Cabía esperar que ese ‘tren de borrascas’ del que hablaban los meteorólogos acabara por alcanzar la provincia de Almería. Si el pasado fin de semana ya se dejó notar un descenso de las temperaturas, que por otra parte han sido más primaverales que invernales, ayer se hacía notorio un periodo de mayor inestabilidad en la provincia.
Así que durante un par de días al menos los almerienses recuperaremos la sensación de que el invierno aún está ahí fuera. Ya durante la madrugada del lunes se registraron algunas lluvias, aunque en forma de chubascos aislados que dejaron cantidades sólo suficientes para mojar calles y plazas, pero sin que los registros puedan ser tenidos en cuenta para superar la habitual escasez de lluvias de febrero.
Tiempo incómodo
El paso de ese frente, que como está ocurriendo en las últimas semanas discurren de oeste a este y barren prácticamente toda la península, se hizo notar ayer con un poquito más de frío (los termómetros apenas rebasaron los veinte grados centígrados), un poquito de agua (como se ha comentado sin prácticamente incidencia), pero sobre todo con vientos fuertes de poniente.
Como suele ocurrir en este tipo de episodios, ese viento, con rachas que se acercaron en algunos momentos a los cien kilómetros por hora, fueron ayer los causantes de ese ambiente inestable que incomoda a los ciudadanos.
Sensación térmica
Las ráfagas de viento arremolinado trajeron a los almerienses una sensación de frío más acusado que en los días precedentes y aunque, efectivamente, tanto las máximas como las mínimas descendieron algunos grados (tres o cuatro menos), se produjo ayer ese efecto denominado ‘sensación térmica’, que implica que las personas sienten un frío mayor que el que indican los termómetros porque el aire “enfría los cuerpos”, en palabras de los meteorólogos.
En cualquier caso nada que no hubieran avisado los analistas del clima; este pasado fin de semana Eduardo Romay, del colectivo almeriense de analistas Cazatormentas, pronosticaba que la borrasca pasaría sin pena ni gloria sobre Almería, con un descenso leve de temperaturas y con “algo de lluvia, pero muy poquita”.
Decía Romay que en todo caso la provincia recibiría algunos chubascos dispersos: “el lunes, más bien por la mañana, y el martes, más bien por la tarde, seguramente lloverá algo, salvo en las costas del levante de la provincia, pero cantidades muy escasas”. Así ocurrió ayer mañana y, si no se producen cambios en la trayectoria de la borrasca, puede que así pase esta tarde.
Vuelve la estabilidad
A partir de mañana miércoles, según esas previsiones, la provincia recuperará la normalidad, si por normalidad se entiende que las temperaturas vuelvan a registros que estarán de nuevo por encima de los veinte grados en las zonas próximas al litoral. El interior, como corresponde al invierno, supone menores registros en los termómetros.
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