Las puertas de las principales firmas del sector textil y electrónico del centro de la capital permanecían cerradas cuando los primeros compradores comenzaron a llegar. Los carteles en los escaparates anunciaban qué había de especial en este último viernes de noviembre que ha devuelto algo de la vida y el bullicio que muchos almerienses anhelaban entre sus calles. El Black Friday llegó a la provincia en el año 2014, pero ha sido en su sexta edición cuando se ha consolidado como una cita imprescindible con los comercios.
Colas inmensas, probadores abarrotados y dependientes desbordados. Esta fue la imagen que dejó ayer el día de “los grandes descuentos” en el centro de Almería y en las grandes superficies comerciales -especialmente en estas, en las que se vivieron horas con una afluencia equiparable a los primeros días de rebajas-. “Es una auténtica locura, la gente invierte grandes cantidades de dinero en este día”, relató ayer a LA VOZ la encargada de una firma del grupo Inditex.
Compras navideñas
Los almerienses, si bien aseguraron que no esperan al Black Friday para adquirir objetos o prendas que necesitan, sí que aprovecharon los suculentos descuentos para ir haciéndose con alguno de los regalos navideños. “Es una buena oportunidad, estamos muy cerca de la Navidad y podemos comprar muchos de los regalos a un precio realmente bueno”, confesó Marta García, una almeriense fiel a esta cita.
Asimismo, con el objetivo de adelantar las compras navideñas, las grandes cadenas han ampliado el plazo de devolución hasta mediados de enero. “Esto se ha convertido en un festival del consumo y las empresas van a por todas para que compres lo que necesitas, lo que vas a regalar en un mes y lo que ni siquiera entraba en tus planes”, manifestó Luis Martínez, un almeriense ligeramente crítico con las dimensiones que ha alcanzado este fenómeno comercial importado desde Estados Unidos.
Apuesta por internet
A pesar de que los almerienses abarrotaron los comercios, la mayoría se decantó por adquirir parte de sus compras desde casa. “Es muy cómodo, unos días antes creas una lista en la tienda ‘online’ y en cuanto comienzan los descuentos compras las prendas. Lo mismo con los aparatos electrónicos, te ahorras hacer colas inmensas, pero para hacer esto tienes que tener claro lo que quieres”, reconoció Daniel Carballo.
Precisamente en internet, los descuentos comenzaron el pasado jueves por la noche y en muchos casos se alargarán hasta el próximo lunes, sumándose al auge del Cyber Monday, otro fenómeno estadounidense que se celebra el lunes siguiente al Día de Acción de Gracias y que mantiene algunas promociones, aunque no suelen ser igual de atractivas que las de ayer, el “viernes negro”.
Sin duda, nos encontramos ante una de las fechas en las que más se compra en todo el año y en la que el 90 % de los negocios, tanto grandes cadenas como pequeños comercios locales, ha sucumbido. Ya fuera ‘online’ o a pie de calle, Almería se sumó ayer en masa al Black Friday.
“Mejor el Black Friday que la Noche en Negro”
Ante la avalancha de ofertas y descuentos en todo tipo de productos en gigantes del comercio electrónico, grandes cadenas y franquicias, cabe plantearse cómo afecta el tan ansiado Black Friday a los comercios locales y tiendas tradicionales. ¿Son capaces de aprovechar el ‘boom’ comercial de una jornada como la de ayer o se ven ‘aplastados’ por el músculo de los peces grandes?
“Aunque es algo que viene de América, los comercios locales se han adaptado perfectamente”, explica en declaraciones a LA VOZ la gerente de la asociación de comerciantes ‘Almería Centro’, Carmen Sánchez.
De hecho, Sánchez atiende la llamada de este periódico en mitad del bullicio que ayer vivió el centro de la capital.
“Todos los comercios locales tienen ofertas muy buenas y la gente ya prefiere mejor el Black Friday que la Noche en Negro, incluso”, detalla Carmen Sánchez.
Así, si desde la asociación de comerciantes ‘Almería Centro’ valoraban al final de la tarde de ayer el día como “todo un éxito”, Sánchez también puntualizaba que el ambiente vivido ayer en las calles de la capital era muy parecido al del sábado anterior, cuando aún el Black Friday solo se atisbaba en el horizonte de unos pocos escaparates.
“Estamos cansados de que la gente piense que los sábados no hay vida en el centro: hay que cambiar de idea, porque muchos pequeños comercios sí abren”, plantea.
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