Una mujer de 61 años, trasplantada de hígado hace meses y debilitada por una colonoscopia del día anterior, que ha acudido este sábado a acompañar a su pareja al servicio de urgencias de la Bola Azul, en la capital, ha tenido que esperar a las afueras del centro "aproximadamente media hora", de pie, con una temperatura de 32 grados y sin una triste silla en la que sentarse, al ser ‘expulsada’ por el encargado de recibir a los pacientes, a pesar de que la sala de espera “estaba vacía”.
“Y ahora váyase a la calle”. Esta ha sido la orden “brusca, tajante y con malos modos” que ha recibido V.C.S. del responsable de atender a los pacientes del servicio de urgencias del centro de especialidades almeriense, tras ofrecer los datos y la documentación de su pareja, A.C.G., de 65 años, quien no puede hablar porque tiene colocada una sonda para recibir la alimentación por una fístula en la garganta. Por este motivo, tuvo que acompañarle la mujer.
“Como a un perro” “Ha sido indignante, me han echado a la calle como a un perro, y no es una manera de hablar, porque la forma en que lo han hecho ha sido idéntica a la de los establecimientos que no dejan entrar a las personas con sus mascotas”, dice V.C.S., quien afirma que nunca en su vida había recibido un trato semejante.
Ella explica a LA VOZ, todavía incrédula, que ha sufrido más de media hora de calor, cuando todavía se encontraba muy débil por la operación del viernes, “mientras en la sala de espera había unas 25 sillas vacías, separadas entre sí por los protocolos del coronavirus, y con aire acondicionado”.
Pero no ha sido la única expulsada: “Poco después ha llegado una mujer para llevar a urgencias a su padre, de 94 años y en silla de ruedas, y también la han echado a la calle, dejando solo en la sala de espera al anciano , a pesar de que se encontraba desorientado y tenía serios problemas para expresarse ante el personal y los médicos”.
Finalmente, ni ella ni la hija del anciano han podido entrar a la consulta cuando su pareja y su padre, respectivamente, han sido atendidos, y han aguardado en pie en la puerta. “Aunque no se me ha insultado directamente de palabra, considero que el trato recibido ha sido insultante, por lo que el lunes voy a presentar una queja ante el hospital”, concluye V.C.
Tanto V.C. como su pareja aseguran que cuando han acudido en otras ocasiones al servicio de urgencias del Hospital Torrecárdenas han sido atendidos “con el máximo confort y amabilidad para los acompañantes”. Es decir, de una forma totalmente distinta a como han sido atendidos este sábado en la Bola Azul. Además, dicen que ninguno de ellos tiene ninguna queja con los sanitarios, que han atendido al hombre "muy correctamente", sino solo con el trato recibido por parte de la persona que ha echado a la calle a la mujer.
Respuesta de Salud La Delegación de Salud no ha negado a este diario que se haya obligado a los acompañantes a abandonar la sala de espera a pesar de las altas temperaturas, aunque sí ha afirmado que "en la sala sí había pacientes" y que "se han extremado las precauciones ante las sospechas de un caso de Covid". Sin embargo, la pareja insiste en que a su llegada la sala estaba totalmente vacía, y que solo después de que echaran a la mujer llegaron más pacientes.
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