Manuel Ángel Rodríguez Maresca es doctor en Medicina, y especialista en microbiología y parasitología clínica. Desde hace unos años está al frente del servicio del laboratorio clínico del Hospital UniversitarioTorrecárdenas.
¿Qué impacto ha tenido esta pandemia en el sector de los análisis clínicos?
Los laboratorios clínicos, y en general los sistemas sanitarios, están preparados para abordar unas cargas de trabajo que pueden ser predecibles, salvo contingencias esporádicas o situaciones estacionales. Pero para lo que no estábamos preparados era para hacer frente a una demanda ingente de pruebas analíticas, dirigidas al diagnóstico y control de los pacientes con sospecha o enfermos del COVID-19. La mayoría de los laboratorios no estaban dimensionados para esta cantidad de trabajo; que, además, se distribuye en forma de picos, el modelo más difícil de gestionar.
Claro.
La urgencia social para dar respuesta a esta necesidad, que pone en juego la vida de tantas personas, ha trascendido el marco tecnológico y de servicio de los laboratorios. Nos hemos visto sometidos a unos niveles de exigencia y responsabilidad social que nunca se habían visto antes. Pero te aseguro que los profesionales de todas las categorías y disciplinas del laboratorio no han escatimado esfuerzos para ayudar en lo que están entrenados, y han manipulado un alto volumen de muestras biológicas. Hasta tres mil en un día, en el caso de Torrecárdenas. Y muestras de alto potencial infeccioso, y manejando una gran diversidad de tecnologías de alta precisión.
Y con el tiempo en contra.
Dos factores siempre juegan en nuestra contra en esta pandemia: el tiempo de respuesta y la exactitud de los resultados, tanto con fines clínicos como epidemiológicos. La capacidad de adaptación a las tecnologías emergentes, montando laboratorios moleculares de alto rendimiento en tiempos muy reducidos, y sometiendo a los sistemas de información clásicos a una tensión permanente para poder circular de forma ágil y segura los resultados, está significando una gran prueba de fuego para el diagnóstico clínico.
¿Y las nuevas tecnologías..?
Hemos tenido que actuar rápido e incorporar herramientas de Big Data que aún no estaban suficientemente maduras, para conseguir la secuenciación del virus. Además, el laboratorio del HUT participa en varios estudios propios, regionales y nacionales, relacionados con la seroprevalencia, genotipado del virus, biomarcadores y ensayos de fármacos contra el COVID-19, que seguro darán sus frutos y nos ayudarán, junto a la vacuna, a controlar el daño inasumible que está ocasionando este virus.
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