El cadáver apareció en la Playa de Las Marinicas cuando el 20 de enero de 2020 nacía en el horizonte de Carboneras. Las olas mecían el cuerpo del adolescente como días antes habían maltratado las fibras de su patera. Y entre la espuma lo encontró un vecino.
La investigación consiguió, esta vez, cerrar el expediente con un nombre y un apellido. El argelino Fouad N. reconoció horas más tarde el rostro de su hermano Yacine ante la Guardia Civil y lloró la enésima tragedia de la inmigración clandestina en las costas de Almería. La víctima tenía solo 19 años y había abandonado un pequeño poblado a las afueras de El Amria, a las orillas del lago salado de Orán, para construir un futuro en Europa. Quedó en el camino.
Ironías del destino, Fouad N. terminó por interesar a los investigadores mucho más que su difunto hermano. Nacido hace 40 años en la ciudad de Ain Sufra (400 kilómetros al sur de Orán, junto a la frontera marroquí), tenía permiso de residencia legal en España y un expediente salpicado de incidentes desde 2012.
Dos arrestos por infracción a la Ley de Extranjería en Girona y Zaragoza, dos detenciones a manos de los Mossos d´Esquadra por robos con fuerza en las cosas y una estafa bancaria en la provincia de Soria. Mucho revuelo y poca relevancia estratégica para las fuerzas de seguridad… al menos, hasta el verano de 2019.
El 31 de julio, seis meses antes del ahogamiento del joven Yacine en la orilla levantina, la Policía Nacional captó la imagen de Fouad N. sentado junto a la cofia del motor fueraborda de una lancha de fibra blanca, afilada y plana sobre un mar calmo. La Unidad Contra las Redes Ilegales y Falsedades (UCRIF) de la Comisaría Provincial, en contacto con el Juzgado de Instrucción número Cinco de Almería, abrió una investigación sobre los ocupantes de la embarcación y etiquetó a Fouad N. con el neologismo ‘paterista’, término popularizado para nombrar a quienes colaboran con las redes de tráfico de personas como patrón de una patera.
Ese año la Policía Nacional arrestó a 19 ‘pateristas’ entre los 6.000 migrantes clandestinos identificados en la provincia y 269 embarcaciones rescatadas (o directamente capturadas por las patrulleras del Servicio Marítimo de la Guardia Civil).
Este episodio se convirtió en el primer contacto de Fouad N. con la inmigración irregular acreditado policialmente y en un punto de inflexión en la carrera por convertirse en el auténtico señor del tráfico de seres humanos en Almería. Había estado seis meses fuera de España y su regreso se produjo con cargas de profundidad. Los agentes creen que armó entonces la estructura en origen que luego explotaría con éxito hasta su arresto.
A lo largo del año 2020, el ‘paterista’ abandonó los peligros del mar para levantar y coordinar la presunta red criminal desarticulada por la Guardia Civil en la llamada Operación Sidegar, considerada como un hito en la lucha contra las mafias asentadas en esta orilla del Mediterráneo.
Contactos a alto nivel
Según informes a los que ha tenido acceso LA VOZ, la investigación cree que el sospechoso disponía de contactos a alto nivel en Argelia para la captación de migrantes y una estructura sólida en la provincia de Almería capaz de conectar ambos países con pateras-taxi, ofrecer alojamiento, proteger a los pilotos entre viajes y facilitar el desplazamiento de los viajeros a lugares como Alicante o la frontera francesa. Infraestructura, fondos y una visión de negocio para explotar el circuito, en ambos sentidos, ida y vuelta.
Dos conversaciones captadas por la Brigada de Información de la Guardia Civil a las 00.41 horas del 27 de septiembre y a las 0.52 horas del día 29 entre Fouad N. y otro ‘paterista’ reseñado como Hamza, que estaba en España y deseaba regresar a Argelia, evidencian el papel protagonista del presunto capo de la ruta Almería-Orán. Hamza se había quedado atrapado tras ‘descargar’ un patera y buscaba un pasaje de vuelta a través de la misma vía clandestina.
H. - ¿El hombre te viene de Argelia? ¿Viene a descargar aquí?
F. - Escúchame, descargue o no, yo te soltaré desde aquí, desde donde estoy.
H. - Así que la patera sale desde donde estás tú, ¿no es que venga de Argelia?
F. - Las dos cosas.
H. - No te entiendo.
F. - A veces vendemos el material (barca y motor) en Argelia. ¿Entiendes?
H. - Sí
F. - Porque el material cuando baja no vuelve. Por eso te he dicho que depende de cómo sea el pedido que tengamos.¿Me entiendes? Aunque nuestro material salga de Argelia... el trabajo, si no hay nada, entonces lo volvemos a soltar (desde aquí). Es que nosotros también trabajamos zatla (hachís), no solo la inmigración clandestina.
(…)
F. - Hay camino por los dos sentidos, tú ya me entiendes. Todo lo que nos viene bien a nosotros te vendrá bien a ti también.
H. -Como quien dice, en cuanto yo llegue al destino, entonces te pago.
F. - El dinero lo tienes que entregar en Argelia, antes de salir. Ya sabes...alguien de tu confianza y de la nuestra se quedará con el dinero. ¿Me has entendido?
H. - Eso está claro, hermano.
(….)
H. - Nos vemos, tomamos un café y buscamos una solución, seguro que alguna encontraremos...
F. -Si bajas a Layoun oirás hablar de Fouad de Almería.
La Operación Sidegar coloca al sospechoso como un figura clave para entender la explosión de la ruta migratoria desde Argelia por su capacidad para trabajar con mafias en origen y ofrecer una ‘cobertura’ completa antes y después de desembarcar en Cabo de Gata. Aunque no es el único.
Orígenes
Durante el año 2020, Guardia Civil y, en menor medida, Salvamento Marítimo localizaron a 5.300 migrantes en las costas de Almería, según datos de la Agencia Europea de Guardia de Fronteras y Costas (Frontex). Aunque la cifra es inferior a la registrada en 2019, el número de pateras casi se duplica. Esto es, llegan más barcas pero con muchas menos personas.
La razón está en la afluencia desde Argelia, que ha sustituido a las grandes ‘gomas’ de subsaharianos procedentes de Marruecos y que alcanza niveles inéditos hasta ahora. La profunda investigación desarrollada por los servicios de Información cita emplazamientos como Arzew, Cabo Carbón, Cabo Falcón, Mostaganem, Annaba o Ain El Turk como puntos calientes de la salida.
Más aún, las estadísticas publicadas en Argelia apuntan a la captura de varios miles de ‘harragas’ cuando pretendían viajar a España. Un reciente artículo en el diario argelino Le Quotidien cifra las operaciones abortadas por la Police de l´Ouest en 1.000 personas y 190 embarcaciones. De ellos, solo 180 migrantes eran extranjeros (en Almería se han detectado en los últimos meses ciudadanos bengalíes y egipcios en las pateras, aunque en un número testimonial).
Pues bien, Fouad de Almería era presuntamente parte de esta conexión y, de forma muy particular, un aliado en España para quienes lanzaban sus lanchas desde el norte de África. Porque el presunto traficante era también un ‘solucionador’ de problemas. Como un redero sentado en el muelle remedando los agujeros del trasmallo, el presunto traficante tenía un conocimiento exacto de qué hacer en cada caso y qué respuesta ofrecer.
Según documentos de la Guardia Civil consultados por LA VOZ, controlaba, al menos, tres viviendas en Roquetas de Mar, Garrucha y Vera, aunque no estarían a su nombre. Estos inmuebles eran supuestos pisos francos. También adornaba su perfil con un conocimiento preciso y detallado sobre el funcionamiento del sistema de Extranjería.
El mediodía del 24 de julio de 2020, el sospechoso recibió una llamada desde Argelia de familiares de inmigrantes preocupados por la captura de los ocupantes de un bote. Fuoad N. les tranquilizó. En plena pandemia, ni centros de internamiento ni repatriaciones. “Los han detenido. Hasta que no los dejen en libertad no puedo ir a recogerles (…) la cosa está complicada, pero luego los dejaran a todos en libertad (…) los dejan en libertad a todos, tanto a los que detienen en tierra como en el agua ,porque no hay barco para llevar a cabo las devoluciones y las fronteras están cerradas”, señaló Fouad N.
El capo estaba personalmente muy interesado en el futuro de los ocupantes de las últimas pateras que organizó porque, como revelan las diligencias, en una de ellas viajaba su hijo. Una conversación grabada a las 6.57 horas del mismo 24 de julio con su suegra, en Argelia, ahonda en ese aparente dominio de la situación.
Pandemia y CIE
“Escucha, mamá. A ellos los han detenido pero los dejarán en libertad. Hoy mismo me he visto con unos chicos a quienes la Policía detuvo durante 24 horas, aunque en algunos casos los detienen durante 72 horas. Les toman las huellas, así la próxima vez que los quieren identificar tendrían sus huellas en el fichero”, explica Fouad N. “El papel que le van a dar a la hora de ponerlo en libertad, le ayudará en el día que quiera regularizarse. No te preocupes, que un médico los va a examinar, están bien, esto no es como en Argelia”, añade para calmar a su suegra.
La preocupación por las relaciones familiares aparece en un lugar central durante su vida en Almería, a menudo conectados de manera directa con su capacidad para gestionar el tráfico de seres humanos. Así sucede con su cuñado. Ese 24 de julio, las fuerzas de seguridad captaron 24 pateras argelinas en el Levante con 292 personas. Cinco de ellas pusieron pie en tierra en el entorno de Carboneras. El joven Abdelkarim A. estaba entre ellos. O, por ejemplo, en la pelea que protagonizaron su pareja actual y su ex mujer (española) en la mencionada vivienda de Garrucha, donde la intervención de la Guardia Civil hizo temer a Fouad N. sobre su futuro profesional en el mercado del tráfico de inmigrantes.
Según los informes de la Operación Sidegar, Fouad de Almería habría participado como principal motor de la ruta desde Argelia hasta Cabo de Gata en el momento de mayor paroxismo, durante los primeros meses de la pandemia. Ya se le investigó sin resultados en una fase anterior bautizada como Operación Sidecar .
“De Málaga a Murcia está en mis manos”, le grabaron el 14 de julio de 2020 en una conversación con un supuesto traficante magrebí. Los informes acreditan contactos para adquirir lanchas y motores a gran escala. Fouad N. tenía planes grandes para explotar la ruta.
Frontex refuerza sus recursos un año más
La Agencia Europea de Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) Aha acordado prorrogar un año más el plan de apoyo contra la migración clandestina en España, con las operaciones Indalo (Almería) y Minerva (Islas Canarias) como principales focos. Frontex tiene 257 oficiales desplegados en el Mediterráneo Occidental y Canarias. La agencia ha anunciado que, además de ayudar con la gestión migratoria, “trabaja en estrecha colaboración con España para abordar la delincuencia transfronteriza, incluido el narcotráfico”. “Ahora podemos confiar en nuestros propios oficiales que forman parte del cuerpo permanente, por lo que estamos listos para aumentar nuestra huella operativa en cooperación”.
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