El AVE avanza más en el BOE que con albañiles en el tajo

El AVE de la ‘Isla de Almería’ -que lleva 16 años disecado, que se ha tragado el clamor de miles de almerienses en El Paseo, que ha ahogado el grito de empresarios y trabajadores en el Teatro Cervantes, que ha hecho multiplicar el gimoteo de decenas de cargos públicos junto a los leones del Congreso- vive ahora preso de un misterio: todos los tramos están adjudicados y en obras (en carga dicen los eruditos), pero en ninguno de ellos se ve un albañil ni un ingeniero, ni un poco de cemento fraguando, ni una viga medrando, ni el rastro de una colilla de final de jornada.

Por no verse, no se ve ni un solo bar de carretera dando menús a los operarios de las empresas adjudicatarias. En los buenos tiempos del AVE, cuando de verdad se trabajaba en él, los gazpachos y los platos de carne con patatas corrían por las mesas del Bar Anita de Los Gallardos o de la Venta del Pobre, devorados por tanto operario gallego o portugués de empresas como Sando o San José. Parece que fue ayer, pero ha pasado más de una década de ese fragor de gravilla y túneles como el de Gafarillos que permanece tapiado.

Ahora no; ahora no hay fragor que se precie y que se aprecie, a pesar de que desde la dirección del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), que preside Isabel Pardo, se asegure que todos los tramos del tren de alta velocidad a su paso por la provincia de Almería están en marcha. “Están en marcha sí, pero sin marcha”, expresa un indignado presidente de la Cámara de Comercio, Jerónimo Parra, por el paisaje inanimado que presentan las obras.

“En el ADIF dicen que sí, que los trabajos se están realizando, pero los que somos de aquí sabemos que solo hay que darse una vuelta por las obras para ver que no se mueve nada, añade Parra. Cuando el Gobierno dotó al AVE de Almería con 580 en los Presupuestos de este año, los almeriense poco más o menos se veían ya llegando en menos de tres horas a Chamartín. Sin embargo, a 4 de julio, de esa cuantía no se ha invertido aún ni el 5% y ni un milagro conseguirá que se alcance en 50% de lo presupuestado. Llueve sobre mojado: en más de una década no se ha llegado nunca a cumplir el Presupuesto del AVE almeriense.

Un empresario madrileño que no quiso identificarse aseguraba ayer a este diario “No sé cómo los almerienses siguen pagando impuestos”. Pero por qué si las obras están adjudicadas y publicadas en el BOE, las empresas no ejecutan plataformas, vías y catenarias: todo apunta, aseguran fuentes cercanas a estas licitaciones, que las empresas estarían presionando al ADIF para que apruebe unos modificados que el Administrador no está dispuesto a autorizar, al contrario de lo que se ha venido haciendo en el resto del AVE español. De una forma o de otra, Almería siempre paga el pato. Aunque en teoría, en el tramo Pulpí-Vera se esté trabajando, la realidad es otra. “Allí no hay nadie”, dice Parra. Y lo mismo ocurre en Venta del Pobre, donde han vuelto a crecer las matas sobre el cemento anterior.

La clave está en los costes: las empresas ganaron las obras pujando a la baja. Ahora se dan cuenta de que los proyectos están mal hechos y hay que gastar más en ejecutar y amenazan a la Administración con rescindir el contrato, como ya hizo Sacyr. Les sale más barato pagar una penalización de diez millones que hacer la obra con un desfase de 40 millones. Las consecuencias para Almería serían funestas: más paralización y más retrasos.

Ferrovial, acciona, Sacyr, FCC y Comsa

Una deficiente redacción de algunos proyectos podría hacer patinar de forma estruendosa al ministro Ábalos, quien aseguró que el AVE estará en Almería en 2025. Los gabinetes jurídicos de las grandes constructoras ya trabajan presionando al ADIF para que se aprueben modificados, porque consideran que se incluyen elementos, por ejemplo, como vigas pretensadas ya en desuso. Almería como siempre, lleva las de perder. Las empresas adjudicatarias de tramos del AVE son Ferrovial-Acciona en el Pulpí Vera; Sacyr en Venta del Pobre-Los Arejos; FCC en Los Arejos- Río Andarax; y Comsa en el último tramo hasta el Soterramiento de El Puche. El tramo más parado en la actualidad es el de Sacyr.