La reestructuración de la Diócesis de Almería avanza y uno de los temas pendientes que aborda ya la nueva curia es el de la situación del Seminario, situado en la carretera de Níjar. Tal y como informó este martes el obispo coadjutor, Antonio Gómez Cantero, a los sacerdotes de la Diócesis en una asamblea celebrada en Aguadulce, se está estudiando la posibilidad de trasladar el Seminario a otra Diócesis.
No obstante, esta decisión (que aún no está tomada de forma definitiva, aunque sí es muy probable que termine cumpliéndose) no supone un cierre indefinido del Seminario almeriense, sino que en todo caso sería un "traslado temporal" del centro formativo a otra diócesis vecina: se rumorea que Granada o Murcia podrían acoger a los alumnos almerienses, siendo la capital del Segura la que más puntos tiene.
Los motivos
Mucho se habla ya de los motivos que hay tras la posibilidad del traslado del Seminario a alguna provincia vecina, y lo cierto es que dos son los principales argumentos que esgrime el propio obispo para razonar el cierre: la economía de la Diócesis y ciertos aspectos pedagógicos.
Por una parte, la esquilmada economía de la Diócesis de Almería no puede sostener el Seminario: ese antiguo y gran edificio de la carretera de Níjar acoge a tan solo 9 estudiantes del seminario mayor y 2 del menor (y uno de ellos ya habría comunicado su intención de abandonar el seminario el próximo curso). Para ello, la Diócesis (que se encarga de forma íntegra de la formación y la manutención de los estudiantes) se hace cago del costoso mantenimiento de un edificio tan grande, que incluso cuenta con jardín.
De esta razón deriva un rumor tajantemente desmentido por fuentes cercanas a la Diócesis: no se plantea la venta del edificio y, si acaso, podría estudiarse en un futuro su cesión o el alquiler del mismo. Pero no por el momento. Ahora mismo el objetivo del cierre no sería otro que cerrar el grifo del coste que supone mantener ese edificio con sus puertas abiertas y en activo.
Por otro lado, existen ciertos motivos formativos que justificarían el traslado del Seminario. Si bien hay más seminaristas que en otras Diócesis, lo cierto es que se trata de una comunidad pequeña y, aún más importante, hermética: apenas salen del Seminario, sin contacto con las parroquias que gestionarán en un futuro, ni con las comunidades a las que habrán de guiar espiritualmente.
Así, este estilo formativo bastante alejado de aquello del pastor con olor a oveja (metido entre el rebaño y empujado por el propio ganado cuando se queda dormido) sería otro motivo más para lanzar a los alumnos al mundo exterior: a Seminarios más grandes, con más alumnos y más abiertos al mundanal ruido.
Las reacciones
La posibilidad del cierre del Seminario para su traslado a otra provincia fue anunciada por el propio Gómez Cantero en los últimos días a tres grupos afectados por la posible decisión: el lunes, a los profesores del Seminario, que recibieron la noticia con división de opiniones; el mismo lunes, al Consejo de Consultores, un órgano conformado aún por los miembros elegidos por Adolfo González Montes y que no han recibido con un aplauso la decisión; y, por último, ayer fueron informados todos los sacerdotes de la Diócesis, que apoyaron la decisión de forma prácticamente unánime (tan solo una persona mostró su rechazo en la asamblea).
A falta de que el propio obispo confirme su decisión final sobre un Seminario que el curso que viene no recibirá nuevos alumnos, parece que la formación sacerdotal de Almería se va de viaje por un tiempo.
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