Una banda secuestra a un vecino de Almería y pide 150.000 euros de rescate

La Guardia Civil libera a dos jóvenes de Almería y Alicante en una vivienda de Fuengirola

Registro durante la operación de la Guardia Civil
Registro durante la operación de la Guardia Civil La Voz
Javier Pajarón
07:00 • 13 nov. 2020

Una investigación de la Guardia Civil coordinada por la Unidad Central Operativa (UCO) y agentes de las Comandancias de Málaga, Murcia y Alicante ha permitido liberar a dos jóvenes secuestrados por una banda en la Autovía del Mediterráneo (A-7). Las víctimas son dos varones de 25 años de edad, uno de ellos residente en la provincia de Almería, según confirman fuentes oficiales consultadas por LA VOZ.




Los jóvenes fueron asaltados en algún punto entre las provincias de Murcia y Alicante e introducidos a la fuerza en un vehículo por cuatro personas. La organización utilizó un segundo turismo como lanzadera y tomó rumbo de inmediato  hacia el sur. Cruzaron de noche las provincias de Almería y Granada y se asentaron presuntamente en las inmediaciones de la localidad malagueña de Fuengirola.



Según la investigación, los secuestradores contactaron con la familias de las víctimas en Alicante y Almería para reclamar un rescate de 150.000 euros, que debía entregarse en unas condiciones específicas y sin aviso a las autoridades policiales. Dos familiares en Alicante acudieron a la Guardia Civil, que montó un complejo dispositivo de búsqueda con el apoyo de especialistas de la UCO desplazados desde Madrid. Saltaron las alarmas.



“La voz de alarma la dieron en la provincia de Alicante la hermana y la madre de uno de los secuestrados, acudiendo a la Guardia Civil en busca de auxilio tras conocer que tenían a su familiar encerrado en algún lugar desconocido y que, a cambio de su liberación, les exigían el pago de una exorbitante cantidad de dinero previa amenaza de acabar con la vida del rehén en caso de ser alertadas las fuerzas y cuerpos de seguridad”, detalla el Instituto Armado.




Entonces, la UCO solo buscaba a una persona. Los agentes solo conocían el rapto del joven alicantino, gracias a la información facilitada por las denunciantes. Los agentes estrecharon el cerco sobre una propiedad ubicada en la provincia de Almería. Los datos apuntaban a un inmueble unifamiliar localizado en el núcleo urbano de Fuengirola, donde presuntamente habían pasado el cautiverio desde la misma noche del secuestro.

Pagar o no pagar
Ante la presión policial, los criminales optaron por liberar a las víctimas. Fue entonces cuando la Guardia Civil descubrió que había un segundo jóvenes retenido contra su voluntad.




Según la investigación, la familia del chico residente en Almería sucumbió ante las amenazas de muerte y recaudó dinero para pagar  el rescate. La cantidad era muy inferior a los 150.000 euros demandados inicialmente, pero confiaban en que fuera suficiente para su liberación sin daños. Optaron por ocultar el suceso a las autoridades, tal y como marcaba la banda.




La Guardia Civil no paró la operación tras la detección de los secuestrados y siguió el rastro de los delincuentes hasta arrestar a cuatro personas por presuntos delitos de detención ilegal y pertenencia a organización criminal. “Aseguradas las víctimas, se practicó la entrada y registro en la vivienda en la que ambos permanecieron privados de libertad. Allí se intervinieron los terminales telefónicos empleados para realizar las llamadas mediante las que se habían impuesto condiciones económicas para la liberación de los dos jóvenes”,  expone la Guardia Civil.




“También se aprehendieron los dos vehículos empleados para la comisión de los hechos y dinero en efectivo, entre otros efectos”, añade.
Las diligencias se tramitan en el Juzgado de Instrucción número Uno de Orihuela (Alicante). En el registro participaron agentes del Grupo de Acción Rápida (GAR) y de la Unidad Especial de Intervención (UEI), además de la UCO y unidades de tres provincias afectadas.


Amenazas de muerte y mutilaciones

Durante su cautiverio, las víctimas apenas recibieron alimento y se vieron obligadas a hacerse sus necesidades encima, además de ser golpeadas y amenazadas con ser mutiladas e incluso asesinadas si no se hacía efectivo el rescate. La Guardia Civil identificó y arrestó a cuatro personas por el secuestro.




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