La crisis de los pintalabios

La pandemia del coronavirus está afectando a todos los sectores de la economía sin distinción. Muchos de ellos han tenido que reinventarse y cambiar su estrategia de negocio para afrontar las pérdidas y las nuevas formas de consumo. El sector cosmético es uno de ellos que, debido al uso obligatorio de mascarillas, ha visto como están disminuyendo las ventas de labiales mientras aumenta el interés por los productos que potencian la zona de los ojos. Así lo confirma uno de los establecimientos de la cadena de Perfumerías Druni ubicado en el Paseo frente al ficus gigante. “El hecho de que los pintalabios no se puedan probar hace que las mujeres sean muy remisas a comprar, además el hecho de que la mascarilla sea obligatoria ha provocado que apenas se vendan”. “Con el maquillaje de los ojos es otro cantar, porque la mascarilla hace que se resalte más esa parte de la cara”, señala una de las dependientas de esa cadena que ha crecido en los últimos años en el centro de la ciudad.

El perfume y la cosmética es uno de los sectores comerciales que más se asemeja al fondo del mar: el pez grande se come al chico. En los últimos años, en el centro de la ciudad, se está asistiendo a un recrudecimiento de la pugna comercial que gravita sobre este segmento de negocio por acaparar el mercado y que ha anticipado el cierre de varias tiendas de carácter familiar que no han podido sobrevivir.

Las cadenas blanden como principales armas unos horarios continuos sin cierre al mediodía y una agresivas campañas de descuentos de dos por uno o tres por dos, con cupones para socios.