Desde el 14 de marzo, la vida de la presidenta del Parlamento de Andalucía se ha movido en un triple confinamiento: en la sede de la Cámara andaluza, en su casa familiar de Almería y en su pequeño estudio de Sevilla. La actividad parlamentaria no ha cesado, aunque han cambiado formas, algunas de ellas llamadas a quedarse. En la agenda, la nueva comisión para impulsar la recuperación económica y social de Andalucía.
Marta Bosquet mantiene la misma imborrable sonrisa que forma parte de su tarjeta de presentación. Pero su gesto parece haber adquirido en esta etapa un cierto aire de mayor gravedad. No en vano, es la segunda autoridad de Andalucía en uno de los momentos más críticos de la historia reciente.
¿Cómo está siendo para la presidenta del Parlamento andaluz esta etapa de confinamiento?
Viviéndolo con responsabilidad. Yo creo que lo estamos llevando los ciudadanos con una actitud bastante responsable, salvo algunas excepciones. Lógicamente, por mi responsabilidad, he pasado desde el 14 de marzo yendo y viniendo de Sevilla. Me he confinado en tres sitios: en el Parlamento, en la casa de Almería y en el estudio de Sevilla.
¿En qué ha cambiado y en qué va a cambiar a partir de ahora la vida orgánica del Parlamento de Andalucía?
Obviamente, cuando se declaró el estado de alarma hubo que adoptar las medidas de cómo podia seguir funcionando la actividad parlamentaria imprescindible, y se adoptó el formato de la diputación permanente. Entre los trabajadores de la casa se impuso el teletrabajo. Mi afán, ya antes de esta pandemia, era implantar la oficina virtual y que poco a poco elimináramos el papel. Estas circunstancias nos han servido a todos para familiarizarnos infinitamente más con los sistemas telemáticos y digitales. Obviamente, los debates tienen que hacerse de forma presencial para no desvirtuar el propio espírtitu parlamentario, pero sí nos va a servir para eliminar paulatinamente ese papel. Se está haciendo un sistema por parte de los servicios jurídicos de la Cámara, y una nueva página web para que todas las actuaciones sean telemáticas, salvo los debates.
O sea, que esto va a acelerar el proceso de transformación digital.
Sí, ahora queda por delante el trabajo más difícil que es implantar el sistema en las conciencias. Todos nos tenemos que hacer a la idea, pero esto ha facilitado un poco el camino.
¿Hay en agenda parlamentaria iniciativas para la intervención frente a la enorme crisis que ya tenemos encima?
Se ha aprobado la creación de una comisión para recuperar la vida económica y social de Andalucía. Yo creo que esa comisión es fundamental, y se ha puesto un plazo de cuatro meses para que sea ágil y dinámica, con posibilidad incluso de trabajar en agosto. Una vez que consigamos salvar la situación sanitaria, una cuestión muy grave es esa pérdida tan grande de empleo y esos datos económicos, cuando, si no llega a ocurrir esto, todos los augurios nos decían que la actividad económica de Andalucía iba a subir. Lo que espero es que esa comisión sea de consenso, y que se aporten propuestas en positivo, que no sea una comisión para criticar la gestion. Que sí, que también el Parlamento de Andalucía está para criticar, pero que se aporten soluciones, y si pueden ser consensuadas, mejor que mejor.
¿Va a empezar a trabajar ya?
La idea es justamente eso. Que cuanto antes, mejor, y que trabaje de forma ágil y dinámica. Justo este lunes tengo una reunión con los portavoces. Mi pretensión es que se constituya ya esta semana para que, a partir de ahí, pueda empezar y que la propia comisión haga su calendario de trabajo.
Con los datos que tiene, ¿a qué se enfrenta Andalucía en los próximos meses?
Primero nos enfrentamos con esa pérdida de vidas, y eso es lo peor. Y ahora tenemos un gran problema con la situación económica y social. En Andalucía ha caído más de un 4% la economía, cuando estábamos creciendo por encima de la media de las regiones de la zona euro. Esta situación nos va a suponer un fuerte parón. Ante la falta de industria que, desafortunadamente, tiene Andalucía, nuestro potencial más fuerte quizá sea el turismo y el sector servicios. Esos sectores son los que más necesitan de ayudas. Estamos hablando de que en Andalucía se han llevado a cabo más de 94.000 ERTE, que afectan a más de 490.000 trabajadores. En consecuencia, hay que llevar a cabo un plan turístico, que el Gobierno de la Junta de Andalucía ya lo ha hecho. Y aunque es verdad que en Andalucía tenemos también el sector del agro y obviamente contribuye, hay una gran dependencia del sector servicios y el sector turismo. Con lo cual, si no se dan todas las ayudas posibles, nuestra economía va a perder. Y eso lógicamente hace peligrar también la estabilidad de nuestro estado de bienestar, aunque afortunadamente el Gobierno de la Junta de Andalucía ha articulado ayudas, sobre todo a las clases más vulnerables. Queda una tarea bastante difícil por delante.
¿En qué posición va a estar Almería en el contexto andaluz frente a esta crisis?
Almería, lo sabemos, es, junto con Huelva, la que menos contagios ha tenido. Pero está surgiendo ahora mismo una mayor pérdida de empleo porque hay muchos sectores que se han visto abocados a una situación difícil, como el de la flor cortada. Es cierto que lo que más nos puede ayudar a remontar es el sector del agro y en Almería afortunadamente lo tenemos. Pero Almería también tiene dependencia turística. Lo bueno, producto de esos datos buenos en incidencia del Covid, es que está en la fase 1.
¿Tiene una explicación de por ha tenido menor incidencia de casos?
Yo creo que mi respuesta sería seguramente la que darían todos los almerienses, y es esa falta de comunicaciones que tenemos. Obviamente no vamos a congratularnos con tener unas comunicaciones nefastas, indica que ese menor flujo de comunicaciones ha podido influir en que la incidencia sea menor. No podría decirte la causa, porque no soy experta, pero creo que pienso igual que la gran mayoría de almerienses.
En una situación tan extrema como la que estamos viviendo, ¿este es el momento de pelea política?
No, rotundamente, no. Para mí la política debe ser la búsqueda de soluciones, y si me metí en política es justamente para eso. Se puede confrontar, claro que sí, porque muchas veces esas soluciones son distintas según la ideología política, pero dentro del debate ideológico, que es legítimo y sano. Pero la confrontación no lleva absolutamente a nada. Yo soy de las que piensan que dos no se pelean si uno no quiere, y yo nunca quiero. Pienso que probablemente a quien menos le gusta es a los ciudadanos. Si no les gustaba habitualmente ya antes, en la situación que estamos viviendo ahora, menos todavía. Aunque debo decir que en este tiempo de pandemia, he echado un poco de menos el que los grupos politicos se hubiera suavizado un poco. Yo creía que los grupos politicos también iban a estar ahora un poco más propositivos, no tan beligerantes.
¿No han estado a la altura?
No, es lo que estaba diciendo, que yo esperaba que los grupos politicos se hicieran cargo de las circunstancias, a fin de cuentas es una situación inesperada, no deseada por nadie. Han estado un poco con el hacha levantada, en vez de tendiendo más puentes. La propia situación hace que los nervios estén un poco más crispados. Pero es justamente en momentos difíciles cuando una persona tiene que mostrar más templanza.
¿Eso incluye también a su partido, a Ciudadanos?
Sí, yo no hago distinción, quiero que quede claro. No hago críticas de ningún partido en concreto. Hablo en términos generales.
¿Ha hecho bien Inés Arrimadas facilitando el que se aprobara la última prórroga del estado de alarma?
Soy rotunda en esa respuesta. Creo que Inés Arrimadas ha hecho bien porque ahora mismo se trata de salvar vidas y los giros que se han intentado por parte de algunos respecto a la actuación de Ciudadanos respecto sobre si se estaba dando un apoyo a Sánchez, rotundamente, no. Ahora no se trata de Sánchez, ni de Iglesias, ni del PP, ni de Podemos, se trata de salvar vidas a los españoles y yo creo que España no estaba preparada para que todos pudiéramos salir a la calle de forma alegre y normal. El apoyo de Ciudadanos no fue incondicional, sino para que esas ayudas socioeconómicas y laborales no fueran directamente vinculadas al estado de alarma, sino a las propias necesidades, e ir trabajando un plan B. Creo que mi partido ha actuado de manera responsable y útil, como siempre hemos venido haciendo.
¿No se trata de táctica política hacia un centralismo?
En absoluto. Niego rotundamente de la gente que quiere tergiversar esa actitud. Yo creo que es claro y se ha dicho. Se trata de salvar vidas, y no se trata ni de un apoyo a Sánchez ni de un apoyo al Gobierno de coalición. Ahora hay que mirar no partidos politicos, sino a los españoles. Inés también lo dijo claramente en nuestro congreso el otro día, que todo lo que sea ser de utilidad para los españoles, Ciudadanos va a estar ahí. Ahora los partidos politicos no tenemos que estar en tacticismos politicos, tenemos que estar en el tajo, en salvar vidas y recuperar la vida social y económica.
¿Está siendo ahora más difícil para Ciudadanos en Andalucía mantenerse al lado de socios como el Partido Popular, mientras en el contexto nacional se desmarca de la estrategia que está siguiendo en la gestión del coronavirus?
No, también te digo que no, que afortunadamente el Gobierno de la Junta de Andalucía goza de muy buena salud y de muy buen entendimiento, y yo creo que ese es precisamente el secreto del buen funcionamiento del Gobierno de coalición, sin distinción de si son consejeros de un sitio o de otro, sino consejeros que están trabajando por cambiar Andalucía y por situarla en el sitio donde debería haberse situado muchos años atrás. Y, en absoluto, vuelvo a reiterar que muchas veces se busca buscar la grieta donde no la hay. Te aseguro que no la hay.
¿Y cómo se ha acogido que el estado de alarma sustraiga competencias autonómicas para ponerlas bajo un mando único?
Es una situación absolutamente excepcional, y como tal así tiene que ser. Comprendo, y entiendo que también lo comprende tanto el Gobierno de la Junta como el resto de gobiernos autonómicos, que el virus no entiende de territorios. Es verdad que aquí ha ido mejor, pero había que hacerlo todo de forma conjunta. Así tiene que verse, y cooperar para salir de esta situación.
¿Si tuviera una bola de cristal, cómo se imagina que vamos a salir de esta?
La situación no va a ser fácil porque Andalucía necesita ayuda del Gobierno central, necesita recursos económicos que no llegan. Necesitamos también que el Gobierno central actúe con coherencia, y digo esto porque la ministra de Hacienda, que cuando era consejera de la Junta defendía que a la hora del reparto de los fondos debía primar el criterio de población, ha cambiado ese criterio, y Andalucía pierde en torno a 500 o 600 millones. Me preguntabas si tenía una bolsa de cristal. Yo creo que la situación es difícil que el Gobierno de Andalucía está tomando decisiones acertadas, pero queda mucho. Y lo que espero y deseo es que se aparquen ideologías y que se vea como una comunidad más, que no ha sido la más castigada desde el punto de vista de salud, pero sí va a ser de las más castigadas desde el punto de vista económico, y necesitamos de ayuda.
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