El Parque Nicolás Salmerón dista mucho de ser el gran parque con el que soñaría cualquier ciudad. Su falta de vida no es más que una muestra evidente de las múltiples deficiencias que presenta: un templete de la música completamente infrautilizado, mobiliario en decadencia, muretes desconchados y llenos de humedad, falta de panelería donde se explique su historia, suciedad y ratas.
La última estampa desoladora a la que se han tenido que enfrentar los vecinos que pasan a diario por allí tiene que ver con uno de los elementos más representativos del parque: la Fuente de los Delfines. Tal y como denunciaba en redes sociales hace unos días el periodista Jose M. Román, el grupo escultórico diseñado hace 50 años por Juan Segura Santisteban acumula tanta basura que, por momentos, parece haberse convertido en un vertedero.
"¿Qué guardarán los delfines de la fuente del Parque Nicolás Salmerón? Es la pregunta que se hacían este 2 de agosto quienes pasaban o iban a admirar la magnífica Fuente de los Delfines en pleno parque. Ahí estaban los cinco delfines gráciles, estilizados y en formación de avance sobre la superficie de las olas que diseñó y regaló a la ciudad el escultor almeriense Juan Segura Santisteban. Nunca habíamos observado un uso de trastero, por así llamarlo", sostenía el periodista.
Este uso de trastero está relacionado con algunos de los indigentes que viven y duermen en las inmediaciones y que parecen haber encontrado en el interior de la escultura un sitio donde guardar toda clase de objetos: sandalias, bolsas, recipientes de plástico, pelucas, juguetes infantiles. En cualquier caso, como pedía Román, "hay que poner orden, eliminar los 'adornos' del grupo escultórico y recobrar la vida de la fuente"; una tarea que corresponde a los servicios municipales de mantenimiento de Fuentes.
La fuente donde 'nadan' los Delfines se inauguró en el mes de julio de 1970, de modo que acaba de cumplir 50 años. Tal y como recuerda José M. Román, el grupo escultórico fue construido por Segura Santiesteban en poliéster con un armazón de hierro y anclado a una base rectangular dentro del estanque; hace unos años fueron objeto de un tratamiento especial con fibra de vidrio para su mantenimiento adecuado. "La pieza es similar a la existente en el Museo de Nueva York", explica.
De hecho, según recuerda la investigadora Mari Carmen Amate, el escultor Juan Segura Santisteban es descendiente de aquel grupo de almerienses, especialmente alhameños, que dieron vida al Grupo Salmerón en Brooklyn, de modo que no es difícil encontrar la conexión entre ambos elementos.
El Parque Nicolás Salmerón, que es Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Jardín Histórico, pronto recibirá a un nuevo inquilino: el monumento a Los Coloraos, conocido popularmente como el Pingurucho. Pero para que el espacio brille como merece aún queda mucho trabajo por hacer.
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