Españoles venden las pateras a las mafias de Argelia y dan cobertura en tierra

Amanece en Mostagamen (Argelia) con dos botes preparados en la orilla y una veintena de jóvenes argelinos amontonados entre bidones de combustible. Equipaje ligero. Poca ropa y menos víveres. El viento decreta tregua y el horizonte confunde el cielo con un mar en calma. Son 132 millas náuticas, algo más de 200 kilómetros de travesía que esperan cubrir en unas cuatro horas a 30 nudos de velocidad de crucero.

Frente a las costas de Cabo de Gata, las lanchas se separan seguidas por los radares del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) y buscan refugio entre las calas cercanas a San José (Níjar) donde espera el retén preparado por la organización y debidamente financiado por los propios inmigrantes.

Bajan con cierta premura, guardan la ropa mojada y sacan de las mochilas prendas secas para cambiarse antes de la irrupción de la Guardia Civil, que ya toma posiciones en las inmediaciones del pueblo.

Mientras los navegantes buscan desesperadamente el auxilio de los taxistas en tierra, los agentes se afanan por localizar a cada uno de los inmigrantes avistados en el radar en la Comandancia de Almería y perseguidos por la patrullera en alta mar. Y en la playa, una lancha de fibra blanca abandonada sobre arena y piedra con los desechos del viaje... y matrícula española.

La secuencia pertenece a la película diaria de la inmigración clandestina en la provincia de Almería y descubre el importante papel de la red local de apoyo a las mafias.  No se trata únicamente de un fenómeno asociado a traficantes de personas en Argelia, requiere la colaboración de ciudadanos españoles. Negocio en la desesperación de los viajeros.

Fuentes de la Guardia Civil consultadas por LA VOZ DE ALMERÍA alertan de la existencia de una estructura  asentada en la provincia y orientada a favorecer la inmigración irregular. Los traficantes compran en España lanchas y motores que luego utilizan para el transporte de inmigrantes en la ruta argelina.

Logística

Una muestra aparece en el sumario de la denominada Operación Sidegar, desarrollada por el Instituto Armado en colaboración con el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número Cuatro de Vera y explotada en el mes de septiembre.

Entre los detenidos hay dos ciudadanos españoles, además de un tercero citado en calidad de investigado. Su papel es clave como apoyo logístico para el principal responsable de la trama, un ciudadano argelino también radicado en la provincia de Almería.

Estos detenidos se ocupaban de la búsqueda de embarcaciones y las reparaciones necesarias para poder cubrir los viajes en la ruta Almería-Orán con ciertas garantías de seguridad. Además, el sumario implica a un tercer ciudadano español con el sistema de cobros, una suerte de ‘mula económica’.

Las referencias a la estructura almeriense también aparecen en otros dos operaciones consultadas por LA VOZ DE ALMERÍA. El 14 de mayo la Guardia Civil anunció la desarticulación de un grupo radicado en la localidad de Carboneras y conectado con la introducción de 126 argelinos. Entonces se detectaron nueve embarcaciones, varias de ellas procedentes de España.

Además, la Policía Nacional cerró en enero la Operación Trópico, en cooperación con Europol, donde destacó  “la importante flota de vehículos para trasladar a los inmigrantes desde las zonas de llegada a diferentes puntos de la geografía española, principalmente Almería, Alicante, Murcia, Barcelona, Tarragona y Lleida”.

La red utilizó a taxistas españoles para realizar los traslados desde puntos previamente convenidos para la recepción de las pateras, un elemento determinante para evitar el arresto.