“Vamos a salir de esta porque estamos codo con codo y nos dejamos la piel”

Lourdes Caro Zarzuela (Jerez de la Frontera, 1970) fue madre de dos hijas muy joven, está divorciada y acaba de separarse “porque no había más remedio” de una pareja que la maltrataba. Vive en Roquetas desde hace 22 años y ahora, con tres nietos y 50 años,además de trabajar con la asociación Verdiblanca en la residencia de mayores Virgen del Rosario, ha empezado a estudiar para lograr el título de auxiliar de enfermería, que ha sido siempre su vocación, aunque por las circunstancias de la vida solo pudo terminar la EGB. Estos días, además, su hija mayor  ha quedado en paro. “No cobra nada ni ha recibido todavía ayudas. Esto nos ha pillado a todos, y hay criaturitas que lo están pasando muy, muy  mal”, dice.

¿Cómo surgió la posibilidad de trabajar en la residencia de ancianos de Roquetas?
Desde el primer día dije a Verdiblanca que yo iba voluntaria. Para lo que haga falta cuenta conmigo, le dije a Paqui, mi encargada.

¿Cuántas limpiadoras son en el centro?
Estamos trabajando tres de Verdiblanca, que apoyamos al equipo  del centro, que son seis o cinco personas por turno. La residencia tiene un equipo fenomenal, tanto de limpiadoras, como de auxiliares, de enfermeras, hay un cariño extraordinario y lo dan todo por los abuelos.

Los contagios y la muerte de cinco personas habrán afectado mucho...
Claro, mucho. Como yo digo, nos ha tocado y nos ha tocado, pero allí estamos todos a una, luchando.

¿Disponen de equipos de protección adecuados?
Llevamos toda la protección necesaria y el centro exige unas medidas muy rigurosas. Llevamos el kimono, patucos, dobles guantes, mascarillas, fuera aparte una bata también.

¿Han recibido alguna formación especial?
Nos han dado un curso sobre como tenemos que vestirnos, como quitarnos la ropa, o como acercarnos a los abuelos, sobre todo.

Suponemos que la limpieza del centro, tan importante ahora, se ha intensificado.
Vamos, es que llega a ser superlimpieza, porque vamos desinfectando y desinfectando, incluso el marido de la directora y otros trabajadores se ponen a desinfectar.  Tal como llegamos, nos cambiamos de ropa, nos desinfectamos los pies, hay trapos y cubos pequeños y tenemos que meterlos durante un minuto. Y hay un piso en el que tienes que meterlos en lejía antes de entrar.

¿Cómo es su relación con los mayores ingresados, charlan con ellos?
Claro que hablamos con ellos, es más ayer fue una tarde muy bonita. A la ocho, cuando nos tocan las palmas en los balcones y  nos ponen  ‘Sobreviviré’, una enfermera puso su equipo de música en la primera planta y se te ponía el vello de punta, porque los abuelos  salieron al pasillo y todo el personal, de limpieza, cocina, enfermeras, nos pusimos a bailar con ellos. Si viera a los abuelitos bailando, cantando, riendo, ¡ fue fenomenal, había un cariño! Vamos a salir de esta porque estamos codo con codo y todo el personal se está dejando la piel, y los abuelos están muy contentos…

Pero estarán asustados, tras lo sucedido.
No, no, no. Ellos saben lo que pasa y lo sabían desde antes, pero están fenomenal,  se lo garantizo como abuela que soy, que desde fuera se ve muy distinto, ellos están estupendamente, supercontentos. Ayer José se puso su gorra y empezó a bailar con otra abuela en el pasillo, con todo el personal sanitario. Había que verlo...

¿Cree que la situación puede mejorar pronto?
La cosa ya va a mejor. Ha habido abuelos en la zona roja que han salido y ya están en la verde, recuperados.

Estará usted orgullosa de su trabajo...
Hace seis meses me separé, soy víctima de violencia de género...  y esto no lo esperábamos. Pero yo quería ir a la residencia para ayudar, no sé cómo explicarme; compañeras  tienen niños y no podían, así que  dije a mi encargada que contara conmigo la primera si hacía falta. A mi me da muchas fuerzas, en la vida hay que seguir adelante y echarle un par.

¿Tiene personas en la familia o amigos que hayan sido contagiados?
Ni amigos ni familiares. Me he apartado de mis hijas y de mis nietos, Cuando voy a verlas dos veces por semana al salir de trabajar, toco el pito, les llamo y les digo que se asomen a la ventana para poder verles.

¿Se siente apoyada en su trabajo?
Agradezco el apoyo de Verdiblanca, están siempre ahí, junto a las tres que estamos en la residencia, detrás está toda la asociación. Nos llama el presidente, la encargada, para decirnos cuídate, cómo estás, y eso es mucho. Eso no se ve, pero yo que estoy ahí lo vivo todos los días. Sois las campeonas, nos dicen, pero somos el equipo entero. 

¿Cómo valora la gestión de esta crisis por  parte del Gobierno?
Pienso que Pedro Sánchez lo ha hecho mal, porque tenía que haber puesto medidas antes. ¿Por qué permitió el 8-M, si estaba avisado? Él criticó a Rajoy cuando la crisis del ébola, y solo hubo una afectada y un muerto, que fue un perro, creo. ¿Y ahora qué había que decirle a él?