“No aguanto más, no puedo asearme, ni tomar un café y mucho menos comer un plato caliente. ¡Mire cómo estamos, que hasta he tenido que hacer mis necesidades debajo del camión!
Jose Francisco Díaz Cárceles es un camionero de 47 años de Almería capital, que lleva 10 días “de horror” en la carretera, especialmente los últimos, después de que el Gobierno decretara el estado de alarma. “Debido al cierre de los restaurantes, llevo desde el viernes pasado, día 13, sin comer un plato caliente, y en las gasolineras no nos quieren ni dar un café de las máquinas a través de la ventanilla, y no hablo ya de asearnos o usar el cuarto de baño”, dice, con el cansancio y la desesperación de tanto tiempo sin prácticamente salir de la cabina de su camión.
“Cuando entregue mi última carga en Murcia, regreso a Almería con mi mujer y mis dos hijos y no vuelvo a trabajar hasta que esto acabe, ¡porque es inhumano y no puedo seguir tirado como un perro!”, exclama indignado. Él, como dice, es autónomo, propietario del camión y puede tomar esta decisión, pero otros muchos camioneros están contratados y seguirán trabajando, cumpliendo además la importantísima tarea de mantener abastecida a toda España, en estas condiciones.
José Francisco se encuentra en el norte de España cuando habla con este periódico, donde tenía que descargar, en un almacén de logística, un cargamento de bebidas con el que ha vuelto desde Italia, donde llevó berenjenas de Almería. A pesar de la crítica situación del país transalpino, peor que la de España desde el punto de vista sanitario, afirma que para los camioneros las condiciones son allí mucho mejores, puesto que las áreas de servicio siguen abiertas. “Allí puedes tomarte un café, un croisant, o un trozo de pizza, aunque los restaurantes están también cerrados, y darte una ducha o hacer tus necesidades en un baño, mientras aquí en las gasolineras no te dejan ni cagar, con perdón”.
"Lo peor que he pasado"
“En España tenemos la peor situación, sin lugar a dudas. Es más, esto es lo peor que he pasado en 25 años como camionero”, asegura, mientras se dispone a almorzar, en su camión, un plato precocinado de fideuá. “Y yo tengo la 'suerte' de disponer de microondas, pero esta comida es malísima, puede comerse un día, pero no 15 seguidos, y mucho menos yo, que soy diabético… ¡No puedo tirarme cinco días comiendo esto, bocadillos y latas! Y encima con la posibilidad de que, durante el trabajo me infecte y contagie el virus a mi familia”, continúa.
Por ello, él cree que el Gobierno debe poner los medios necesarios para que esto cambie. Y pone otro ejemplo; “Esta misma mañana -por ayer-, un restaurante de Ciudad Real se ha ofrecido por las redes a preparar comida para vender a los camioneros a través de una ventanilla, pero la Guardia Civil se ha enterado y le ha obligado a no hacerlo”.
José Francisco es uno de los 700 camiones asociados a la Asociación de Transportistas de Almería, integrada a su vez en la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España, que ha pedido al Gobierno medidas para evitar esta situación que padecen los camioneros en todo el país. Su representante en Almería, Yolanda Águila, lamenta, como también decía José Francisco Díaz, que los transportistas sufran esta situación a pesar de que “están muy concienciados para trabajar por abastecer a todo el país en estos tiempos difíciles”. De ahí a que también reclame soluciones urgentes.
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