“Hubiera obedecido de forma sumisa a Vox si quisiera vivir de la política”

La parlamentaria almeriense Luz Belinda Rodríguez, dimitida de Vox y a su vez expulsada de este partido, ha negado que su polémica con el Grupo Parlamentario en la Cámara andaluza tenga que ver con su interés en “vivir cómodamente” de la política. Todo lo contrario. Mantiene que si así fuera, hubiera acatado las órdenes que le daban desde la formación nacional que preside Santiago Abascal.

En un comunicado de cinco folios, Rodríguez Fernández expone su posición tras la polémica desatada con el Grupo Parlamentario de Vox y su portavoz, Alejandro Hernández, aunque prefiere no responder a las acusaciones de éste. “No quiero caer en las descalificaciones personales de las que estoy siendo objeto”.

“Mi deseo es seguir trabajando por los andaluces y para España desde el Parlamento de Andalucía. Si mi intención fuese la de vivir cómodamente de la política mi actitud hubiese sido justamente la contraria, obedeciendo de forma sumisa las instrucciones de los órganos de dirección del partido, limitándome a leer sus argumentarios y votando lo que me ordenen”, remarca en el cuarto punto del comunicado.

“Sin hacer nada”

En el mismo apartado, Luz Belinda Rodríguez subraya que su lealtad “es para con los valores y las ideas que me han traído a la política y para con quienes me otorgaron su confianza a través del voto. Mi compromiso es con los votantes de Vox, con quienes me comprometí a trabajar sobre unas ideas para sacar adelante propuestas concretas, no para ocupar un escaño sin hacer nada”.

Dentro de las precisiones al comunicado remitido el martes por la dirección de Vox, en el que venía a acusar a la parlamentaria de implicarse poco en su tarea política, ésta afirma que la salida de Vox es “una decisión meditada, tras meses de desencuentros con los órganos de dirección del partido, al entender que desde la organización no sólo no se facilitaba mi trabajo como diputada, sino que se me ponían numerosas trabas”.

“Trabas que van desde la imposibilidad de utilizar un despacho en el Grupo Parlamentario, a la no presentación de diversas iniciativas parlamentarias coordinadas por mí con ayuda de técnicos que de modo altruista colaboran conmigo desde diferentes puntos de Andalucía y cuyas propuestas - añade - estaban en perfecta sintonía con el programa electoral con el que me presenté a las elecciones”.

No es el único caso

La parlamentaria almeriense sostiene también que su caso no es el único en las filas de Vox. “Esta labor obstruccionista por parte del órgano de dirección, igualmente la sufren otros diputados y concejales”.

En el comunicado, Rodríguez Fernández también hace alusión a la apertura de su correspondencia. Así las cosas, aclara que en ningún caso “he presentado denuncia alguna contra el partido, sino que me he limitado a poner en conocimiento de la Policía el hecho gravísimo de que se abriesen las cartas que recibía en el Parlamento, sin que nadie me avisase previamente de esa práctica ni yo diese mi consentimiento para ello”.

La dirección de Vox argumenta que todos los parlamentarios regionales conocían esa norma interna.

Descalificaciones

A pesar de que el portavoz parlamentario, Alejandro Hernández, dijera el martes que la “calidad humana” de Luz Belinda Rodríguez dejaba que desear, la diputada almeriense afirma que “lejos de caer en las descalificaciones personales de las que estoy siendo objeto, sólo puedo tener palabras de agradecimiento para la inmensa mayoría de los afiliados y trabajadores de Vox, con los que comparto la pretensión de ofrecer una alternativa patriótica y social para nuestro pueblo”.

La semana que viene hay pleno extraordinario en el Parlamento de Andalucía y Rodríguez deberá ocupar un nuevo escaño.