Por aquellos tiempos, el Sorteo de Navidad era el 23 de Diciembre. No hace falta decir que la difusión en directo era inexistente y había que esperar al día siguiente para ver la lista de premios y premiados en la prensa escrita.
Por La Crónica Meridional se enteraron los almerienses que los tres millones de pesetas del Gordo venían camino de Almería, donde se había vendido el 8.669. Lo vendió la Adminitración nº 1, en la calle Rostrico.
Curiosamente, la práctica totalidad de décimos los repartió el vendedor ambulante Andrés Ponce voceando por el cento de la ciudad varios números de Lotería, entre ellos el 8.669 agraciado.
Aquel día de Nochebuena fue de fiesta total en la ciudad. Los almerienses pasearon a hombros espontáneamente al vendeor ciego que había hecho millonarios a algunos de ellos. Por entonces, la alegría se repartía por igual entre agraciados y amigos.
Mayoritariamente se vendió por la zona de San Sebastián. Un carbonero de por allí llevaba un décimo. También un cabo de Carabineros que residía en la zona fue agraciado. Una imprenta de la calle Murcia también jugó el Gordo, así como un canónigo, que lo compartió en el Cabildo.
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