Madrugada, 22 de agosto. La red nacional de estaciones costeras de radio rebota un mensaje de alerta a los navegantes. “Moto de agua y tres chalecos salvavidas a la deriva en las proximidades de la posición 36 grados, 24 minutos norte...”.
Los restos del ‘naufragio’ afloran un nuevo modelo de introducción de inmigrantes irregulares en las costas de la provincia de Almería. Las mafias acuden en las últimas semanas a las motos acuáticas para efectuar viajes relámpago en el Mar de Alborán y sortear los controles costeros.
En los últimos dos meses, los agentes del Servicio Marítimo de la Guardia Civil y Salvamento Marítimo han localizado a una docena de inmigrantes irregulares en estos vehículos.
Son todos ciudadanos marroquíes. Su origen apunta a la acción de mafias distintas a las que monopolizan hoy la ruta migratoria del Mar de Alborán y operación en exclusividad desde Argelia (entre Orán y Mostaganem).
Los traficantes usan potentes motos para realizar el trayecto en pocas horas. A bordo viajan generalmente tres personas para optimizar el espacio y buscan alcanzar tierra gracias a la velocidad de la navegación y a la confusión que generan estas embarcaciones en un entorno con gran actividad recreativa.
El procedimiento es poco común en la provincia de Almería porque la distancia de unos 300 kilómetros hasta las costas africanas obliga a los viajeros a cargar bidones de gasolina durante la travesía o, en su defecto, buscar una alternativa logística como un barco nodriza o una lancha de apoyo en alta mar.
Estos casos están ahora en fase de investigación en Almería, donde la Guardia Civil y la Policía Nacional colaboran con la Agencia Europea de Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) en la lucha contra las mafias de tráfico de seres humanos.
Este procedimiento es más común en las cercanías al Estrecho de Gibraltar, donde las distancias son más cortas. Ahora bien, Almería había tenido un contacto tangencial en operaciones contra las redes de inmigración con estructuras en territorio español.
En mayo de 2018, Frontex, Europol, Guardia Civil y Policía Nacional (a través de la UCRIF) explotaron la denominada Operación Alada-Jet Sky desmontó un eslabón determinante en la red de tráfico de personas.
Hasta 4.000 euros
La organización canalizaba la entrada de marroquíes con motos acuáticas desde Cádiz a Granada y ofrecía un lugar de refugio temporal en la provincia de Almería, en zonas agrícolas. El importe del pasaje para los migrantes interesados era de 4.000 euros, según las diligencias de aquel caso.
El antecedente más cercano data de finales del año pasado cuando la Guardia Civil siguió el rastro de una organización vinculada a Marruecos que usaba también motos y que acababa con los inmigrantes en Albacete.
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