Manolo Berenguel es el primer entrenador y director técnico del Club Unicaja Costa de Almería Voleibol. Su gran trayectoria como jugador, tanto en su Club como en la Selección Nacional desde su puesto como líbero, lo posiciona como uno de los grandes deportistas del panorama nacional. En su vida deportiva destaca a dos personas: a Moisés Ruiz y a Ramón Sedeño junto a Guille Carmona hijo.
Manolo Berenguel, ¿Cuándo comenzó en el voleibol?
Comenzó allá por los años 1978-79, con nueve o diez años que entró Moisés Ruiz al Colegio Azcona como monitor deportivo. Moisés Ruiz hizo un grupo de chavales , todos queríamos echar la pelota al suelo porque no nos gustaba el voleibol, nos fue enganchando, de echo él era ya entrenador nacional. Hizo un grupo humano que fue base del voleibol en Almería.
¿Cuál puede ser su paso como profesional?
En el año 1991-92, por una serie de circunstancias en el club, decidí no continuar aquí y me fui al Club Voleibol Agrupación Deportiva Cáceres. Fue un año espectacular para mí. Me hizo crecer mucho como jugador y como persona. Ese podría considerarse como mi salto profesional. Con anterioridad, estuve en categoría juvenil. Fue cuando algunos jugadores no pudimos ir al campeonato juvenil porque la fase de ascenso se celebró en Almería y la prioridad del equipo era ascender a la máxima categoría. Fue una semana espectacular, incluso dieron vacaciones en los institutos para que vinieran a los partidos.
¿Y su vuelta al Unicaja Almería?
La vuelta fue maravillosa. Ya se me tuvo más en cuenta. Era mucho más participativo en el equipo, no sólo porque era de Almería sino porque era buen jugador y a partir de ahí fue toda una trayectoria de éxitos y de bienestar en el Club. Un Club que yo me lo tatuaría en el pecho porque para mí lo es todo.
¿Siempre ha jugado de líbero?
Cuando no existía el puesto de líbero jugaba de receptor de cuatro. Cuando empiezo a crecer y a ganar títulos te das cuenta que por mucho que saltes, con 1,87 que mides, se complicaba estar en lo más alto. Una vez creado el puesto de líbero se me abrieron muchas puertas, me llamó la Selección Nacional.
¿Ser líbero supuso su explosión en el voley?
Si, reconozco que fue así. Me llamó el ex seleccionador nacional. Fue una anécdota que recuerdo como si fuese ayer. Estábamos en la Copa del Rey en el Pabellón de Deportes de El Ejido, el equipo tenía un líbero y llegó Fernando Muñoz en el desayuno y me dijo: Manolo, te quiero dentro del campo. Yo estaba de receptor y ante mi respuesta me dijo: No me estás entendiendo, quiero que juegues de líbero. Sin haber entrenado en esa posición me metió. Fue una sorpresa para todos. Fue la baza que tenía él, le salió la cosa bien y nos quedamos campeones de la Copa del Rey. A partir de ahí me empezó a llamar la Selección. En el Unicaja Almería pasé de estar en el banquillo a ser una pieza importante en el equipo.
¿Su primer participación internacional?
Recuerdo mi debut con la Selección Española jugando contra Rusia. Me vine frustrado por no haber podido aportar más a mi equipo. Entro a la habitación del hotel, enciendo la tele y lo primero que se ve es voleibol y el saque de un ruso. Intenté agacharme porque se iba fuera y me dio un pelotazo en la cabeza. Otro momento fue también con la Selección, jugando la fase mundial en el Pabellón Vistalegre, de Madrid, ante 15.000 personas. Creo que allí jugué a un grandísimo nivel, por lo menos los números de las estadísticas de los líberos así lo reflejaban.
¿Y con el Club?
Cada uno de los títulos conseguidos con el Unicaja Almería tienen su parte especial. Me quedo con las grandísimas amistades que me ha dado el voleibol.
¿Cómo recuerda el día que decidió dejar de jugar?
No te puedes imaginar cómo fue. Todo el Pabellón lleno con mi camiseta. Tengo la suerte de haberme retirado por propia decisión. El echo de retirarse es duro, pero si te retiras por una lesión, es muchísimo más.
De jugador a entrenador, ¿lo tenía en mente?
Realmente no. Cuando me retiré dejé el voleibol por completo, necesitaba desconectar. Me fui al mundo del negocio, donde no me fue nada bien y gracias a un grandísimo amigo mío, como es Carlos Carreño, que fue el que me animó a que hiciera el curso de entrenador nacional. Volví al Club. Me abrieron las puertas como entrenador de las categorías juveniles. Después continué como segundo entrenador con Piero Moldicci. He sido también segundo entrenador con Carlos Carreño. Hay también otra persona muy especial para mí, Pascual Saurín,seleccionador nacional femenino. Con Pascual he aprendido maravillas. Me gustaría nombrar a Juan Alonso, la fisio, Esther; Cesar Hernández, un crack a nivel internacional. Otra persona que me ha aportado muchísimo es Juan Diego García, que ha estado muchos años en Perú con el voleibol femenino y Pascual Solís. Gracias a todo eso, estoy en el Club de mis amores, dirigiendo la parte técnica.
¿Qué es Unicaja Costa de Almería para usted?
Es un sueño hecho realidad. Poder hacer lo que me gusta, en tu casa, con la gente que te quiere, dirigirlo y poder confeccionar equipo no tiene nombre. Gracias a Ramón Sedeño, como en su época lo fue Moisés Ruiz, me dio la oportunidad ayudado por Guille Carmona hijo, que fue el que incentivó esta situación para que yo fuera el primer entrenador del equipo. Tengo que agradecer muchísimo a todos ellos. También tengo que agradecer que el club siga apostando por mí. Ahora hay un proyecto nuevo encima de la mesa. Debemos entender todos que es un proyecto nuevo, con otra filosofía de trabajo, mucho que aprender y crecer por parte de todos y con unos comienzos de este año que apuntan bien.
¿Cómo define a su equipo?
La palabra equipo que acabas de comentar es lo que ayer les dije a ellos. Son todos buenas personas y responsables con el tema de la covid y este año la palabra equipo va a funcionar muy bien.
¿Qué ha sido su familia para usted?
Para mí, una de las piezas claves en mi trayectoria o carrera deportiva, ahora como entrenador, a pesar de todos los problemas personales y económicos que he tenido, es sobre todo mi familia. Ahora mis hijos, por supuesto, pero sobre todo mis padres y hermanos han sido la pieza clave. Han estado siempre ahí. Mi padre era un forofo. Mis tíos y mis primos, también me han ayudado siempre muchísimo. Es algo que quería dejar claro. Para mí el voleibol lo es todo, pero antepongo a mi familia por encima de todo. Sin ellos no habría hecho absolutamente nada. Me han apoyado en todas las decisiones que he tomado
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