El Seminario se queda sin cantera

Hoy, 73 años después, el nuevo Seminario se ha quedado grande debido a la crisis de vocaciones

El espléndido jardín del Seminario en octubre de 2007, cuando el centro contaba con treinta y cinco alumnos.
El espléndido jardín del Seminario en octubre de 2007, cuando el centro contaba con treinta y cinco alumnos. La Voz
Eduardo de Vicente
18:28 • 03 jul. 2021 / actualizado a las 07:00 • 04 jul. 2021

“La vocación es un don de Dios y a cada persona le llega de forma distinta”, me dijo un estudiante de Teología hace unos años, en una visita que hice al Seminario de Almería. Ese don debe de estar agotándose a juzgar por el escaso número de jóvenes que eligen el camino del sacerdocio. Son tan pocos que nuestro histórico Seminario está a punto de echar el cierre, ya que nueve alumnos hacen imposible su rentabilidad. 



El edificio, que empezó a construirse en 1948 para sustituir al viejo Seminario de la Plaza de la Catedral que se había quedado pequeño, no soporta la soledad en sus dependencias. Se ha quedado grande ante la escasez de vocaciones. La cantera se le ha ido agotando y no ha llegado esa renovación generacional que permita la continuidad del centro. Quién le habla de Dios a los niños de hoy, que pulsando un botón del móvil tienen el mundo a su alcance. 



Qué lejanos quedan  aquellos días en los que había que tener un padrino para poder matricularse en el Seminario. Era tanta la demanda que el viejo edificio junto al convento de las Puras no podía recibir tantas peticiones. Tenía una capacidad para cien alumnos y llegó a tener ciento treinta, por lo que las autoridades no tuvieron otra salida que embarcarse en la construcción de un nuevo Seminario partiendo de cero, con las arcas completamente vacías. 



Se pensó entonces que fueran los propios fieles los que costearan parte de la obra y se puso en marcha la célebre campaña ‘Pro-seminario’ con la que se recaudaron importantes cantidades de dinero que ayudaron a afrontar los cinco millones de pesetas del proyecto.



El cuatro de julio de 1945, el Obispo don Enrique Delgado firmó la escritura de la compra del terreno y tres años después, el quince de mayo de 1948 se colocó la primera piedra sobre un solar de 24.000 metros de superficie.  Aunque estaba previsto que el nuevo edificio estuviera concluido en poco más de dos años, debido a los problemas económicos las obras se alargaron durante cinco años, hasta que por fin, el domingo seis de diciembre de 1953, el ministro de Educación Nacional, don Joaquín Ruiz Giménez, inauguró el nuevo Seminario con una gran ceremonia en la que estuvieron presentes todos los seminaristas de la provincia y todos los curas que pertenecían a la diócesis. 



Por primera vez, Almería contaba con un edificio suficiente para poder acoger a los niños que se formaban en el Seminario Menor y a los jóvenes que recibían las enseñanzas de Filosofía y Teología en el Seminario Mayor, en una época donde las devociones estaban de moda y donde eran muchas las familias que soñaban con que alguno de sus hijos estudiara para ser sacerdote.



El nuevo Seminario tenía tres plantas, un sótano, una gran nave central ocupada por la iglesia, dos patios y un gran campo de deportes donde destacaba el campo de fútbol. Un gran entramado que se ha ido quedando vacío en los últimos años porque ya no llegan alumnos suficientes para poder mantener este gigante. Hace trece años, en el curso 2007-2008, había treinta y cinco estudiantes matriculados, hoy solo  son nueve.



Si se confirma el traslado de los seminariastas al colegio de Murcia, la Iglesia tendrá que recomponer el puzle para buscarle una nueva vida al palacio de la Carretera de Níjar. En estos tiempos de crisis económica, agravada por la epidemia de Covid, le sobrarían edificios vacíos.  Una de las posibilidades para darle un nuevo uso al Seminario podría pasar por ubicar en sus dependencias la casa sacerdotal que ahora mismo se encuentra en la Plaza de la Catedral.


Temas relacionados

para ti

en destaque