“Gracias a Amancio Ortega he vivido un año fantástico, no entiendo las críticas”

María Ruiz Martínez, una  almeriense de 16 años, acaba de regresar de los Estados Unidos, donde ha tenido la oportunidad de estudiar durante prácticamente un curso completo gracias a una beca de Amancio Ortega.

No obstante, la pandemia del coronavirus la ha obligado, como al resto de becarios en norteamérica, a volver a España casi dos meses antes de lo previsto. Pese a todo, asegura que ha vivido “un año fantástico” gracias al empresario leonés, y a su brillante expediente académico, claro, que le permitió conseguir la beca.

“No entiendo a los que le critican por ayudar a la gente y a su país, creo que quien lo hace es muy hipócrita, y debería primero pensar lo que dice”, manifiesta desde su casa de Roquetas, donde ahora aprovecha para repasar los apuntes de primero de Bachillerato en España, pues al haber realizado este curso en un “sistema totalmente diferente”, necesita adaptarse para comenzar segundo con buen pie. Al mismo tiempo, continúa  ‘online’ el curso en el ‘Wichita East High School’, del Estado de Kansas, después de que, como ha sucedido en España, el centro cerrara y suspendiera las clases presenciales.

“Ha sido una locura, el instituto era como en las películas, gigante, con sus taquillas. Al principio me costó un poco acostumbrarme a la vida allí, a la familia con la que vivía y a la gente, que me parecía muy rara, pero al final resultó ser muy maja”, dice, todavía con la ilusión cercana de la experiencia que ha podido vivir.

María reconoce que se vio sorprendida en el instituto porque “en general, el nivel allí es más bajo”, pero sobre todo por el sistema educativo, que “se involucra más con las personas, y valora mucho más las cosas, sobre todo las artes y los deportes”, por ejemplo. En ese aspecto, matiza, en esa “mentalidad diferente”  sí aprecia una  superioridad del sistema americano.

Sobresaliente Aunque parece no darle mucha importancia, quizás por la costumbre, la estudiante almeriense ha conseguido unas notas excelentes en su curso americano, hasta el punto de que la más baja ha sido un 92 sobre 100. ¡Y sigue trabajando por subirlas!

 Pero sobre todo, se muestra decepcionada por la vuelta prematura: “Quería quedarme,  tenía muy buena relación con la familia,  y me quedaba lo más chulo, la graduación, el baile, un viaje … cuando mejor estaba y tenía más confianza con la gente pasó esto, fue un rollazo volver”.

Consciente de su preparación y avalada por sus resultados académicos -ha sido alumna de matrícula en todos los cursos de la ESO en el Colegio Portomagno de Roquetas-, María habla con madurez y desparpajo de su futuro: “Sinceramente, siempre he pensado que Roquetas se me queda pequeño. Y sé que voy a volver a salir de España, aunque sea una temporada, no solo por el idioma, sino por conocer a gente diferente, te abre muchísimo la mente.  Cuando termine el Bachillerato, creo que voy estudiar Medicina, quizás en Málaga”.

Sus profesores en el Portomagno, que la definen como una estudiante brillante, madura y con una enorme capacidad para absorber información, también están convencidos de que María, "haga lo que haga será en la excelencia", como dice Juan Antonio Padilla, director del centro.

En un avión solo para becarios María Ruiz, al igual quela mayoría de los becarios de Amancio Ortega en los Estados Unidos y Canadá, pudo volver a España a finales de marzo, después de que se suspendieran las clases, en uno de los dos vuelos directos desde Texas a Madrid fletados por el empresario para los estudiantes. “Yo estoy de vuelta también gracias a este hombre, que consiguió los vuelos cuando muchos aeropuertos estaban cerrados”, dice.