La primera lección que ofrece la economía a toda persona que quiera abrazar esta ciencia, es que la empresa es una organización abierta propensa a ser cambiada por los factores externos del mundo, y no al revés. Que mejor ejemplo, económicamente hablando, que el tremendo impacto que puede tener una pandemia mundial en todo el tejido empresarial, obligando a cualquier modelo de negocio a adaptarse al nuevo orden impuesto por el mundo o a quedarse a la zaga para subirse al tren del desarrollo o en el peor de los ejemplos quedar condenado al cierre y posterior desaparición.
Para Francesco Caldarozzi, un empresario italiano, licenciado en Administración de Empresas y afincado en Almería desde el año 2017, la reflexión sacada, tras las consecuencias de la Covid-19 han sido muy claras, expandir su idea de negocio y crear sinergias con otras empresas vecinas a su entorno para crear un efecto multiplicador económico de la zona.
Junto con su primo Antonio Santacroce, que llegó desde el Abruzzo a Almería como uno de los primeros estudiantes Erasmus de la ciudad, decidieron abrir en la playa de San Miguel el restaurante de comida italiana ‘Buono: la bella vita italiana’ que desde su inauguración ha tenido una gran aceptación entre la población local y la pujante comunidad de estudiantes de intercambio de la Universidad de Almería.
A pesar de las inversiones realizadas en el negocio, que han resultado un éxito entre los amantes de la pizza, estos empresarios almerienses han decidido echarle un pulso a la pandemia llevando acabo una estrategia comercial, inédita en la ciudad. La entrega de sus pedidos a embarcaciones fondeadas en la bahía, que arrancará su servicio regular la semana próxima. Para hacer esto posible se han asociado con la empresa Marine Horses S.L. de alquiler de motos de agua.
Pioneros
En la actualidad pedir comida a domicilio se ha convertido en un hábito para una sociedad que se ha visto obligada a permanecer en casa o privada de visitar espacios públicos de manera regular. Ahora, que la gente demanda ese tiempo de ocio que no ha podido disfrutar, Marine Horses y Buono separan momentáneamente sus ojos de tierra firme para fijarlos en el escenario azul que tienen en frente de sus establecimientos, cubriendo un rango de acción entre Retamar y Aguadulce, aunque no descartan ampliar sus entregas a barcos fondeados en Almerimar o San José.
En una entrevista para este periódico el restaurador italiano junto con Fran González, uno de los propietarios de Marines Horses S.L. señalaron que “estamos hablado de un servicio que no existe en Almería” y es que una gran cadena lanzó una idea similar que no fue puesta en práctica.
Riders de las olas
Coordinados de manera interna, ambos negocios trabajan codo con codo para garantizar una entrega segura y en óptimpo estado al cliente, el restaurante se encarga de la elaboración de los alimentos y mediante sus repartidores los hace llegar al puerto, donde espera uno de los riders de Fran González y Luis Miguel Capel que se encargan previamente de localizar la embarcación mediante coordenadas de radar y ubicación GPS a tiempo real.
Durante los últimos meses ambas empresas han desempeñado su tiempo en organizar simulacros de entregas para comprobar como afecta el impacto de la moto de agua sobre las olas en el pedido, llegando a conseguir minimizar cualquier tipo de incidente.
Francesco Caldarozzi cree firmemente en las fortalezas que tiene la provincia para el negocio de la restauración y sostiene que lo más importante es innovar y tender sinergias entre los negocios vecinos. “Solo así podremos generar un efecto multiplicador de la economía” comentó el restaurador italiano.
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