Empresa y montaña: seis lecciones de ultrafondo y la conquista a la cima

Hablamos con Silvia García Pérez, Directora y formadora en Wings Coaching

Parte del Club Ultrafondo Almería, entrenando en la montaña.
Parte del Club Ultrafondo Almería, entrenando en la montaña. La Voz
Pablo Poza
07:00 • 30 abr. 2021

La montaña y la empresa son dos grandes metas que siempre queremos conquistar, se parecen en muchos aspectos y para llegar a su cima es importante tener una preparación física y mental. Soy amante de la montaña desde niña, hace unos meses casi por casualidad conocí el Club Ultrafondo Almería y dije a Pepe, su entrenador, “enséñame a correr”. Nunca he sido deportista y comenzaba en un club con un nivel muy alto, seis meses después puedo decir que parte de lo aprendido lo he integrado en el ámbito empresarial también, hoy te contaré algunas lecciones.



Primera lección: la cultura es lo más importante 



Al entrar al club pasé una entrevista donde me preguntaron mis objetivos y me explicaron los valores del club. A esto en empresa se le llama cultura empresarial definida. Soy la persona más lenta en los entrenamientos, pero nunca me han dejado atrás, siempre ha habido alguien a mi lado dándome ánimos, enseñándome técnicas y contándome anécdotas de cuando empezó. Eso es una cultura de equipo.



¿Qué ocurre cuando en una empresa sus valores están definidos y se aplican cada día? Que puedes apoyarte en ellos cuando las cosas se ponen difíciles, que involucras a la persona desde el primer para que “sea parte de esos valores”. Crear y mantener una cultura de empresa es una apuesta segura.



Segunda lección: tienes que lograr que tu corazón se entere de que existes 



Comenzaba yo mis primeros entrenamientos “por sensaciones” con un reloj que apenas comprendía cuando me dijo un día Pepe (entrenador del club), “tu corazón aún no sabe que existes”, esta frase fue maravillosa para mí. Estoy convencida que el estrés proviene de nuestra desconexión: las personas planificamos una cosa, hacemos otras y terminamos con sensaciones desagradables por la falta de coherencia. En la empresa es igual, lo que planeamos, finalmente no coincide. El corazón y la cabeza no siempre van coordinados. Queremos un buen clima y normalizamos lo contrario.



Cuando llevas dos horas corriendo por una montaña y te quedan otras tantas necesitas que tu cuerpo y tu mente empiecen a negociar, a distribuir energía, a combatir la fatiga. Y en ese diálogo continuo contigo mismo eres feliz. Somos capaces y eficientes cuando logramos que la mente se entere de las sensaciones del cuerpo y el corazón se entera que no va solo. “Una empresa es feliz cuando las personas colaboran con la dirección y los directivos se involucran con el bienestar (corazón) de las personas”.



Tercera lección: si no logras metas grandes que sea porque lo eliges, pero no porque creas que no puedes

Subíamos al Tótem de Aguadulce con David, me ayudó mucho cuando corría 5 kilómetros y apenas respiraba. Hablábamos sobre el para qué hacer carreras de 80 o 100 kms, si era necesario o no. Entonces me dijo: “Yo creo que cada uno puede elegir sus metas mayores o más pequeñas, pero que nunca sea porque crees que no puedes. Porque puedes entrenar, prepararte y terminar una carrera de 20 o de 80 kilómetros. Esa frase me encantó. Como persona que no ha sido deportista no tenía una preparación mental pero esa frase me abrió a un mundo de posibilidades que llevé a la empresa.


Un emprendedor con pocos recursos se puede preparar para ser una empresa multinacional, sí, por supuesto que sí. Pero tendrá que entrenar cada día para llegar a esa carrera y terminarla en condiciones. Y sobre todo saber que para una maratón puedes entrenar en dos o tres meses, pero para una ultramaratón tienes que prepararte física y mentalmente durante mucho tiempo. ¿Qué ocurre en muchas organizaciones y emprendimiento? Que se lanzan a por metas para las que no están preparadas mental ni físicamente.


Cuarta lección: si quieres llegar lejos ve más lento y cuida el corazón

Como aprendiz de ultrafondo para hacer grandes distancias hay que empezar más lento y cuidar el corazón. Las personas son el corazón de la empresa, si las cuidamos ellas nos harán llegar a meta. Uno tiene que plantearse la carrera por etapas, no darlo todo en la salida si quieres llegar con energía. Hay que saber a qué distancias están los avituallamientos y cuando podrías reponer energía. ¡Cuántos proyectos no se abandonarían en una empresa si aprendiéramos a estudiar el camino, entrenar para el reto y sobre todo ir más lentos, pero con energía!


Quinta lección: la vida es un misterio y a veces ocurren cosas que no entiendes 

La montaña te recuerda lo pequeño que eres ante la vida y la naturaleza. La vida a veces tiene cosas que no podemos controlar, como lo que están viviendo muchas empresas hoy con esta situación de COVID-19. Nuestro Club Ultrafondo Almería vivió una pérdida muy sentida hace unos días, nuestro compañero Juanma García Salas nos dejó repentinamente haciendo lo que más disfrutaba, correr. Desde aquí un abrazo a toda su familia y compañeros de club.


Cabe preguntarse al terminar cada jornada ¿he hecho hoy algo que me ha hecho feliz? ¿He ayudado a alguien, he dejado una pequeña semilla para que el mundo sea mejor mañana? Porque ese será un día que habrá valido la pena vivir.


Sexta lección: cada pequeño límite que superas influye en todo tu entorno

La mayoría de los problemas que ves en tu empresa sólo son habilidades no adquiridas, que aún no tienen nombre. Aprende a detectar detrás de cada problema qué recurso o habilidad se necesita y comienza a entrenarla. Hay demasiado potencial esperando ser desarrollado dentro de las empresas. “Todos podemos correr una ultramaratón si nos preparamos con tiempo y disciplina”, detalla Silvia García, Directora y formadora en Wings Coaching.


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