“Ojalá que Marcos sea el último niño que muera así en Almería”

La noche de este viernes se cumplen cuatro días del fallecimiento del pequeño Marcos Mohedano Ramírez, de 12 años, después de caer fulminado en el polideportivo municipal de Huécija con una parada cardiorrespiratoria mientras jugaba al fútbol con sus amigos. 

Sus familiares, con los que ha podido hablar este diario, siguen en shock, destrozados por el fatal acontecimiento, porque, como dijo el martes en el funeral el vicario general de Almería, Ignacio López, quien había bautizado a Marcos y a su hermano mellizo Pablo hace 12 años, se ha ido “un niño bueno, simpático, cariñoso, inteligente y sensible... que se tenía que haber quedado aquí muchos años”. 

“Era un encanto, un angelito en la tierra, la alegría de la casa, un gran aficionado al fútbol -era un apasionado de la UD Almería- y a la bicicleta, que quería ser gamer profesional”, agregaba ayer, aún emocionado, su tío Juan P.

Aunque los familiares se muestran muy agradecidos por la atención que el menor recibió en el centro de salud de Alhama de Almería por parte de todo el personal sanitario, han expresado también sus dudas sobre los medios disponibles en la comarca para atender un accidente como éste, y se plantean si son  suficientes. 

“Nuestro deseo ahora es que el caso de Marcos sea el último en la comarca y en Almería, y que se puedan disponer a partir de ahora todos los medios materiales y humanos para asegurar la atención médica”, señala el tío del muchacho, que fue precisamente quien llevó en una furgoneta al pequeño desde Huécija hasta el centro de salud junto a Dori, la madre. 

"Llamaron a una ambulancia con medios" Y es que la familia no alcanza a entender, por ejemplo, que los sanitarios les dijeran, cuando el pequeño aún luchaba por su vida en el centro de salud de Alhama, que “habían llamado a la ambulancia de Canjáyar porque es la única que tiene medios para atenderle”. 

“No entiendo cómo es posible que una ambulancia tenga más medios que un centro de salud”, repetía una y otra vez otro familiar en la conversación con este periódico, quien pudo ver cómo se utilizaba material de la ambulancia, que llegó más de 20 minutos después que el niño al centro de salud, en los intentos para recuperarle.

Los familiares han relatado cómo sucedió todo este fatídico lunes. Marcos y su hermano viven en Almería, pero suelen pasar fines de semana y vacaciones en Huécija, de donde es su madre, Dori. El lunes, ambos estaban en el pueblo. Por la mañana habían ido a la piscina y por la tarde jugaban al fútbol en el polideportivo municipal. 

Poco antes de las 19,30 horas, Juan P., tío del niño, recibió una llamada de Dori, diciéndole que Pablo, su otro hijo y hermano mellizo de Marcos, le había llamado  diciéndole que se había desvanecido en el polideportivo. 

La madre pidió a Juan que se acercara a por él. Juan, militar de profesión, corrió a toda velocidad hasta el campo, hasta el punto de que apenas un minuto después se encontró a su sobrino tendido en el césped, rodeado por otros niños. 

Morado y sin respirar “Estaba morado y no respiraba, así que le practiqué un masaje cardíaco y respiración boca a boca, y noté que empezó a respirar”. 

En ese momento, Juan pensó que, con el consultorio de Huécija cerrado -en él quizás haya un desfibrilador que podría haberle salvado la vida-, esperar allí la llegada de una ambulancia podría llevar más de 20 minutos, lo que era todo “un mundo” para él en ese momento, por lo que decidió llevarlo en coche hasta el centro de salud de Alhama. 

Juan llamó a su mujer para que avisara al centro de la llegada de la emergencia, mientras Dori llegaba con la furgoneta al polideportivo, de forma que en poquísimo tiempo ya estaban de camino al centro de salud. 

En el trayecto, mientras Dori conducía, Juan tenía sobre sí el cuerpo de Marcos y seguía sometiéndole a maniobras de recuperación. En solo cinco minutos, a las 19,35 horas, llegaron al centro médico, donde ya le esperaban, preparados, un ATS y una médica. 

“Mientras el ATS le continuó practicando un masaje cardíaco, la médica le ponía una careta con oxígeno. Luego vino otro hombre con un maletín -posiblemente con un desfibrilador-, y cerraron la puerta”, recuerda Juan. 

Poco después, fue cuando los sanitarios dijeron a la familia que habían llamado a la ambulancia de Canjáyar “porque es la única que tiene medios”, puesto que la que se encontraba en el centro de salud de Alhama había salido para otra atención y no estaba en el pueblo.

“Cuando llegó la ambulancia -unos 30 minutos después que el niño- , los sanitarios sacaron de ella oxígeno y mochilas. Tras su llegada, Marcos fue intubado”, dice Juan. Minutos después, un médico salió para decirles que le habían intubado y que iban a intentar estabilizarlo. Los segundos se hacían horas a los familiares presentes, mientras otros iban llegando al centro.

"Esperen lo peor"  Minutos más tarde volvía a salir una médica. “Nos dijo que Marcos estaba muy mal, que seguían intentando estabilizarlo, pero que esperaban lo peor”. Efectivamente, la siguiente ocasión en que la médica de la ambulancia salió de la sala donde el pequeño era atendido, a las 21,16 horas, es decir más de hora y media después de llegar al centro, fue para decirles que “Marcos había fallecido por muerte súbita, por una parada cardiorrespiratoria”.

La médica dijo a la familia que podría seguir la vía judicial, para hacer la autopsia, por lo que tardarían un día en entregarles el cuerpo del pequeño, pero les indicó que a su juicio se trataba de una muerte súbita y que, por tanto, no era necesario. 

Los familiares prefirieron no prolongar más su dolor y optaron por no pedir que se hiciera la autopsia. Entre ellos también se encontraba otro tío del pequeño y hermano de la madre, Juan José Ramírez, concejal socialista en Huécija, quien ha sido alcalde durante 24 años en el municipio y quien ha tenido que vivir en su vida dos sucesos similares, como recordaba a este periódico, todavía destrozado por lo sucedido, el primero en 1986, cuando perdió a un hermano con solo seis años, y ahora a su sobrino.

"Se siguieron todos los protocolos" Ante las dudas de la familia sobre la falta de medios, la Delegación provincial de Salud ha afirmado, en un escueto mensaje a este diario, que “el centro de salud de Alhama de Almería cuenta con todo lo necesario para realizar la recuperación avanzada y se activaron y siguieron todos los protocolos”.

Ante la pregunta sobre los motivos que llevaron a pedir una ambulancia, Salud indica que “fue una decisión médica”. Cabría pensar que la ambulancia podría haberse llamado en previsión de trasladar al niño hasta Torrecárdenas en el caso de que fuera estabilizado, pero Salud no ha dado esta explicación. 

“La zona tendría que tener al menos dos equipos médicos completos para urgencias, y tres ambulancias en lugar de dos. ¿Si tuviéramos estos equipos sucederían estas cosas?”, se pregunta Juan José Ramírez, tío de Marcos. Y es que, añade, como sucedió el lunes, con la ambulancia de Alhama fuera y la de Canjáyar en Alhama, “¿quién hubiera atendido cualquier otro accidente?"

Cómo actuar ante una parada cardiorrespiratoria Ante una parada cardiorrespiratoria es fundamental, ante todo, una atención rápida en el lugar de los hechos y alertar al servicio de emergencias sanitarias 061, como expone José Miguel Garrido, enfermero especializado en emergencias. Y es que pasados cuatro minutos sin atención, cada segundo que pasa disminuyen rápidamente las probabilidades de supervivencia y aumentan las posibilidades de que aparezca daño cerebral irreversible o la muerte. 

“Lo primero que hay que hacer es valorar el estado de consciencia, averiguar si la víctima responde a estímulos, y a continuación hay que pedir urgentemente ayuda al entorno”, dice Garrido. 

El siguiente paso es comprobar si la persona respira, “echándole la cabeza hacia atrás y acercándonos hacia su nariz y boca. Podemos comprobar  si respira por el movimiento del tórax, por el ruido de la respiración o sintiendo el aire que expulsa”, continúa el enfermero, que apunta a continuación que si el paciente no respira, es imprescindible llamar al Servicio de Urgencias y Emergencias Sanitarias 061 y comenzar inmediatamente las maniobras de resucitación cardiopulmonar básica (RCP). 

La RCP básica es el conjunto de maniobras estandarizadas, cuya función es sustituir la función del corazón y de los pulmones de la persona que ha sufrido una parada cardiorrespiratoria. Fundamentalmente son las compresiones torácicas externas (masaje cardíaco) y las respiraciones o ventilación boca a boca. 

“Al mismo tiempo que se activa el sistema de emergencias hay que solicitar el desfibrilador externo automático más cercano”, prosigue Garrido. En la actualidad, son muchas las instalaciones deportivas que ya lo tienen, así como prácticamente todos los consultorios y centros de salud. De ahí a que sea importante que aunque estos lugares estén cerrados, dejen los desfibriladores a mano para ser utilizados en cualquier momento.

Compresiones torácicas El enfermero de emergencias almeriense indica que hay que iniciar inmediatamente las compresiones torácicas, asegurándose de que la persona se encuentra boca arriba y sobre una superficie dura, lisa y firme, sin trasladar al paciente hasta que, en su caso, lleguen los servicios de urgencias. 

“Se deben hacer 30 compresiones torácicas en el centro del tórax, y a continuación dos insuflaciones boca a boca, aunque si estamos dos personas, cada una debe dedicarse a una de estas tareas”, dice el enfermero, quien precisa que “si nos encontramos con una parada y no tenemos ni idea de qué hacer, se debe llamar al 061, de forma que los gestores de emergencias nos dará instrucciones precisas para hacer una RCP dirigida de forma telefónica”.

Por último, Garrido explica que una vez que dispongamos del desfibrilador, es necesario conectarlo a la víctima lo más rápidamente posible y seguir sus instrucciones, y destaca que también es imprescindible seguir todos los pasos de la cadena de la supervivencia indicados para dar las máximas posibilidades al paciente, mientras llegan los equipos sanitarios de emergencias.