Una situación caótica y de mucho pánico. Así fue el primer día que la Residencia de Mayores de Íllar supo del coronavirus, según ha explicado Julia González, médico y la directora del centro, en la 'webinar' de LA VOZ y la SER.
Ante esta situación, el centro tuvo que actuar con "muchísima rapidez", en cuestión de horas aislaron a "todos los residentes" en sus habitaciones. "Cambiaron radicalmente su hábitos de vida, además de la organización y la reestructuración en el centro", ha añadido la directora.
En el momento inicial se vivió con "mucho miedo al contagio", tal era el grado que tenían la obsesión de que "todo estaba contaminado, que podía estarlo". Ademas, González ha relatado que les pilló de "sopetón" al no tener mucha "información ni conocimientos previos" del coronavirus. "Teníamos claro que no nos podíamos quedar quietos, entonces el sentido común y de supervivencia empezó a moverse", ha manifestado.
El centro en aquel momento tenía "muchos frentes abiertos" como la necesidad de desarrollar protocolos de emergencia o gestiones de tipo administrativo que "eran solicitadas al momento". La directora ha dicho que estos requerimientos se hacían desde la perspectiva de la "colaboración" y les facilitaron "guías de desarrollo" que requerían "tiempo" para ponerlas en marcha.
"No era el momento de perder los nervios. Teníamos 69 residentes, que junto al personal superábamos la 100 personas, de las que había que instruir, coordinar y proteger", ha declarado. Además, ha contado que en su trabajo no ha estado sola, y ha tenido un equipo con el que trabajaba "codo a codo". Además han tenido la necesidad de aumentar la mano de obra, con lo que llegaron "contrataciones express", algunos eran "personal voluntarioso pero sin experiencia".
Una de las formas que ayudó a la directora a afrontar mejor el día a día fue evadirse del "exterior", viviendo una "realidad paralela".
'Shock' emocional
Sobre cómo lo han vivido los residentes ha afirmado que "el vivir lejos de sus familiares y sentirse en riesgo supuso un 'shock' emocional, que cada uno manifestó de una forma distinta. A la hora de proporcionarle información había que ser muy cautelosos ya que podía desencadenar estados de ansiedad".
Con el avance de la situación, la cuarentena se volvió en "rutina" y se fueron acostumbrando a "estos hábitos de vida". Todos los mayores han colaborado con "mentalidad positiva", conocían la importancia del "problema" y no querían contagiarse.
"Nuestra residencia se medicalizó a las dos semanas de detectar el primer positivo, esto evitó los traslados hospitalarios", ha aportado González.
"Estar dentro de un campo de batalla donde se arriesga la vida de personas indefensas, y las nuestras propias, cambia mucho la perspectiva de la realidad y las emociones que se sienten", ha concluido.
El 'webinar' de LA VOZ y la Cadena SER ha estado patrocinado por la empresa constructora AGUAEMA, S.L.; Áridos y Hormigones Pérez Jiménez S.L. Han colaborado Endesa, Grupo Cosentino y Cajamar.
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