Prudencia y responsabilidad. Eso es lo que lleva pidiendo el Ayuntamiento de Almería a sus ciudadanos, sobre todo los más jóvenes, desde que se abriera la mano en estos meses de desescalada y así tratar de evitar grandes aglomeraciones de gente y la celebración de ‘botellones’ en cualquier rincón oscuro de la ciudad.
Ahora que se acerca la ‘no feria’, y viendo lo que ha ocurrido en otros lugares de España como Vitoria en la que las calles se han llenado de botellones incontrolados, el alcalde, Ramón Fernández-Pacheco, además de la pedir responsabilidad, prepara la celebración la próxima semana de la Junta Local de Seguridad que tiene que determinar el plan de control de estos días.
Afirmaba el regidor que espera “la presencia del subdelegado de Gobierno Manuel de la Fuente” que es el encargado de la coordinación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, y será allí el lugar en el que se establezca el camino a seguir para controlar la situación.
“Desde el Ayuntamiento hemos puesto todo de nuestra parte para la Feria sea segura y por eso hemos suspendido toda actividad que nos hacía albergar duda. Todas las que podrían suponer un problema, se han suspendido”, explica el regidor. Dentro de estas medidas se encuentra la contratación del control de aforo. Un contrato que ha previsto la colocación de un total de seis cámaras con las que poder captar imágenes del recinto ferial y con ellas, a través de un software, monitorizar el volumen de personas que hay en cada una de las diferentes zonas.
Este control será fundamental en el interior de esta instalaciones pero lo que está por ver es la situación que se puede generar con la realización de botellones en las cercanías del recinto ferial y del Parque del Andarax, espacio que sufre este tipo de actividades los fines de semana y que se incrementan en feria.
Botellón
Lo cierto es que, según explican desde el Ayuntamiento, no se ha notado un importante incremento de la realización de botellones en la ciudad durante este verano, pero eso no significa que no haya algunos casos. De hecho, durante este fin de semana los vecinos más madrugadores que paseaban por uno de los miradores del paseo marítimo de El Toyo se encontraban con los restos de una celebración. Bolsas, botellas, vasos...todo lo necesario para burlar la normativa.
También se han denunciado este tipo de actitudes en zonas como el Mesón Gitano y algunos parques de la ciudad.
Más allá de esta lógica preocupación por los botellones, el alcalde exponía ayer cómo será la celebración de esta ‘no feria’. Será una edición tan diferente que “no tendrá alumbrado especial”, lo que supone que ni siquiera se haya previsto el montaje de la portada, y que el recinto ferial se convierta solamente en un espacio de ocio infantil.
“Solamente estará en funcionamiento hasta las doce de la noche, se montará las atracciones para los más pequeños con mucha distancia y cumpliendo todos los protocolos” tal y como ya se está haciendo con los ‘cacharricos’ que conforman ‘Divertoyo’.
Abierto
Todavía no está cerrado el número de atracciones que se montarán, aún está en marcha el proceso administrativo, pero se colocarán con mucha distancia para evitar aglomeraciones.
Además, también montarán sus puestos los feriantes que se dedican a la hostelería o a la repostería. “Son feriantes profesionales que llevan un año y medio sin trabajar”, recalca el alcalde.
Los que no podrán montar ni casetas ni ambigús durante el mediodía son los hosteleros que tendrán que apostar por una celebración diferente dentro de sus establecimientos.
Será una edición de conciertos, actividades culturales, actos religiosos -pero sin procesión-, homenaje a los Mártires de la Libertad, y ese ocio a los más pequeños. Habrá que esperar para ver qué tal funciona.
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