Los 5 días que lo cambiaron todo: cuando la COVID-19 se descontroló en Almería

Domingo 21 de junio. Almería afronta el inicio de la 'nueva normalidad' con muchas dudas (¿cómo sería la vida en las playas?) y, aparentemente, pocas preocupaciones respecto al coronavirus.

De hecho, cualquier almeriense que así lo haya querido, ha podido disfrutar desde entonces de una vida bastante normal en la que, a decir verdad, no ha faltado nada (y solo han estado presentes, como artistas invitados, la mascarilla y el gel hidroalcohólico): terrazas a rebosar con mesas y sillas presumiblemente desinfectadas, playas abiertas y con distancia de seguridad (y unos nuevos vigilantes), restaurantes con aforo supuestamente seguro, discotecas disponibles aunque siempre siendo el centro de la sospecha... Un verano más en Almería, a pesar de las nuevas circunstancias.

Sin embargo, esa normalidad de la que se ha podido disfrutar por ahora en Almería está empezando a cobrarse su propia factura. Los números no mienten y dejan entrever un futuro poco halagüeño para este rincón de la península que se ha convertido, en un tiempo récord, en un lugar en el que el coronavirus cabalga aparentemente desbocado.

Aquel domingo 21 de junio, el parte diario de la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía confirmaba que Almería era un reducto en el que la Covid-19 apenas había pasado de puntillas. Aquel día no se registraba ningún nuevo caso y, en los datos acumulados, la provincia contaba con 533 positivos en total, siendo la segunda provincia andaluza con menos casos, solo superada por Huelva. Aquel día, solo 4 personas estaban hospitalizadas.

Cinco días de descontrol

Primer semana de agosto. Un verano más en Almería (aunque con mascarilla) y una sombra empieza a crecer: la del número de contagios diarios detectados por PCR. Alguna razón de peso como argumento ("ahora se hacen muchas más pruebas", señalan muchos con acierto) y, a día de hoy, una certeza: Almería ha pasado de ser la séptima provincia andaluza en número de contagios a ser la cuarta (y no muy lejos de ser la tercera). Y todo, en cinco días.

El pasado lunes, 3 de agosto, Almería registraba 68 contagios y aún era la segunda provincia con menos casos desde el inicio de la pandemia. Ya acumulaba, eso sí, 1.382 casos (849 más que en el inicio de la 'nueva normalidad') y lo más preocupante no era eso: ya era la provincia con más hospitalizaciones. Y solo eran 28 hospitalizados, 4 de ellos en UCI. Lo peor estaba por llegar en la gymkana de los siguientes cinco días.

El martes, 4 de agosto, Almería ya adelantaba a Cádiz y se situaba como la sexta provincia con más casos. Todo, 'gracias' a un incremento de 91 contagios detectados en las 24 horas previas y que hacía subir el número de hospitalizaciones hasta 32 pacientes. Pero lo peor no había llegado.

Era el jueves cuando se iniciaba una verdadera escalada que nos lleva hasta el día de hoy: desde el pasado jueves hasta el día de ayer, domingo, no ha habido ninguna jornada con menos de 100 casos registrados. El jueves, 105 (y adelantábamos a Jaén para situarnos como la quinta provincia con más casos); el viernes, 112 (y adelantábamos a Córdoba como la cuarta provincia con más casos); el sábado, 114; y el domingo, 100. En total, 1.978 casos acumulados, 348 hospitalizaciones y 55 fallecidos.

Almería sigue siendo, con diferencia, la provincia que más casos diarios presenta y, en el horizonte, tiene a Sevilla como tercera provincia con más contagios (2.961 en el informe de ayer).

Quizás, al verano almeriense no le quede mucho dentro de la 'nueva normalidad', que ciertamente ha sido una normalidad absoluta por el momento. Sin embargo, el número de casos ha crecido a un ritmo exponencial y la presión hospitalaria ha aumentado. La segunda ola (si es que en Almería hubo una primera) ya está aquí.