Es de Almería, y arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valencia. Pero siempre ha estado ligado a la informática. “De pequeñito tenía un Commodore 64, y conocí los ZX81…”, recuerda. Hoy realiza proyectos de robótica educativa en el colegio Altaduna-Saladares, y ha escrito dos libros sobre el tema.
Desde siempre te gustó la informática, pero estudiaste arquitectura. Pues sí. Me tiraba. Cuando estudiaba allí los amigos me preguntaban por qué no me había dedicado a eso. Y yo les decía que a mí lo que me gusta es usar las herramientas que me aporta la informática. Así que fui compaginando los estudios con mis pinitos en programación, y, sobre todo, en AutoCAD. Fui pionero en eso. Era el año 92, por ahí, no teníamos ordenadores…
Claro.
Volví para Almería, estuve trabajando, luego me puse como arquitecto autónomo... Hasta 2008, cuando de pronto se acabó todo. Tiempo después entré a trabajar en el colegio Saladares, y me plantearon que querían realizar actividades de robótica. Y yo, encantado. En aquella época lo que había era Lego, y poco mas. Arduino apenas empezaba… El colegio, la verdad, se implicó, compró el material que se necesitaba, todo fue evolucionando... Y ahí estoy en estos momentos.
Años después, un amigo me animó: ¿Por qué no escribes un libro? Me pareció buena idea, y el primer libro fue ‘Iniciación a la robótica educativa con Mbot de MakeBlock’; y me fui dando a conocer. Incluso, mas en Sudamérica, pues allí se está avanzando mas en robótica educativa que aquí.
Es interesante, sí.
Empezó a cambiar la dinámica. Me contactaron empresas para probar materiales... Ha habido un boom de la robótica, con la proliferación de placas y cosas basadas en Arduino... Luego escribí ‘Micro:bit a fondo’, pues esta tarjeta programable me gusta mucho. También trabajo con una empresa de Vitoria, desarrollo manuales, me mandan robots para probar…
¿Cómo ves el ámbito de la robótica educativa?
Bueno... Están los que llamo los entretenedores de niños. Igual que juegan a la pelota, juegan con robots. Luego están los que su único objetivo son los concursos. Vale. Pero mi objetivo va mas orientado a que los chavales aprendan cosas usando la robótica. Defiendo que la robótica educativa es una gran herramienta, no un objetivo. Yo no enseño robótica. No estamos en una escuela de ingeniería. Lo que quiero es que los alumnos aprendan a usarla para que, con esos medios, puedan, por ejemplo, realizar un aprendizaje basado en proyectos, donde les propones un problema, y a ver cómo lo resuelven...
Enseñarlos a pensar.
Esa es mi orientación. Tal vez no sea muy llamativa, pero las experiencias que he tenido en colegios, con alumnos, con profesores, es muy buena. Y los precios del hardware han bajado mucho, y puedes hacer cosas muy chulas con un presupuesto asequible.
Pero habría que formar al profesorado, ¿no?
Mas que el profesorado en sí, esto tendría que hacerlo gente que se especialice en este tema. Expertos. Desarrollaríamos nuestro trabajo como apoyo, digamos, a los profesores. Porque ellos no van a tener el tiempo, o no todos van a tener la vocación. Aunque sea algo muy sencillo, se perdería mucho del potencial de esa herramienta. Hombre, si alguno se anima, estupendo.
Es que es un mundo muy
particular, y creativo...
Una de las grandes carencias
de la Educación en
España es que todo es memorizar.
Y en eso es en lo
que la robótica educativa
puede ayudar: acercándola
a la práctica. He hecho un
proyecto para desarrollar
prácticas y que el profesor
que no tiene conocimientos
de programación ni robótica
pueda trabajar, y crear.
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