El turismo rural, el primero en ‘ver la luz’ tras el Covid-19

Si una cosa ha dejado clara la crisis del Covid-19 es el principio de prudencia en los ciudadanos; una prudencia que le está viniendo muy bien a la que siempre ha sido la hermana pobre del sector turístico, los alojamientos rurales que miraban desde muy abajo al convencional de la costa.

Sin embargo la tendencia ha cambiado en las últimas semanas; cuando en todas las esferas públicas y privadas se habla de limitaciones en la ocupación, en los servicios o en el uso restringido de las playas, el turismo rural saca pecho porque puede ofertar salubridad y escenarios naturales muy alejados de los escenarios más preocupantes donde se ha instalado el coronavirus.

Masificación
Frente a la opción de espacios amplios como las playas, donde con frecuencia se habla de masificación y de espacios acotados, el turismo rural ofrece escenarios abiertos, en general espacios naturales para disfrutar en familia y sin temor a encontrarse a otras personas a cada paso.

Un informe elaborado por el operador especializado ‘Felices Vacaciones’ determina que desde que el Gobierno señaló el pasado 28 de abril que los alojamientos rurales podrían reiniciar su actividad a partir del 11 de mayo, “las reservas no han dejado de crecer”.

Aunque para ser exactos más que en términos de reservas se habla del número de consultas recibidas en los operadores o en las páginas web de los propios alojamientos. Los operadores aseguran no tener dudas de que el turismo rural se sitúa como el primero en volver a la normalidad tras la crisis provocada por el coronavirus.

El informe
Las preferencias de los viajeros, recogidas en una encuesta, muestran especial interés en disfrutar del aire libre, huir del bullicio y encontrarse dentro de paisajes naturales seguros para sus seres queridos. Unos deseos que se han traducido en un incremento del 120 por ciento en la demanda para este tipo de alojamientos.

Andalucía, y dentro de ella Almería, aparecen como destinos más demandados para este verano, posicionando a esta alternativa vacacional como la que mayor interés está generando de momento.

Desde los establecimientos de la provincia se destaca ese alto interés aunque “por ahora no se está acabando de concretar en reservas definitivas, que van más despacio de lo que realmente nos gustaría”. Con todo, desde alojamientos como la Posada del Candil, en Serón, o el Picachico de Laroya se confía en que finalmente se produzca esa remontada y se ponga fin a una crisis que ha acarreado perjuicios a la mayor parte de las empresas. Ahora se afanan para estar preparados para satisfacer la demanda existente.