Mafias lanzan pateras en grupo desde Argelia para desbordar a la Guardia Civil

Las redes sociales narran como los capítulos de una serie televisiva la evolución de la ‘nueva ruta’ de la inmigración clandestina entre Argelia y Almería, la travesía de las llamadas ‘pateras taxi’.

Las salidas de los botes de fibra desde las playas de Orán o Mostaganem son filmadas por los teléfonos móviles de los viajeros y colgadas en los canales más conocidos como la propaganda para las mafias de tráfico de seres humanos.

Mensajes apasionados a cámara y música animada, adornan vídeos donde se prometen viajes de pocas horas hacia Almería, en un mar en calma y sin rastro de las patrulleras. Luego el desembarco en una cala de Cabo de Gata y el cambio de ropa sobre la arena.

Las imágenes ocultan los naufragios, las detenciones y las carreras desesperadas a pie de playa, pero funcionan como reclamo para los jóvenes ‘harragas’, que han protagonizado el 90 por ciento de las entradas irregulares a la provincia de Almería desde del confinamiento, según datos oficiales.

Sin embargo, estos vídeos ofrecen también pistas sobre el modus operandi de las mafias en la actualidad y de sus planes para esquivar los controles. Las organizaciones buscan ventanas de buen tiempo para fletar las pateras en grupos y desbordar la capacidad de la Guardia Civil para apresar los botes antes de tocar tierra.

La Agencia Europea de Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) habla de “redes de tráfico de personas que lanzan salidas simultáneas de migrantes hacia España” y prevé que “el número de llegadas desde Argelia seguirá siendo elevado”.

Un nuevo modelo

Las imágenes difundidas en redes muestran la preparación de las barcas en Argelia, aunque las autoridades conocen este fenómeno sobradamente sin necesidad de explorar los vídeos.  En los últimos meses se han producido desembarcos de inmigrantes en prácticamente toda la costa de la provincia de Almería y, de forma especial, en el parque natural Cabo de Gata.

“En julio se detectaron alrededor de 1.500 cruces fronterizos ilegales en el Mediterráneo occidental, un 84 por ciento más que el mes anterior”, indica Frontex. “El número de argelinos, que representaron uno de cada dos detecciones en esta ruta este año, fue siete veces superior al de hace un año. Los marroquíes fueron la segunda nacionalidad más representada en esta ruta”.

No se trata de las tradicionales pateras en condiciones muy precarias y pequeños motores que llegan solo a una zona cercana para asegurar el rescate de Salvamento Marítimo. Antes al contrario, son lanchas rápidas que buscan alcanzar la playa sabiendo que probablemente no serán repatriados por el bloqueo producido por el coronavirus (España tiene acuerdos de devolución con Argelia y Marruecos que ahora están parados).

Por este motivo, la Guardia Civil ha tomado un papel protagonista en las operaciones en el mar, que se parecen más a una persecución que a un rescate, y también en los dispositivos para la captura de los inmigrantes que consiguieron llegar a tierra.

Menos inmigrantes
El asunto aparece entre las principales preocupaciones del llamado mando único. Este lunes, la delegada del Gobierno en Andalucía, Sandra García, presidió en Almería la reunión de la comisión técnica sobre la inmigración irregular. 

En el encuentro (no fue anunciado y tampoco hubo presencia de medios), el general de División de la Guardia Civil Juan Luis Pérez analizó “el actual comportamiento de las rutas migratorias y su impacto en el territorio andaluz”.

Según datos del Ministerio del Interior (hasta el 31 de julio), la inmigración irregular ha caído este año un 33 por ciento respecto a las cifras del curso pasado.

En la provincia de Almería los cambios en las rutas de las pateras y sus características ha propiciado que lleguen más barcas, pero se haya reducido el número de personas.

Dicho de otro modo, salen más botes hacia España, pero  con muchos menores viajeros. Las grandes neumáticas de subsaharianos con casi un centenar de viajeros que se rescataron en 2017 y 2018 hoy han desaparecido en el Mar de Alborán.