El desdoblamiento de la nacional 340, ese que durante años llevó de cabeza al entonces concejal de Urbanismo para conseguir las expropiaciones, elegir proyecto y desarrollar las obras, es desde este martes la Avenida del Alcalde Juan Francisco Megino López. En un acto de reencuentros, no en vano han estado presentes concejales de las cuatro corporaciones que vivió como miembro del plenario, se cumplía el acuerdo de distinguir a los alcaldes de Almería de la democracia (una vez que han abandonado la vida política) con una calle en su ciudad.
Y es que, como decía el actual regidor, Ramón Fernández-Pacheco, “el callejero de las ciudades no solamente es una herramienta útil para la ordenación del tráfico y del desarrollo de la vida diaria, es también la memoria física de los afectos y de los reconocimientos de la sociedad a personas cuya trayectoria artística, personal o profesional ha contribuido a hacerlas mejores en todos los sentidos” y en este caso el reconocimiento a Juan Megino llega de la mano del que fue quizá su gran logro como alcalde, el de la designación de Almería como sede de los Juegos Mediterráneos en 2005. Una celebración que “supuso un antes y un después” para la ciudad no solo en materia de instalaciones deportivas sino “en un incremento de autoestima y un justificado orgullo” por tener “los mejores Juegos Mediterráneos de la historia”.
Feliz y con el mismo don de palabra del que hizo uso en su etapa política, Juan Megino decía sentirse “emocionado” por el reconocimiento y mostraba su “gratitud” a todos aquellos que lo han hecho posible “empezando por el PP que me permitió allá por año 95 poniéndome a la cabeza de una lista electoral accediendo a la Alcaldía con un hito, impresionante entonces, que fue la mayoría absoluta. Agradecer y recordar a los miembros de la Corporación de esos años con quienes, desde las diferencias pero también desde el entendimiento, trabajamos para sacar esta ciudad adelante”.
Una ciudad que no es la suya de nacimiento, a la que vino hace 50 años “para hacer una sustitución de un mes en la Bola Azul” y de la que ya no se ha marchado. Tiene claro que en su vida todo ha sido “un conjunto de azares” que le han permitido desarrollar su profesión y llegar a tener una importante vida política que nunca había imaginado. De hecho, reconoce que a su mujer no le gustó demasiado la idea porque “intuía la cantidad de renuncias que nos traería a los dos. Pero mereció la pena”. A pesar de esta negativa anduvo ese camino con él y por ello ha querido darle las gracias.
Un agradecimiento que se ha hecho especial al dirigirse al alcalde por la elección del espacio que lleva su nombre. “Por aquí llegué a Almería hace 50 años y era un calvario para miles de almerienses. Poder alcanzar el hito para tener este espacio supuso muchas dificultades. Dificultades presupuestarias pero sobre todo personales, hubo mucha gente que defendiendo sus pequeños terruños y poniendo todos los problemas posibles al Ayuntamiento para hacer esta inversión” pero al final se culminó y que ahora lleve su nombre: “me ha encantado”.
Los presentes
Con los sones de los himnos de Almería y Andalucía se destapaba la placa y llegaba el turno de las fotografías, los abrazos y las felicitaciones. Entre las más sentidas la que se hacía Juan Megino y su mujer con su grupo de amigos, los mismos que le arroparon el día de su toma de posesión y con los que aún mantiene la relación, pero también la que se hizo con su familia, esa que le ha acompañado en cada uno de sus pasos.
En la vertiente política fueron llamativos los reencuentros con antiguos compañeros como el anterior alcalde Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, el que fuera portavoz municipal del PP, José Luis Aguilar; quien llevara los mandos de Urbanismo en su Corporación, María Muñiz; o uno de los ideólogos de los Juegos Mediterráneos, Antonio Sáez. Fue curioso ver en el acto a algunos de aquellos concejales que dejaron el PP ese verano de 2002 como Pedro Pablo Ruiz y Manuel Gómez Montoya. El que no acudió, la relación se enfrió en los últimos años de Gial, fue Esteban Rodríguez.
Se ha reencontrado Megino también con Miguel Cazorla, a quien inició en política, y con la actual concejal de Urbanismo y que fuera su mano derecha, Ana Martínez Labella.
Los siguientes en poner su nombre a una calle o a un espacio público serán el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, y el senador Luis Rogelio Rodríguez-Comendador como alcaldes que también han sido en esta etapa democrática por el PSOE y el PP respectivamente. Pero eso será cuando ya hayan abandonado la política.
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