El bar de Urbanismo ya tiene quien le quiera

A pesar de la pandemia y la crisis económica que ha traído, un empresario ha decidido dar un paso al frente y presentar una propuesta para quedarse con la gestión de la cafetería-restaurante diseñada para las dos últimas plantas del edificio de la Gerencia de Urbanismo. 

Ha tenido que ser en el segundo intento, desierto quedó el primer concurso, pero quizá la finalización de los trabajos que han transformado la calle Pósito, la conexión viaria entre esta vía y Almanzor a través de La Hoya, y los futuros proyectos tanto del parque como de las mejoras del entorno de San Cristóbal, han servido de acicate para que tomar bebidas espirituosas con vistas al Sagrado Corazón o a la Alcazaba hayan despertado el interés.

De momento, lo único que se sabe del procedimiento es que hay una oferta y que a lo largo de este mes de octubre está previsto que se reúna la mesa de contratación para ir abriendo los diferentes sobres de la propuesta y evaluarla. Una baremación que se decidirá en un 60% con criterios económicos y en un 40% basándose en los criterios técnicos. 

Tiempos
A pesar de que no hay plazos para su adjudicación, parece posible que pueda ser en este mismo año 2020. Hay que tener en cuenta que esta concesión administrativa se firmaría por  siete años y tres prorrogables y con un canon anual de 18.000 euros más IVA.

El local en cuestión cuenta con una superficie bajo techo de 419,49 metros cuadrados y 454 de terraza. Se trata de un establecimiento de hostelería con música que se encuentra repartido entre la tercera planta del edificio y la cubierta contando con accesos independientes desde la planta baja tanto a través del ascensor como de las escaleras, lo que supone que puede abrirse al público sin problemas cuando la parte administrativa no esté en horario de atención al público.

En la tercera planta la parte correspondiente al establecimiento hostelero está dotado con un vestíbulo con zona de espera de clientes, un almacén, un salón con una zona de barra y comedor, una cocina propia con almacén y un núcleo de aseos diferenciados por sexos y otro adaptado, todos con un vestíbulo previo.

Además, cuenta con una zona de terraza cuyas vistas dan a la Plaza Marín por la que se encuentra la entrada principal del edificio, y a través de ésta se comunica por unas escaleras con la terraza superior.

En la parte correspondiente a la terraza superior, desde cuyo interior se puede observar a un lado todo el Cerro de San Cristóbal y La Hoya, por otro la Plaza Vieja y Convento de las Claras, cuenta con una zona techada y la mayoría al aire libre.