La comunidad educativa almeriense trata de mantener la calma a pesar de la noticia que esta mañana ha vuelto a tensar sus nervios: la muerte de una profesora en Marbella a causa de una hemorragia cerebral dos semanas después de recibir la vacuna de AstraZeneca. De momento, la Agencia Española del Medicamento está recabando datos para dilucidar si existe una relación directa con la inyección.
En los últimos días, muchos docentes almerienses han comprobado si fueron vacunados con el lote investigado de AstraZeneca, el ABV5300, a través de la aplicación de ClicSalud+. Otros, sin embargo, prefieren no saberlo teniendo en cuenta que “ya tampoco se puede hacer nada”. Lo que sí parece estar claro es la fecha en que se suministró -en torno al puente del 28F, Día de Andalucía- y quiénes la recibieron: profesionales de la enseñanza y algunos sanitarios y cuerpos y fuerzas de seguridad, todos ellos menores de 55 años. Y si bien se sabe que han sido un total de 19.627 los almerienses que se han puesto la primera dosis de la vacuna hasta su paralización, desde Salud no especifican a cuántos se suministró el lote bajo sospecha.
Ángel Sánchez, del IES Los Ángeles de la capital, es uno de los profesores vacunados con el lote en cuestión y trata de relativizar la alarma generada tirando de datos. Y no le falta razón: el Ministerio de Sanidad ha informado hoy de que, entre las 939.534 dosis puestas en España, está investigando tres casos de personas que han sufrido trombosis tras la administración de la vacuna, uno de los cuales ha terminado en fallecimiento, el de la profesora de Marbella.
“Realmente esto no me ha supuesto ningún problema, ni frustración ni me ha sentado mal. Cuando uno se pone una vacuna o toma un medicamento, sabe que el riesgo cero no existe; es lo mismo que cuando lees el prospecto de un medicamento, al final no te lo tomas. Si la Agencia del Medicamento dice que es segura, adelante”, apunta a LA VOZ.
En los mismos términos se expresa otro de los docentes afectados, Avelino González, del IES San Isidro de Níjar. “Hay gente preocupada porque te vacunas pensando en que es la solución a un problema y ahora resulta que te puede venir otro mayor, pero yo estoy más o menos tranquilo. Viendo las noticias que van surgiendo, lo cierto es que la estadística está jugando a nuestro favor, ni hay tantos casos ni sabemos si el lote tiene que ver”, manifiesta.
Ustea pide "certezas sanitarias"
Desde el sindicato Ustea, Jorge García, que también ha sido vacunado con AstraZeneca, pide “certezas sanitarias”. Es decir, explicaciones por parte de las autoridades sanitarias, pero también de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, “porque ahora mismo hay mucha incertidumbre, aparte de los miedos que pueden generar este tipo de alarmas”. “Necesitamos certezas sobre qué va a pasar, los plazos para quiénes ya tienen puesta la primera dosis y para quién no ha recibido ninguna”, apunta a este periódico.
Para Ustea, toda esta historia de la vacuna constituye un nuevo elemento de estrés para un profesorado que se siente agotado ante el que está siendo el curso más difícil que se recuerda. “Los profesores están muy cansados de tener que pelear todos los días para mantener las medidas de seguridad, y ahora que parecía que teníamos la luz al final del túnel, surge este tema que supone retrasarlo todo en el mejor de los casos”, sostiene.
En este sentido, Ángel Sánchez pone en valor el gran esfuerzo llevado a cabo por equipos directivos y docentes que ha hecho posible que los centros educativos apenas se hayan resentido de "una tercera ola que ha sido brutal en Almería". “Al inicio de curso, todos pensábamos que en octubre nos iban a cerrar y aquí seguimos”, apunta.
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