Almería es la provincia andaluza con la tasa de envejecimiento más baja, y se encuentra entre las tres provincias españolas con un índice menor de envejecimiento del conjunto de la población, según un estudio de la consultora de empleo Adecco, en base a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Los datos oficiales indican que Almería presentaba a abril de este año una tasa de envejecimiento del 87 por ciento, lo que significa que residen en la provincia 87 personas de más de 64 años por cada cien que tienen menos de 16. Es la tasa más baja de Andalucía y también la más reducida a nivel nacional, excepción hecha de las dos ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, levemente por debajo de Almería.
Comparativa
Frente a esa tasa del 87 por ciento en Almería, Andalucía está veinte puntos por encima, llegando al 107 por ciento. La tasa española es aún más alta ya que a tenor de los datos registrados por el INE la media nacional registrada se sitúa en 129 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16, cuarenta y dos puntos porcentuales por encima de la almeriense.
En cualquier caso el proceso de envejecimiento de la población no ha dejado de crecer en la última década, un hecho coincidente con la tendencia en el conjunto del territorio nacional.
En el último año, coincidiendo con la pandemia generada por el coronavirus, ese índice ha aumentado un 2,6 por ciento, desde el 84,6 por ciento en que estaba a finales de 2020.
Natalidad y defunciones
Tal repunte del envejecimiento se produce a pesar de que la pandemia ha incrementado el número de defunciones en un 17 por ciento, según recoge el estudio, afectando especialmente a la tercera edad y a colectivos como el de personas que padecen enfermedades crónicas.
Sin embargo, el aumento de las defunciones se compensa en buena medida con el descenso del número de nacimientos, que también se ha visto impactado, presentando una caída del 6 por ciento en el último año.
De la misma forma el indicador coyuntural de fecundidad alcanzaba el año pasado su valor más bajo desde el año 2000, con un índice de sólo 1,1 hijos por mujer, según recoge el INE. Ese hundimiento de la tasa de natalidad durante el último año se relaciona con la incertidumbre provocada tanto por la crisis económica derivada de la pandemia como al temor existente por la situación sanitaria, que ha llevado a muchas parejas a retrasar la decisión de tener un hijo por temor a tener problemas de salud.
Ojo a las pensiones
La desinflada tasa de natalidad y el alto índice de envejecimiento que lleva años creciendo sin pausa, tienen su consecuencia más visible -e inminente- en el sistema de pensiones. La relación cotizante/pensionista cerró 2020 con una cifra de 1,9, un índice que está en caída desde el año 2007, cuando la cifra era de 2,7 cotizantes por cada pensionista.
En el caso de Almería, y como consecuencia de disponer de una población más joven que la mayor parte de las regiones españolas, esa relación es de 2,75 cotizantes por pensionista, lo que la sitúa como la provincia con mayor tasa de cobertura, junto con Madrid, y una de las pocas que dispone de cotizantes necesarios para cubrir la cuantía de sus propios pensionistas. La ‘cruz’ en este caso llega por la vía de la cuantía, y es que los almerienses están entre los que perciben las pensiones más bajas del país.
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