Un plazo de 24 meses de obras y una inversión de 14 millones de euros que llegarán a través de la Junta de Andalucía pero sufragados con Fondos FEDER, son los términos en los que ayer se firmaba el acuerdo que llevará 14 años después de la puesta en marcha de la desaladora de Almería, el agua desalada a toda la zona de Poniente de la ciudad.
La rúbrica, que realizaban la consejera de Agricultura y Medio Ambiente, Carmen Crespo, y el alcalde de la capital, Ramón Fernández-Pacheco, bajo la atenta mirada del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y representantes municipales del PP, Vox y Ciudadanos, supone una actualización a aquel que en 2004 obligaba al Ayuntamiento de la capital a ejecutar dicha tubería a cambio de la ampliación de la EDAR de El Bobar (terciario incluido) y la mejora de los emisarios que llegan a El Zapillo.
Explicaba el presidente autonómico que con la construcción de la tubería “se van a beneficiar a unas 60.000 personas”, las que viven más allá de la Rambla y a cuyas viviendas sigue llegando agua solamente desde los Pozos de Bernal, y se va a acabar con una “demanda histórica” de la ciudad.
Además de destacar, que con esta actuación se consigue “apostar por la sostenibilidad y velar por la eficiencia y optimización de los recursos públicos” ya que permite paliar el la sobreexplotación de los Pozos de Bernal “ya de por sí limitados con el abastecimiento de su comarca (la del Poniente)” y permite dotar de nuevos recursos.
Para el alcalde de la capital la firma de este convenio demuestra que “cuando se quiere, se puede” consiguiendo así desbloquear la resolución de “un problema que afecta a todos los almerienses, y es la falta de agua”.
Cree Fernández-Pacheco que con la actuación anunciada por parte de la Junta de Andalucía es “histórica” y quiso dar las gracias a la respuesta encontrada en la consejera de Agricultura.
Más allá de la firma protocolaria, lo importante pasa por saber que esta actuación cuenta ya con proyecto, de hecho, lo que se ha realizado es una actualización del que se realizó en su día por parte de la anterior administración autonómica, y eso sí, aún no hay plazos para licitar obra, algo que también hará la Junta de Andalucía.
Explicaba Sergio Arjona, director general de Infraestructuras Hidráulicas, que este proyecto permitirá la construcción de un total de 9.666 metros de conducciones, de las que 6.886,61 serán en gravedad y 2.780 en impulsión.
Para entender realmente la importancia de la obra es importante tener en cuenta la situación actual. En estos momentos son tres los depósitos que dan servicio a la capital: San Cristóbal, Santa Isabel y La Pipa. El agua de los Pozos de Bernal llegan hasta San Cristóbal, unos depósitos en altura que llevan el agua, beneficiándose de la gravedad, hasta los otros dos.
El agua desalada solamente llega hasta el más moderno, el de La Pipa, y lo distribuye a través de canalizaciones hasta la zona de la Rambla pero el resto de la ciudad no consume agua desalada porque no llega a los depósitos que les abastecen. Pues bien, el proyecto recoge la construcción de siete ramales de tuberías y tres electrobombas, ya que hay que elevar el agua en gran parte del recorrido, para que la desalada llegue tanto a San Cristóbal como a Santa Isabel y allí se mezcle con la procedente de Bernal.
Hay que tener en cuenta que la realización de estas obras supondrá una importante complicación ya que son muchas las calles que se verán afectadas por el paso de las tuberías. Así, la previsión es que la principal recorra desde La Pipa, Villablanca, alcanzará la Avenida del Mediterráneo, hasta la calle La Peseta desembocando en la rotonda del desdoblamiento y dirigirse hacia el barrio de Araceli, Villamaría, Molineta, calle Belén, desembocar en la rotonda junto a la Ciudad Deportiva de Los Ángeles, y adentrándose por La Fuentecica hasta alcanzar el Cerro de San Cristóbal donde está el depósito.
A esto se tiene que sumar el otro ramal importante que une desde San Luis, Carretera de Níjar, Carretera de Ronda, calle San Juan Bosco, Federico García Lorca y Sor Policarpa hasta llegar a los depósitos de Santa Isabel. Así como el resto de pequeñas actuaciones necesarias para cerrar el trazado.
Con la realización de esta obra y su futura puesta en marcha, se podría intentar desempolvar el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) en tramitación desde hace 16 años, ya que uno de los puntos de conflicto era garantizar el suministro de agua.
El acuerdo firmado ayer contaba con un segundo punto con el objetivo de “concluir las infraestructuras de la red de depuración de aguas de Almería”, explicaba el presidente autonómico, Juanma Moreno.
Así, se recoge la agrupación de los vertidos de la Almadraba de Monteleva y La Fabriquilla, dotando a estos barrios del Levante del término municipal de las infraestructuras principales para poder contar con alcantarillado más allá de los pozos negros actuales.
La solución inicial es agruparlos con los de Cabo de Gata para el que se ha sacado a licitación el proyecto para la construcción de una estación depuradora por valor de 10,6 millones de euros, y cuyo inicio de obra sitúa Moreno en 2021.
Lo cierto es que, una de las claves que tiene que resolver el proyecto es precisamente estudiar si Cabo de Gata al estar en pleno Parque Natural debe contar con esa depuradora, y de hecho, se contempla que en caso negativo, estos vertidos puedan pasar a ser depurados en la EDAR de El Toyo que tiene capacidad para ello y que además, tiene ciclo integral del agua.
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