“Con optimismo se tardará de 12 a 18 meses para encontrar la vacuna”

La Universidad de Almería continúa haciendo una gran labor en materia de investigación. El trabajo de los investigadores es fundamental en la sociedad, y más en la actualidad con la presencia del coronavirus. 

La pasión que tiene por su trabajo Tesifón Parrón Carreño (1954), nacido en Berja, junto a su vocación desde pequeño por la medicina y por ayudar a las personas, le permiten ser investigador, responsable doctoral, profesor de máster en la UAL (cargo que sustenta desde hace 27 años) y Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Granada con la calificación de Cum Laude, entre numerosas distinciones. Además es Técnico del Cuerpo Superior Facultativo y Jefe de Servicio en la Delegación de Salud y Familias.

Las líneas de investigación donde ha trabajado han sido muy amplias, debido a que el grupo de investigación está constituido por diversos profesionales y en el que colaboran de diversos campos de la Medicina y ciencias de la Salud. Aunque fundamentalmente el grupo ha trabajado en Toxicología Laboral (efecto de la exposición continuada a plaguicidas y salud). De igual forma han desarrollado otras líneas, tanto clínicas como del campo de la sexología.

Tiempos del Covid-19

Sobre el trabajo que están realizando en tiempos del coronavirus, el Doctor indica a LA VOZ que desde el campo de la sexología su grupo de investigación ha colaborado en un “estudio multicéntrico” que se encuentra pendiente de publicar y se titula ‘Sexualidad en aislamiento y confinamiento por COVID-19’. En él han contado con 5.178 participantes de diferentes países como España, Argentina, Uruguay o Australia, entre otros. 

Dr. Parrón es experto en epidemiología y manifiesta que “sin duda” contar con una vacuna eficaz sería la “mejor medida” para luchar contra la pandemia. Entorno a la gran incógnita de la sociedad de cuándo podrá existir una vacuna, el investigador afirma que es una pregunta difícil. “Hay que tener en cuenta que siendo muy optimistas se tardará de 12 a 18 meses, aunque es cierto que el proceso va a un ritmo muy acelerado y esperanzador. Recientemente la OMS reconoció que 128 proyectos ya han encontrado una vacuna potencial y muchas están en fase preclínica. 13 de ellas la han superado y están en fase clínica, con pruebas en humanos”, manifiesta.

“Yo soy optimista y espero que pronto contemos con una vacuna eficaz, aunque me gustaría puntualizar y recalcar que el hecho de que en un futuro próximo podamos contar con un arsenal terapéutico y una vacuna útil no nos debe relajar y dejar de utilizar medidas tanto de distanciamiento como higiénicas. Sin duda han sido y deben seguir siendo muy útiles. No olvidemos que el virus sigue entre nosotros y está muy lejos de ser erradicado”, valora Tesifón.

De igual forma, Dr. Parrón apunta que lo “más importante y duro” de la pandemia han sido los millones de fallecidos y la lucha tanto de los sanitarios y como del personal de apoyo para minimizar su efecto, donde han fallecido parte de ellos. “La pandemia ha supuesto una situación epidemiológica sin precedente por su magnitud y trascendencia, ha desbordado todas las previsiones y, como siempre ha sido y sigue siendo mucho más dura para los países pobres”. 

En su valor, a esto se le suma la “falta de previsión y descoordinación” de la supuesta “sociedad de referencia”, Europa y países con potenciales económicos más sólidos como EE.UU donde la pandemia ha sido “realmente desastrosa en su modelo de gestión”.

Sobre la sostenibilidad y el campo almeriense, Tesifón afirma que el avance en el uso de fitosanitarios la provincia ha sido única a nivel mundial, “un ejemplo a exportar”. Donde se ha pasado de ser referentes, en la década de los 90, en el número de intoxicados, con más de 580 por año y en el conocimiento y tratamiento de intoxicados agudos y crónicos, a ser un modelo donde no se constata prácticamente ningún intoxicado por plaguicidas.

Concienciación

En este sentido, el Doctor en Medicina manifiesta que el no tener intoxicados por plaguicidas es consecuencia de la “concienciación del riesgo de los fumigadores, la prohibición de uso de sustancias más toxicas, el cambio en los cultivos con formas más resistentes a las plagas y el cambio progresivo a la lucha biológica”.

Actualmente, la agricultura almeriense es “un ejemplo a seguir, con un elevadísimo número de controles, niveles de residuos que no se alcanza en ningún país, lo que supone una altísima seguridad alimentaria en el consumo de sus productos”, concluye.