Si hay un antes y un después en la carrera política de Javier A. García, ese fue 2008, el año en que empezó a trabajar codo con codo con Gabriel Amat. Con 20 años de experiencia orgánica y de gestion, ha ido adquiriendo parcelas de responsabilidad, hasta llegar en 2019 a la presidencia de la Diputación Provincial y, a partir del próximo mes de junio, también a la del Partido Popular de Almería.
¿Tiene conciencia de que abre una nueva etapa y un relevo generacional al frente del PP?
Sí. Está claro que yo no puedo ser Gabriel Amat, porque Gabriel Amat es único, lo ha demostrado a lo largo de todos estos años que ha llevado al partido a las máximas cuotas. Yo llevo con él desde 2008, he aprendido con él parte de la fórmula para poder tener ese éxito. Y parte de esa fórmula es el equipo. Yo solo soy la cabeza visible de un gran equipo que va a escenificar ese cambio generacional. Gabriel Amat ha querido que sea ahora y es muy generoso por su parte, porque tenía todos los elementos encima para seguir. Y yo estoy muy agradecido que sea mi persona la que pueda presentarse a presidir el Partido Popular.
¿Qué más contiene esa fórmula de éxito?
Gabriel dice muy a menudo que hacen falta tres cosas en la vida para tener éxito, trabajo, trabajo y trabajo. Pero hay un secreto y es que tienes que trabajar mucho más que tu adversario. Es fundamental para poder llegar con el proyecto a todos lados. Pero hay otro secreto más, que el partido al que represento sea el que más se parezca a la sociedad que quiero representar. No puede ser al revés.
¿En qué momento tuvo conciencia de que era el elegido?
No, nunca he tenido conciencia de que yo era el elegido, ni nunca lo he pedido. Simplemente he sido una persona que he dejado mis mejores horas y mis mejores años en el puesto que se me ha asignado. Siempre me he centrado en lo que he tenido, nunca en lo que pudiera tener. Nunca he sido consciente de que podría llegar a ser candidato a la presidencia del PP, lo digo de corazón…
… ¿en ningún momento?
Mira, a mí por primera vez Gabriel me dice que no va a optar a la presidencia del Partido Popular el jueves pasado. Antes había hablado conmigo y me planteaba varios escenarios, pero ninguno me lo había concretado nunca. Cuando él realmente se sienta conmigo a decir que no va a optar a la presidencia fue el jueves al mediodía.
¿Cuando le cedió el testigo al frente de la Diputación no se dibujó ya el escenario de sucesor también al frente del partido?
Pero a mí nunca me ha influido. Yo conozco a Gabriel mucho y conozco este partido y esta provincia mucho. Siempre he estado muy centrado en la encomienda que tenía. Por tanto, lo que se ha podido hablar, el ruido, insisto y créeme, nunca me ha influido. Es más, si me hubiera influido, hubiera sido imprudente. He intentado guardar la prudencia oportuna y, cuando ha llegado la hora, a partir de ese momento tengo mi período de meditación.
¿Tuvo alguna duda?
No, pero las formas hay que intentar guardarlas. Gabriel es muy de guardar las formas y de marcar los tiempos. Y yo he aprendido esas cosas de él. Yo no podía lanzarme a decir que me presento de candidato a la presidencia del Partido Popular sin antes haber hablado con las personas más cercanas a mí.
¿Podría haber habido otros candidatos?
No lo sé. No tengo ni idea.
¿O personas que tuvieran expectativas?
No me consta, pero, si los hubiera, sería lo más lógico. Eso es sano democráticamente y no tiene por qué enturbiar. Pero, a día de hoy no me consta.
Podría ser que su candidatura hubiera frustrado alguna expectativa.
Bueno, pero al final no es posible que en un partido todo el mundo opine igual y cuando pasa eso, es peligroso. Lo bueno es que haya debate interno, ordenado, donde se aporte y se enriquezca el proyecto. Por tanto, no creo que nadie se sienta frustrado. Creo que en el proyecto que yo voy a presidir, todo el mundo va a estar representado. Va a ser un cambio moderado, donde todo el mundo suma. Somos un partido de centroderecha que necesitamos trasladar a la sociedad moderación y es lo que voy a tratar de hacer.
Cuando desde el Partido Popular Nacional y desde el PP andaluz se anuncia un pacto de listas de unidad, una la de Almería…
… te corto, la de Almería nunca se pacta, porque no había nada que pactar.
Así se anunció.
Ya te digo yo que en Almería nunca se pacta. Tanto Génova como Sevilla dan por hecho que en Almería no hay nada que pactar.
¿Y por qué la meten en el mismo saco que otras provincias?
No sé lo que pasa en otras provincias, pero en Almería no hubo ni un solo minuto de discusión ni debate para pactar nada. Todo el mundo estábamos unidos en torno a un líder que se llama Gabriel Amat. Si Gabriel decidía no presentarse, hablaríamos. Y es lo que hemos hecho. Y eso lo sabía Sevilla y lo sabía Génova. Por tanto, la autonomía de Almería la han respetado. Sabiendo Sevilla y sabiendo Génova que tienen un fiel colaborador en esta provincia. Nosotros estamos encantados con Juanma Moreno y estamos encantados con Pablo Casado. De hecho, los dos me han mostrado el apoyo.
¿Almería va a ser más casadista o más de Moreno?
No. Aquí no se trata de casadistas o morenistas. Moreno es ahora el presidente de la Junta Andalucía y del PP andaluz y Casado el presidente del Partido Popular. Nosotros tenemos que contribuir a que gane Juanma Moreno la Junta Andalucía, porque lo está haciendo muy bien. También tenemos que contribuir cuanto antes a que Pablo Casado sea presidente del Gobierno de España. Pero Almería no es ni casadista ni morenista, es del Partido Popular.
Dentro de la fórmula de la que hablábamos, ¿cuánto vale la lealtad?
Lo máximo. Eso es fundamental en la vida.
¿Se dan deslealtades?
La política es como la vida, nada más que tiene el proceso muy acelerado. ¿En la vida hay deslealtades? Pues claro. Lo más importante es saber exactamente dónde se quiere llegar y comprender y tener empatía con la persona que tienes al lado trabajando. A veces crees que se producen deslealtades y no es verdad. Lo que se produce es la incomprensión de que no te has puesto en su piel. Aquí no puede haber deslealtades como definición y si las hay, el responsable seré yo.
¿Qué idea de partido tiene en la cabeza, más allá de Génova y de Sevilla?
Al final, la cuenta de resultados de un partido político son los votos. No hay otra. Gabriel Amat ha hecho una cuenta de resultados excelente y va a ser muy difícil superarla. Ahora los tiempos han cambiado. El partido tiene que tener una línea fuerte y ganadora, con las circustancias y los problemas del siglo XXI. Un partido tiene que ser abierto, no puede ser unipresidencial, hoy la gente nos pide corresponsabilidad, opinar, ser partícipes. El éxito es que en cada rincón de la provincia haya un afiliado del PP y que además se sientan orgullosos. Y, ojo, cuando señalamos el problema, damos una solución.
¿Ese orgullo se ha visto mermado en los últimos tiempos por los escándalos?
No, fíjate, hemos aumentado la afiliación en el último año en la provincia. Y en los últimos meses mucho más.
¿A qué lo atribuye?
A que la gente ya se siente mucho más identificada con un proyecto que lidera Juanma Moreno en Andalucía, con una buena gestion, y que confían en el liderazgo de Pablo Casado y, por tanto, la gente se está ilusionando muchísimo más con el PP. Tenemos que ser esa correa de transmisión con Sevilla como con Madrid, pero tener nuestra identificación propia. El PP es el partido que mejor conoce la provincia.
¿Debería Juanma Moreno adelantar las elecciones?
Él sabe de sobra que si ahora adelanta la elecciones tendría un resultado mucho más holgado y seguiría siendo presidente de la Junta Andalucía. No lo hace, primero, porque hay estabilidad en el Gobierno y, segundo, porque hay muchas cosas por hacer antes de meter a los andaluces en un proceso electoral. Si Juanma Moreno estuviera pensando en Juanma Moreno o en el PP, ahora mismo adelantaría las elecciones.
¿Ha pensado entonces Ayuso más en ella y en el PP?
No, porque Ayuso tenía inestabilidad. Es más, si no hubiera adelantado las elecciones, ahora mismo Madrid estaría gobernada por un gobierno de sanchistas y Podemos, con apoyo de Ciudadanos. Desde luego, ella acertó.
¿Qué radiografía hace de la fuerza de cada partido en Almería?
El Partido Socialista está más preocupado de sus problemas internos que de la sociedad almeriense. Cuando ha dejado de tener la hegemonía en la Junta de Andalucía, es cuando han venido sus problemas. Ciudadanos está pasando horas bajas, creo que es un partido que puede aportar mucho, es moderado, y queremos seguir teniendo una buena relación porque creo que suma la apuesta de Ciudadanos y el Partido Popular en esta provincia. Vox está permanentemente señalando el problema, pero cuando tienen la oportunidad de resolver el problema salen huyendo, como en El Ejido.
¿Vox ha dejado de ser una amenaza para el PP?
Nunca lo ha sido.
Les restó en las últimas elecciones.
Eso es cierto. Nosotros no vamos a fijarnos en lo que hace Vox, nos vamos a fijar en nuestro proyecto. Lo que queremos es que cualquier persona que un día cogió una papeleta del Partido Popular y la depositó en la urna y ya no lo hace, ganarnos su confianza, porque seguramente no lo hagan porque el Partido Popular se haya equivocado. Nuestra obligación es rectificar y volver a conquistarlos.
¿Ciudadanos sería para el PP de Almería un socio preferente?
No es que sea un socio preferente. La predisposición que tiene Ciudadanos en Almería para hablar con el PP es mayor que la que tiene el PSOE. ¿Que me gustaría tener el mismo diálogo o más con el PSOE? Pues claro que sí. Y creo que debo tenerlo porque el PSOE representa a miles de almerienses.
Tener la presidencia del PP y de la Diputación da mucho poder. ¿Ese poder para qué lo va a emplear?
La gente que me conoce, Antonia, jamás me ha escuchado hablar ni de poder ni de ejercer ningún poder. No pretendo tener poder ni ejercerlo. Lo que pretendo es ser útil a Almería. El poder lo tienen los propios almerienses. No me gusta la palabra poder. Me gusta la palabra respeto y, desde luego, equipo. Lo que quiero intentar es ser influyente para resolver los problemas de los almerienses, tanto en Sevilla como en Madrid.
Pues esa influencia ¿para qué se puede utilizar para la provincia de Almería?
Para muchas cosas. Hay que pactar temas con el Gobierno de España, intentar que Almería pueda tener las inversiones que se merece. Igual que en Andalucía. Es verdad que ahora estamos viendo cómo Almería está en la agenda política de la Junta de Andalucía. Lo que tenemos que intentar es llegar a acuerdos y pactos con el Partido Socialista, primero, porque hay muchos almerienses que están detrás del Partido Socialista. Y, segundo, porque su partido está gobernando en España. Almería se merece que nos pongamos de acuerdo.
¿Cuáles de esos temas son prioritarios?
Hay tres pilares fundamentales. Eso es intocable. La agricultura, y todo lo que tiene que ver, como el agua. El tema de la infraestructuras es intocable también. Y el sector industrial, tanto la industria auxiliar de la agricultura, como la transformación de la piedra. Ahí no podemos titubear. Y por supuesto, siempre que haya una persona parada en Almería, tenemos que poner de nuestra parte para que así no sea.
¿Quién va a componer su equipo? Tendrá que unir sensibilidades…
No, no, no. El equipo no va a ser un equipo de cuotas. Eso es lo primero que tengo clarísimo y lo primero que les dije a todos de mi propio partido. No quiero un equipo de cuotas porque sería empezar con mal pie el proyecto que quiero liderar. El equipo que yo quiero tener es un equipo ganador y donde esté representado el partido de toda la provincia. Te puedo garantizar que va a ser así y no quiero hacerlo solo. La única persona que tengo clara es el número dos.
¿Es Ramón [Fernández-Pacheco]?
(Risas) No lo voy a decir ahora mismo. Pero la única persona que tengo clara es el número 2 y a partir de ahí empezar a construir. Tengo la posibilidad de hacer todo el equipo.
¿No tiene indicaciones?
No hay ninguna indicación y me negaría a que me impusieran a alguien. No me han impuesto a nadie. Simplemente están depositando la confianza en mí. Y yo tengo que corresponder con sentido común, con mucha visión de lo que el partido necesita, y es lo que pretendo hacer. Pero ni me han impuesto a nadie, ni me van a imponer absolutamente a nadie. Tampoco admitiría ninguna imposición, también te lo digo. Es una de las cosas que he aprendido de Gabriel Amat.
¿Y a manejar los tiempos?
También. Exactamente. También.
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