En confinamiento, con seis basta

Así pasa su ‘encierro’ un matrimonio senegalés con sus cuatro hijos en su casa de El Viso

La familia Touré-Dourcure, en su casa de la barriada nijareña de El Viso.
La familia Touré-Dourcure, en su casa de la barriada nijareña de El Viso. La Voz
Miguel Cabrera
17:40 • 12 abr. 2020

Los cuatro hijos españoles -todos ellos han nacido en Almería- de Khalifa Touré y Awa Dourcure, un matrimonio de senegaleses que vive en un dúplex alquilado de la barriada nijareña de El Viso, se han convertido en los ‘amos y señores’ de la casa desde que el Gobierno decretara el estado de alarma, como ha podido ocurrir en otras muchas familias numerosas de todo el país.




Mientras el pequeño Abdulkader, de poco más de un mes de vida, se ha adueñado del corazón de todos, Ismael, de 12 años, Khadia de 10 y Fátima de 7 se han ‘apoderado’ de momento de la tele, y del móvil de Awa -que ahora tendrá que comprarse otro-, e ‘instan’ a diario a su padre a comprarles patatas fritas y chuches para “poder aguantar” y aliviar el confinamiento, como comenta divertido el padre de familia, de 40 años. 



Permisos de paterniadad y maternidad Khalifa trabaja en Agroponiente, aunque en la actualidad tanto él como su mujer, Awa, que también está empleada en una empresa de la comarca, Níjar Fruit, disfrutan de sendos permisos de paternidad y maternidad tras el reciente nacimiento de su hijo pequeño.




De ahí a que la familia esté viviendo al completo el confinamiento durante las 24 horas del día, sin ningún 'respiro laboral' de los padres . “Es duro, porque es mucho tiempo en la casa, sin salir, aunque tenemos un patio grande y terraza en los que los niños pueden jugar”, dice Khalifa, quien llegó a Almería en patera hace dos décadas y consiguió pronto sus papeles. Seis años más tarde llegaría su mujer, y posteriormente fueron naciendo sus cuatro retoños.



En serio En cualquier caso, la familia Touré – Dourcure se ha tomado muy en serio la necesidad del confinamiento para evitar el contagio y la propagación del virus. “Mis niños son los primeros en decirme que hay que respetarlo, por nuestra salud, y lo estamos soportando con tranquilidad, yendo a comprar cada cuatro días, porque aguantar más tiempo es imposible, pues la comida se acaba pronto”, dice Khalifa.




Pero claro, tanto tiempo de convivencia entre tantas personas también es motivo de conflictos, aunque no pasen a mayores. “Ismael, el grande,  de 12 años, no se pelea, es ya mayor y está con su móvil, que también le sirve para enviar los deberes, pero las dos niñas sí tienen más problemillas: cada una quiere ver una cosa en la tele, y claro...” dice resignado el padre.




A la hora de esta llamada, Awa prepara la comida del día, de la que Khalifa parece tener poca información, solo que lleva huevos. Especialmente en estos días de encierro, la comida puede convertirse en el mayor acontecimiento del día. Los padres, nacidos en Senegal, prefieren siempre recetas de su tierra, frente a sus hijos españoles. “Nos ‘obligan’ a hacer macarrones y otros platos de aquí -risas- pero a nosotros nos gusta más el arroz, que yo podría comer todos los días , pues es una tradición en nuestro país”, dice Khalifa, quien finalmente admite que la pasta no está tan mal. “También comemos verdura de aquí, que es muy buena”, admite.



Compatriotas Mientras sus hijos juegan o hacen los deberes escolares, Khalifa Touré tambíén saca tiempo para informarse sobre la situación de su país, y sobre cómo están soportando sus compatriotas en Almería esta crisis. No en vano, él preside la Asociación de Inmigrantes de Senegal Oriental (AISO), establecida en Roquetas, y colabora con otras muchas, así como organizaciones como Médicos del Mundo o Movimiento por la Paz. Igualmente, desde hace un año se ha convertido en reportero en la provincia para la cadena italiana A2i Media Groupe y realiza reportajes con los que  pretende dar a conocer la realidad de la inmigración en Almería a televidentes de todo el mundo.


Touré advierte de que en estos días lo están pasando especialmente mal las decenas de africanos que  malviven en poblados de chabolas en la provincia, porque tienen muchas más dificultades para trabajar.


Sobre su país, donde viven su madre y una hermana, además de otros familiares y amigos, dice que “la gente también está en sus casas”. “A partir de las ocho no pueden estar en las calles, y allí no hay multas, si te ven fuera, te pegan”, afirma.


Temas relacionados

para ti

en destaque