Albert Canet Estruch (Valencia, 1989) es capitán de La Brigada «Rey Alfonso XIII» de La Legión en Viator y jefe de la Segunda Compañía de la VII Bandera. Fue destinado en la Legión y vive en Almería desde agosto de 2014. La crisis del coronavirus le ha cogido, como dice, con toda la familia distribuida por España. “Mi novia, que es mi orgullo, es médico en Melilla y está luchando contra la epidemia en primera fila. Mi madre, en Valencia, ha vuelto como voluntaria para hacer mascarillas y batas de protección a la empresa que tuvo que aplicar un ERE hace una década. Y mi padre jubilado es uno de esos tantos héroes anónimos que cuida a mi hermano discapacitado”, explica.
¿En qué ha cambiado su trabajo durante esta crisis y el estado de alarma?
Desde que estalló la crisis del covid-19 y se decretó el estado de alarma, mi tarea al frente de la Compañía ha sido la de gestionar y ejecutar las misiones que nos han asignado para contribuir a preservar la salud y bienestar de los ciudadanos afectados por las consecuencias de la enfermedad, así como para contribuir a garantizar la prestación de los servicios y la seguridad de personas y bienes. Nuestro día a día es la preparación y formación de los legionarios, la única diferencia ha sido que hemos pasado a la acción.
¿Siente que ha mejorado la percepción popular respecto a la Legión?
Desde que ingresé en la Legión siempre he tenido la percepción de que la sociedad siente un gran aprecio a la institución y un gran cariño a sus componentes. No solo en Almería, sino también en otras provincias de todo el territorio nacional. Más que percibir que haya mejorado la percepción de la ciudadanía con respecto a la Legión, siento que somos los legionarios los que estamos devolviendo con nuestro trabajo todo ese cariño que nos han brindado a lo largo de toda nuestra historia.
Lo que si estamos pudiendo demostrar es nuestra capacidad de respuesta ante situaciones de emergencia, de adaptación y la facilidad para coordinarnos con otros sectores de nuestra sociedad, entre ellos el sanitario.
¿Qué mensajes recibe de la población?
De apoyo y agradecimiento a nuestra labor. El confinamiento es una obligación ciudadana que se está acatando con gran responsabilidad por la inmensa mayoría de los almerienses, lo cual es muy de valorar, puesto que es la forma más solidaria de contribuir a que esta situación excepcional se resuelva lo antes posible.
¿Tienen suficientes medios de protección, siempre los han tenido en estas semanas?
Desde el mismo primer momento nos proporcionaron guantes y mascarillas, que es importante. Pero más importante aún, considero, son los protocolos de higiene y prevención para el contagio y los de limpieza de zonas comunes que empezamos a aplicar desde el minuto 0 por recomendación de la sanidad militar.
¿En algún momento imaginó hace unos meses que podríamos llegar a esto?
Ni en la peor de mis pesadillas. Actualmente y desde siempre,la Legión tiene vocación de proyección, por lo que uno aspira y ansía el ser desplegado en los distintos escenarios donde actualmente llevamos a cabo nuestra labor. Tener que combatir un virus que no puede ser visto y en territorio nacional no era algo que contempláramos hace unos meses.
¿Tiene contagios cercanos, en familia o amigos?
Hace unas semanas mi prima que se encuentra en Barcelona ha sufrido algunos síntomas, pero se recupera en su domicilio favorablemente, a la que aprovecho para lanzar un mensaje de ánimo y apoyo en su aislamiento. La Legión tiene muchos componentes y no sé si ya se habrá confirmado algún caso. Por lo que respecta a mi Compañía, hasta la fecha solo dos legionarios y al principio de la epidemia presentaron síntomas y fueron asilados durante el periodo de tiempo que marcan las autoridades sanitarias. Afortunadamente no han vuelto a dar ningún signo de la enfermedad y han vuelto a filas para seguir luchando contra la propagación del virus.
¿Ha vivido circunstancias extraordinarias, dentro de esta situación ya de por si extraordinaria?
Quizás no sea nada extraordinario, pero me recordó el cariño que le tiene la población a la Legión un detalle. En unas de las patrullas, aparcamos nuestro vehículo en un barrio y se organizaron las patrullas a pie. Estando en una plaza, desde su casa se asomó una mujer algo mayor y se ofreció para prepararme un bocadillo y una cerveza. Por supuesto y amablemente decliné la oferta y acto seguido se volvió a meter en casa. Me siguen conmoviendo las muestras de solidaridad de los ciudadanos hacia sus legionarios, que no son más que los sobrinos, los nietos o los hijos de las mujeres.
¿Tiene a conocidos en misiones internacionales?
Actualmente tengo muchos compañeros en Libano y aunque son conscientes de la situación, una misión en el exterior exige de todo su tiempo esfuerzo y dedicación, por lo que yo creo que les impactará lo que verán a su regreso. Es cierto que la situación ha creado incertidumbre en el calendario de las distintas misiones, pero los legionarios nunca temen y menos aún a ser empleados. Como reza nuestro espíritu de combate: sin contar los días, ni los meses, ni los años.
¿A qué dedica ahora su tiempo libre?
Intento mantenerme activo aprendiendo a tocar la guitarra española, que hacía mucho tiempo que quería hacerlo, y dedicando más tiempo a la lectura. Aprovecho también para estar más en contacto con familia y amigos a través de las videollamadas.
Y lo que más estoy deseando hacer cuando esto pase es poder llevar a mi novia a cenar a algún sitio romántico y planear una escapada de fin de semana juntos.
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