Almería, 23-F de 1981

Recorrido por la Almería del 23 de febrero

Tejero, durante el golpe de Estado.
Tejero, durante el golpe de Estado. Europa Press
Juan Aguilar Plaza
22:15 • 22 feb. 2021
Han transcurrido 25 largos años de aquella dramática fecha. Es tiempo para la serena reflexión y, en mi caso, para la gratitud. Gratitud publica para un profesional dela comunicación almeriense que, en la oscura noche de los transistores, cuando el pensamiento delos españoles convergían en la regia esperanza, puso todo su potencial humano al servicio de la Constitución amenazada y la libertad, sin importar riesgos, con generosidad y patriotismo, consciente del momento histórico que vivíamos y de las consecuencias dramáticas que para el pueblo español podrían derivarse si el mal llamado “Supuesto Máximo Anticonstitucional”, finalmente, se hubiese consumado.

Hoy, alejado de esta tierra, le dedico estas líneas, como sencillo homenaje.

Sabida es la intranquilidad y alarma social que en la sociedad española se había gestado en aquel periodo, merced a los reiterados y sangrientos atentados de ETA y GRAPO; a la incipiente y contradictoria puesta en funcionamiento del estado de las autonomías con la concesión de los estatutos a Euskadi y Cataluña, preludio, para algunos, del desmembramiento de España; al paro y la apabullante escalada de la inflación; ala recesión económica, y a los rumores interesados, mensajes
y comunicados del colectivo “Los Almendros”, difundidos por “El Alcázar” que, crípticamente, predecían la inminencia de un proceso involutivo.

A todo ello la UCD, que tanto había contribuido a la estabilidad en ese periodo de la transición, rápidamente se cuarteaba a causa de las luchas internas de poder, obligando al Presidente Suarez a presentar su dimisión el 29 de enero de 1981. Pocos días después los españoles asistimos al bochornoso espectáculo que protagonizaría la izquierda separatista vasca en “La Casa de Juntas", interrumpiendo el discurso del Rey, en medio de una incalificable algarada.

El caldo esta servido.

DICIEMBRE DE 1980

El partido FUERZA NUEVA organiza un mitin en el Cine Imperial de la capital. Sectores de la extrema derecha e involucionistas copan de propaganda la ciudad. Se anuncia una importante intervención de su líder BLAS PINAR. La delegación almeriense de esta organización realiza un enconado esfuerzo para rodear el ato de la expectación y repercusión adecuada.

En este contexto el responsable de subzona de un servicio nacional de inteligencia del Estado, encomienda a un agente encubierto de aquel en Almería cubrirlas actividades y posibles contactos de BLAS PINAR durante su estancia en nuestra capital.

Por aquel entonces, ese servicio no tenia competencias para investigar la trama involucionista en el seno de las fuerzas armadas , atribuidas a los servicios específicos de aquellas; Pero si, naturalmente, a las organizaciones, grupos o partidos de naturaleza civil que, de alguna forma, colaborasen o conspirasen al fin expresado.

Al agente almeriense, destinado en un cuerpo de seguridad, le fue fácil provocar ante el mando la necesidad de cubrir la seguridad del líder anunciado, mediante el servicio apropiado de escolta, habida cuenta de la inestable situación político-social reinante y la posibilidad de generarse algún conflicto o agresión por parte de sectores enfrentados.-

Naturalmente se puso al frente de la misma.

Por su parte, la sección “C” de FN (Seguridad) ya había dispuesto un dispositivo de protección de su líder compuesto por un nutrido do la operación horas antes.

Los dos inspectores y el conductor regresaron a “punto cero”, dando cuenta de la incidencia.

Pero, claro esta, todo eso no acabé ahí.

El agente expresado alertó su red específica en el ámbito, pudiendo confirmar, horas más tarde que en un piso próximo a la Avenida de la Estación se había celebrado una reunión restringida entre Blas Piñar, varios jefes militares, un mando de un cuerpo de seguridad y algún civil, todos ellos identificados, consiguiéndose más adelante, averiguar las líneas generales de los contactos mantenidos.-

Nadie, en aquel momento, podría predecir que estos indicios nada tendrían que ver con el entramado del 23-F y si, mas bien, con el complejo de contactos y apoyos, de carácter genérico, que rodearon los acontecimientos que, grupo de activistas, algunos provistos de armas de fuego.

Al término de la comida de hermandad que siguió al mitin, se organiza una caravana, cerrando la marcha de la misma, el vehículo “K” policial de escolta. Oficialmente se dirigen al domicilio del jefe de F.N en los aledaños del Hospital Provincial.

En un momento determinado, casi en la misma puerta del centro sanitario, el vehículo de seguridad de la sección “C*, conducido por un conocido militante, ya fallecido, realizó una rápida maniobra de “cierre”, tipo “tupamaro”, cruzando el vehículo, mientras un segundo no identificado el retroceso del coche policial. No fue posible salir del atasco, frustrando el seguimiento.

Los disciplinados miembros de la seguridad se disculparon vivamente fingiendo una avería, asegurando no saber el destino de su líder que había girado rápidamente en dirección al Paseo de San Luis, rodeando el hospital.-

Años mas tarde alguno confesé haber recibido órdenes expresas de “despistar a la policía “ por cualquier medio, habiéndose estudia mucho mas tarde, en octubre-82, serian abortados merced a la meritoria y decisiva actuación de los servicios operativos de la AOME dependiente del Centro superior de Información dela Defensa-CESID, al detectar, en una operación agresiva “los papeles” del llamado “golpe de los coroneles”, que llevaría a la inteligente neutralización de esta peligrosa y estudiada conspiración golpista.

Pero esta es otra historia de cuya repercusión en Almería, hoy no toca hablar.

23 DE FEBRERO 1981

A media tarde alguien llam6 al agente del servicio, antes citado, quien todavía sesteaba, informándole de un atentado en el Congreso. Conectó la TV y pudo ver en directo lo que todos los españoles.

Rápidamente activó el secráfono y conectó con su superior, pero éste tampoco disponía de más información; se suceden las llamadas desde el Gobierno Civil, servicio de información de la policía, jefe de la 2° Bis militar y un destacado político dela UCD, entre otros. Todos seriamente preocupados, como es natural.

Desde un pueblo del Almanzora alguien llama informando que algunos antiguos somatenes se han presentado en un cuartel dela ‘Guardia Civil “por si hacían falta’

Un comunista amigo, muy alarmado, pide información y consejo. Se le recomienda que “limpie” de papeles su casa y esté atento al transistor.

El teléfono no cesé en toda la tarde-noche.

Sobre las 21 horas, se recibe la orden de informar del paradero y actividad en Almería del ‘Capitán General de la IX Región Militar, de visita oficial.

Difícilmente, con los medios humanos de que se disponía en aquel periodo en Almería, podría llevarse a cabo, con mediana eficacia, la orden recibida.

En el gobierno militar, el mando responsable que tenía asignada esta misión procedía desprecintar el pliego secreto que contenía las instrucciones para poner en marcha la “operación DIANA", por si la autoridad militar ordenaba su inicio. Se intenta conectar con alguno delos mandos que intervienen en esta tarea, sin conseguirlo.

En esta tensa situación hubo que alertar a determinados contactos de probada lealtad constitucional. Entre ellos a un profesional de los medios de comunicación almeriense que, consciente del dramático momento histérico que vivíamos todos, no. dudé en poner su persona, profesión y vehículo al servicio de la legalidad

Así se pudo comprobar la estancia de aquella autoridad militar en un concreto lugar en compañía del responsable del gobierno en la provincia. Del ambiente reinante; de su “tranquilidad”; de su seguimiento hasta los confines de la provincia, donde paré a cenar en un determinado lugar, sin ni “prisa”.-

Quedó así despejada cualquier duda que hubiera podido generarse respecto a este honorable militar, de probada trayectoria constitucional.

Este profesional de los medios almeriense expres6, en las comunicaciones mantenidas esa noche, su preocupación y alarma por las repercusiones que para determinados sectores políticos tendría esta situación, si finalmente el golpe se consolidaba.

Sobre la marcha se ideó crear, caso necesario, una organización de socorro y ayuda a la qué, incluso, se llegó a denominar “RED GUADIANA" Para formar parte de este quimérico proyecto se pensé en un conocido periodista de la capital y en un destacado político dela UCD, a quienes se informó a posteriori del mismo, pasado el tiempo.

La comparecencia en TVE de S. Mel Rey en la incipiente madrugada disipó las tinieblas de aquella oscura noche. El túnel quedaba atrás, aunque no sus brumas.

Pero eso es otra historia.

Hoy, con la perspectiva del tiempo, podría aventurarse que posiblemente nadie en Almería estaba al tanto de aquella concreta intentona, en la fecha que se produjo.

El 23-F fue el comienzo de dos años agitados y, por qué no decirlo, apasionantes, sobre todo: para los responsables de desarticular los procesos involutivos, en España naturalmente también, en Almería.










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