votado ha sido a Vox. Yo vengo de la abstención y desde el absoluto respeto por todas las opiniones, y desde el absoluto amor al debate político, debatir con quien sea creo que es muy enriquecedor. Pero en cuanto al voto, ninguno había llegado a convencerme.
La mayoría de representantes de Vox comparten un estilo vehemente. ¿Eso lo da el estar en el partido?
Es la primera vez que lo escucho (risas). Es que intentamos decir lo que pensamos y, al bajarnos del atril, hacerlo en la medida de lo posible. Intentamos llegar con una política diciendo la verdad. Creemos que con los estilos de lo políticamente correcto, al final se han desmerecido la claridad y la verdad.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/12/almeria/181291/vox-no-es-la-panacea-es-un-instrumento-para-el-bien-comun