España aporta unos 200 militares a la misión EUTM Mali de apoyo a las tropas locales, enfrentadas al avance de las milicias yihadistas desde el norte del país. La Brigada de la Legión lidera una vez más una operación en el exterior con componentes de la X Bandera de Ronda (Málaga) y del Cuartel General y la Bandera de Zapadores de Viator (Almería).
LA VOZ, desplazada allí, ha hablado con Fernando Sánchez, el teniente coronel que lidera el Grupo Táctico de legionarios de Ronda y Almería y miembros de la Infantería de Marina encargado de la protección de la misión de adiestramiento a tropas de Mali. En esta entrevista, el jefe de la X Bandera analiza el valor de la operación, la influencia española en la zona y el contexto de seguridad.
¿Cómo se encuentran los cinco heridos del accidente de circulación de la pasada semana entre la base y Bamako?
Bien, están todos recuperados y se han reintegrado en el servicio con normalidad. Lamentablemente el tiempo de baja requerido para el teniente es superior al que le permite estar en zona de operaciones y nos hemos visto obligados a mandarlo a España para que sea atendido por especialistas y continúe con su tratamiento.
¿Qué hace España en Mali?
España está en Mali en el marco de la misión de la Unión Europea, que tiene como objetivo fundamental instruir y adiestrar las capacidades del ejército local. La principal aportación es el Grupo Táctico de protección a la Fuerza, que se encarga de dar seguridad a la base de Koulikoró y a las propias tareas de formación a las tropas malienses.
Seguridad y adiestramiento.
Nuestra principal misión es la seguridad de ese adiestramiento. Tenga en cuenta que mucho del trabajo de formación se hace fuera de esta base, en zonas como el campo de maniobras o incluso en otras localidades. Además, España también participa en ese adiestramiento, pero nosotros nos encargados de la seguridad.
¿Quién compone el contingente (una rotación de noviembre de 2019 a mayo de 2020)?
La mayoría pertenece a la Brigada de la Legión y fundamentalmente a la X Bandera. También hay unidades del resto de la Brigada en capacidades específicas como Transmisiones o Zapadores y dos secciones de Infantería de Marina. Y finalmente completamos el Grupo Táctico con una compañía de la República Checa.
Hace unos días el presidente Macron dijo en un acto en Costa de Marfil que la operación en Mali contribuía directamente a la seguridad en Francia. ¿Cree que España se hace más segura con este despliegue?
Absolutamente. Toda la seguridad que podamos garantizar a este país ayuda a evitar la inmigración irregular en España y Europa, evitar tráfico de drogas, evitar el terrorismo yihadista. El esfuerzo de la comunidad internacional en Mali ayuda a garantizar la seguridad en ese concepto de “frontera avanzada”.
¿Qué relación tiene EUTM Mali con la misión de las Naciones Unidas (conocida como MINUSMA y enclavada en peligrosas posiciones del Sahel)?
Realmente son dos misiones diferentes y la única relación es el intercambio de información y, podríamos decir, algunos apoyos puntuales. Ambas se complementan para garantizar la seguridad, ambas desean el mismo resultado, la estabilidad del país, pero son operaciones distintas.
¿Qué grado de preparación tienen las tropas locales? ¿Qué demandan a los 'trainers'?
Yo no puedo hablar con grandes conocimientos porque no es nuestra responsabilidad en esta misión, pero como espectador puedo decir que son soldados muy motivados, tienen muchas ganas de ser preparados y demandan muchos cursos que nosotros tratamos de ir proporcionándoles.
¿Como cuáles?
Fruto de sus necesidades operativas, últimamente nos han demandado cursos de empleo de ametralladoras pesadas, inteligencia militar o empleo de vehículos mecanizados...
En la mitad norte del país se están produciendo enfrentamientos constantes y ataques a posiciones de la ONU y Francia. ¿Cuál es la situación en esta región de Koulikoró y su entorno? ¿Es esa calma tensa de otras misiones?
No tanto calma tensa. Digamos que la situación es estable, pero vigilante. No podemos decir que la situación es de calma porque en el mes de febrero atacaron la base, pero nuestra preocupación ahora mismo es conocer cómo los hechos localizados en el norte del país pueden repercutir aquí, en el sur, en cualquier momento. No obstante, en la zona de Koulikoró usted puede ver que la población nos tiene mucho aprecio y nos respeta.
¿No han encontrado rechazo de la población civil a su presencia en el país?
La población nos respeta, es muy afable y apoya totalmente la misión EUTM Mali y, por esa parte, la seguridad está garantizada.
¿La violencia en el norte genera una onda expansiva? ¿Diría que cuanto más enfrentamiento hay en el Sahel más se nota la inseguridad aquí?
Realmente es una preocupación, es prevención ante la posibilidad de que ‘la reacción a la acción’ pueda producirse aquí. Pero para eso estamos preparados y estamos vigilantes. Es prevención.
¿Cómo afectó el ataque suicida del mes de febrero a la base de Koulikoró y su protección?
Desconozco lo que había previamente a nuestra llegada aquí, pero es de suponer que en los meses posteriores al ataque se subiese la seguridad. Está claro que se han hecho muchas mejoras como consecuencia de aquel ataque. Se han mejorado las puertas de acceso y la protección del perímetro de la base. Se ha aprendido y se han mejorado las condiciones de la base.
La Brigada de la Legión trabaja en Mali en un entorno de enorme pobreza. ¿Qué contacto se hace con la población civil desde esta perspectiva?
Es difícil porque nuestra misión es de seguridad y, en principio, nuestro contacto con la población civil y la mejora de sus condiciones de vida no es nuestro cometido. No obstante, lo hacemos de manera indirecta. Y la realidad es que apoyan plenamente esta misión y que son conscientes de que estamos aquí para ayudar a su ejército. Están muy agradecidos a los españoles. Además, fruto del trabajo de los proyectos CIMIC se está creando una especie de burbuja alrededor de la base.
Habla de la cooperación cívico militar. ¿Qué iniciativas desarrollan actualmente?
Nosotros hemos finalizado los proyectos puestos en marcha por los contingentes anteriores, como la inauguración de una fuente de agua y de dos aulas de colegios. Ahora, con el nuevo ciclo presupuestario vamos a poder identificar otros proyectos y ponerlos en funcionamiento.
¿Entre ellos un programa del Instituto Cervantes para la enseñanza del idioma?
No, no es Cervantes, hay que dejarlo claro. Cervantes es un programa oficial acreditado por España y esto es otra cosa. Nosotros queremos hacer algo de apoyo a los colegios y, de alguna manera, estar con los niños. Se hace de forma voluntaria por parte del personal y hay lista de espera para ir. Los legionarios se vuelcan y lo hacemos con muy buena voluntad.
Pero las autoridades locales piden estos cursos de castellano.
Así es, las clases de español son muy demandadas, pero hay sentimientos encontrados porque los niños tienen estudios de francés y cuando no hay clases de español los niños se revolucionan. Realmente lo que les interesa es aprender francés porque lo van a necesitar.
¿Cómo vive el contingente estas fechas navideñas lejos de casa?
El legionario y el militar español es gente dura y abnegada y es raro en esta época ver gente triste o apenada porque está lejos. Están con su segunda familia, que son las Fuerzas Armadas, y están prestando un servicio a los ciudadanos. Además, estamos en el año 2019 y ya no es la época de hace 20 o 30 años cuando tenías solo un minuto de satélite para hablar con la familia. Ahora tenemos facilidad para hablar por WhatsApp, tenemos cabinas de teléfono gratuito y una red de apoyo con wifi para conectar por videoconferencia. Es decir, esa tristeza de estar fuera de casa se compensa con la familia militar y con unas facilidades enormes para comunicar con España.
¿Les han llegado muchos regalos?
Tenemos un montón de productos navideños y polvorones por todos sitios (ríe).
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