‘Las Américas’: historia de Almería

Tradición e historia de la ciudad de Almería, así se podría definir a la Tintorería ‘Las Américas’. Es un negocio artesano y de barrio que se sitúa en la Avenida Santa Isabel, 40 de la capital almeriense. Además, esta Navidad ha tenido un encargo muy especial. Se trata de tener a punto las vestimentas para que sus Majestades Los Reyes Magos puedan repartir todos los regalos encargados en la noche del 5 de enero. 

Un local muy especial con lo que sus 48 años de historia le avalan. José Martínez y Carmen Rodríguez eran de Pechina y Alhama de Almería, respectivamente. La historia de la tintorería se remonta a mucho antes del 2 de mayo del 1972, que fue su apertura. Años atrás este matrimonio humilde tuvo que emigrar a Venezuela. 

Es allí donde montaron el negocio de las tintorerías. Ya de vuelta en España, con Francisco Martínez con 8 años, su hermano Pepe con 12 y su hermana Mari Carmen recién nacida, volvieron a su Almería natal que tanto añoraban, y abrieron la Tintorería ‘Las Américas’.

Con solo 18 años, Martínez cogió las riendas del negocio tradicional y artesano, a los 23 se casó con Carmen Artero, su esposa que entonces tenía 19 años, a la que conocía y llevaban de novios desde niños. Desde entonces los dos llevan adelante este negocio humilde que con trabajo y esfuerzo siguen con la misma ilusión casi 48 años después.

Tradición y cariño

El trabajo que hacen es tradicional, con mucho cariño y sacrificio consiguen que todos sus clientes queden satisfechos de su labor. Es de tan grado la satisfacción que realizan trabajos a cofradías, a proyectos cinematográficos (entre los que se encuentran: Indiana Jones, Exodus, Juegos de Tronos, entre otros), pero en su día a día trabajan con vestidos de novias y comuniones, en trajes delicados, en lavado de edredones, pieles y alfombras, y de lo que están muy contentos de ello. 

Como recuerda el matrimonio: “Hicimos un trabajo de un traje de novia con cristal de Swarovsky valorado en 12.000€, en el que nadie se atrevía hacerlo por su importancia. Para nosotros fue un gran honor, ya que se precisaba de una gran delicadeza -como en todo el trabajo que hacemos- y fue un gran resultado”.

Martínez y Artero forman un equipo en el que ella quita manchas, recupera ropa antigua y almidona, entre otras funciones, mientras él lava y plancha con prensa americana, es la única tintorería de toda Andalucía que conserva este método, según afirman. Este negocio humilde le han permitido vivir y sacar adelante a sus dos hijas, Laura y Verónica.

Tanto prestigio tiene el resultado que obtienen que una vez trabajaron con “una clienta que se casó en la Mezquita de Córdoba y llovió, el vestido quedó que ni se veía. Entonces quería lavarlo pero en ningún sitio de Córdoba, ni alrededores se lo hacían. Entonces su suegra, que es clienta habitual nos encargó este reto. Tan grande fue el resultado que la familia quedó muy contenta y hasta mostró el antes y después del trabajo en los negocios de Córdoba. Un día nos llamaron desde una tintorería cordobesa para que les contásemos cómo habíamos hecho este trabajo”.

De igual forma hacen también un trabajo de ‘recuperación’ tanto en vestidos de novia como de comunión, permitiendo así que estos puedan pasar de generación en generación, de abuelos a padres y a nietos.

Asimismo, todos los clientes hablan bien de esta tintorería, y así lo demuestran sus valoraciones y comentarios en la página de Facebook, con el que cuenta con una puntuación de cinco estrellas, de más de 140 usuarios que han votado. 

Seña de identidad

La seña de identidad de este negocio es “el trabajo bien hecho, la formalidad y el trato con el cliente. Nunca hemos dejado a un cliente tirado”. Por lo que se podría decir que el lema es: ‘Trabajar bien y no engañar a nadie’.

‘Las Américas’ es una tintorería que tiene clientes hasta de cuarta generación. “Los jóvenes nos dicen que vienen porque sus padres venían y es una referencia para ellos”, argumenta Francisco y Carmen.

Además, este matrimonio sigue formándose ya que continúan haciendo cursos para ponerse ‘al día’, consiguiendo adaptarse a los tiempos con la sabiduría y la experiencia que les certifica sus 48 años.