El Minibar aúna calidad y vanguardia desde 1972

El olor que deja salir a la calle Rueda López es su primera seña de identidad, un reclamo que siempre funciona y en Almería, el Minibar es todo un emblema desde que abriera en 1972.

Una plancha como única cocina, el olor con el que atraen, uno de la jibia y otro del adobo y el tamaño “mini”, engrandecen este punto de encuentro de la mayoría de almerienses.

Minibar Con aforo máximo de 11 personas y aunque pequeño, puede albergar muchas más, la Covid le ha limitado su gran espacio, grande de emotivo por tantos años ligado a la cultura gastronómica de la capital, pero los Pacos, socios/propietarios, en plancha y barra mano a mano han tenido que poner “distancia” entre los feligreses de tan apreciado santuario. Una barra que ahora, desolada y sin murmullos, sigue abierta ofreciendo su cara más tradicional y su Cruzcampo de siempre. El Minibar mantiene la esencia y la filosofía de los 70, misma teoría y mejor práctica, funciona y sus colas lo avalan. Colas, ahora pocas, pero la misma gracia y rapidez de siempre. Entras y siempre hay un lugar para acomodarte, ahora con más espacio. Inmediatamente Paco ya te canta sus especialidades y grita la comanda a la plancha; eficacia y atención rápida. Paco a la barra ahora tiene un añadido más, consumición despachada, protocolo hecho y es que la seguridad en esta casa mantiene la calidez de su sello.

Todo sigue igual o al menos la caña sienta igual de bien con el adobo. Siempre obviamos que el Minibar tiene más que el adobo, pero es la estrella de la casa. Algo tiene que atrae o más bien, atrapa y eso si que no ha cambiado. Paco nos asegura que, aunque nos diera la receta, no nos saldría igual. Sin duda un sabor único, sin parangón. Pero sí, hay barra más allá del adobo, sobre todo pescado: boquerones, gallo pedro, almejas, gambas, calamares, jibia… Y de carne: lomo, pincho… por supuesto, a la plancha.