“En el aeropuerto de Kabul vi cómo pisaban a mujeres y niños. Fue horrible”

Una visita a su familia cambiaría su vida después de que los talibanes tomaran Kabul

“En ese momento ya tienes los nervios destrozados, ¿Tú no tendrías dudas de conseguirlo?” Foto de V.N.
“En ese momento ya tienes los nervios destrozados, ¿Tú no tendrías dudas de conseguirlo?” Foto de V.N.
V. Navarro García
07:00 • 05 sept. 2021

Mientras repasaba una por una la batería de preguntas, el humeante café hacía tiempo que se convirtió en un brebaje frío y sin brillo, pero pensar en conocer a mi interlocutor me tenía tan absorbido que la cafeína matutina quedó en segundo plano.  Al cabo de un rato, en la cafetería entró un muchacho espigado y bien vestido, que amablemente se presentó como “el estudiante de la UAL que estuvo bloqueado en el aeropuerto de Kabul”.  Un chico de apariencia inofensiva pero con unos ojos  que contenían el fuego interior al hablar de su familia y su país.



‘Salam’, Emran (nombre usado para su seguridad), ¿podrías contarme quién eres y qué te motivó para venir a Almería?



Soy de Afganistán, concretamente de la ciudad de Kabul, la capital. Aterricé en Almería en septiembre del 2019, antes de ese año me encontraba en Nueva Delhi (India) estudiando ‘Business Administration and Management’. Se me ofreció poder hacer un programa de movilidad estudiantil y, la verdad, que las opciones eran bastante interesantes. Después de mucho pensarlo, decidí que España sería una excelente elección. Siempre he estado interesado por su historia, el clima es muy bueno y la Liga de Fútbol es algo que me apasiona.



¿Eres el primer estudiante afgano de la UAL? 



Sí, en efecto, tanto yo como mi compañera Era somos los primeros estudiantes que representan a nuestros países en la Universidad de Almería. Ella es de Nepal y yo de Afganistán. Vinimos para estudiar un semestre y al final acabamos transfiriendo nuestros expedientes para estudiar de manera oficial en la UAL el Grado de Administración y Dirección de Empresas.



He oído que en Delhi están mosqueados porque sus estudiantes se vienen aquí.



¿¡En serio!? (Exclama entre risas) No se nada de eso.



¿Desde cuando no veías a tu familia? 

En dos años no he podido visitar a mi familia. Todos sabemos que el COVID-19 ha puesto el mundo patas arriba y hemos tenido que adaptarnos a la situación. Cuando las cosas empezaron a relajarse, planeé ir a casa después de los exámenes,  pero lamentablemente tuve que adelantar mi vuelo debido al fallecimiento de mi abuelo a principios de julio.

Lo que debía de haber sido una visita alegre se vio precipitada por una motivación trágica. Al menos pude completar todos mis exámenes de manera online desde  mi casa en Kabul.


¿Cómo te has comunicado con ellos hasta ahora? 

Básicamente a través de las redes sociales y Whatsapp.


¿Antes de viajar a Afganistán tenías alguna información que te hiciera sospechar que algo iba a pasar? 

Para nada. Ni siquiera teníamos idea hasta un día antes de que los talibanes capturaran Kabul. Nos enteramos en el momento en que irrumpieron en la capital. El Presidente ya no se encontraba en la ciudad y, a partir de ahí, empieza el caos y el desconcierto para todos.


¿Qué información se está difundiendo ahora en Afganistán? 

No es exactamente como aparece en las noticias. Desde que el Talibán tomó el poder, están mostrando una “cara amable”. Pero no dejan que las malas noticias salgan al aire. Estamos viendo imágenes de entendimiento con los Estados Unidos, las Naciones Unidas o con la gente. Pero me temo que es una cortina de humo. También es cierto que, antes de lo que ha pasado, he tenido que explicar muchas veces a mis amigos que no vivimos en medio de la guerra. Afganistán ha sido vista constantemente en los medios occidentales como si no fuera un lugar seguro.


¿Recuerdas que estabas haciendo en el momento en que Kabul es tomada? 

Sólo te puedo decir que estaba andando con mi padre hacia su oficina cuando nos enteramos de todo y no recuerdo más. A partir de ese momento nos quedamos en shock y solo pensaba en lo que le pudiera pasar a mi familia. Yo al ser residente en Almería podría volver, pero mi familia no...(toma aire), lo cual podría ponerla en una situación delicada.


Imagino que has temido por ellos... 

Aún tengo miedo.


¿Cómo se te ocurrió que la UAL podría ayudarte? 

Para ser sincero ni siquiera se me pasó por la cabeza. Un amigo que estudia en Rumanía se vio en la misma situación que yo y me llamó de inmediato para decirme que su universidad había pedido a las Fuerzas Estadounidenses que le ayudaran a sacarlo de Afganistán y me sugirió hacer lo mismo.


Entonces llamaste a la UAL  o enviaste algún correo electrónico, ¿no?

Inmediatamente contacté con Era y le pedí que escribiera a la UAL de urgencia. Con su ayuda y la del profesor Nabil Perdú, pudimos localizar el vicerrector Julián Cuevas. Imagínate cual fue mi cara cuando Era me dijo que la universidad estaba cerrada por vacaciones...Pero aún así pudimos localizar al vicerrector y a partir de ahí tuve contacto constante con él. Ha sido casi un milagro.


¿Cuánto tiempo tarda la UAL en darte una posible solución? 

Desde que Era logra hablar con el vicerrector hasta que recibo una carta oficial de la universidad identificándome como estudiante y residente en Almería solo pasaron 2 horas. Ese documento me sirvió como aval en la embajada que informó de mi caso a la Unidad de Crisis. Gracias a esa carta de la UAL, el Ministerio de Asuntos Exteriores me proporcionó una invitación para entrar en el aeropuerto. (Suspira) Estoy realmente agradecido. 


¿Preguntaste si podías traer a tu familia? 

En la carta de invitación se me permite a mí y a mi familia venir a España. Mi hermano menor ha podido venir pero, sinceramente, cuando estuve por primera vez en el aeropuerto y vi la caótica situación...era imposible imaginar que pudiéramos conseguirlo todos juntos.


Una carta y un mapa que el vicerrector envió in-extremis sirvieron a Emran para escapar
¿Sentiste dudas? Quiero decir, ¿pensaste que no llegarías a subir al avión? 
Dudé incluso si íbamos a poder acceder a las puertas de embarque. Estuve en el aeropuerto intentándolo durante 3 días y 3 noches. Sólo dejaba el recinto de vez en cuando para ir a casa un par de horas para comer algo y cambiarme de ropa.

Y el procedimiento de entrada...¿Era ordenado, os llamaban por nombre o documento?
(Emran con un semblante serio niega con la cabeza con rapidez). El primer día sólo encontré una puerta de entrada: la ‘Sullivan Gate’ y, frente a ella, había una línea de combatientes talibanes disparando con sus fusiles y golpeando a la gente. Pude abrirme paso entre la multitud hasta llegar hasta los Talibán para mostrarle mi documentación. Les pedí que me dejaran pasar pero no me escucharon… (Emran se toca el hombro) Me golpearon violentamente... Justo aquí.

¿Cómo cruzaste esa primera línea protegida por el Talibán? 
El aeropuerto de Kabul tienes 6 puertas de acceso, y el segundo día recibí un e-mail del vicerrector con un mapa del recinto indicándome cuál era la puerta por la que debía pasar. La busqué lo más rápido posible y volví a encontrar una turba desesperada por colarse por la puerta. Creo que hay que vivirlo para creerlo, en 5 horas solo pude avanzar 20 metros. El ambiente era asfixiante y necesitaba salir del gentío para poder respirar... y eso significaba volver a empezar todo el proceso.
Lo volví a intentar durante la noche. Siguiendo las instrucciones del Ministerio de Exteriores, llevé una tela roja y amarilla para que el Cuerpo de Marines Americanos entendieran que vengo desde España, pero ni siquiera me prestaron atención.

¿Volvisteis a abandonar el recinto? 
Desde las 4 de la madrugada mi hermano y yo caminamos alrededor del recinto, buscando alguna manera de acceder al interior del aeropuerto. Honestamente, ya no sabía que hacer, fue un momento en el que el desanimo y las dudas estuvieron a punto de derrotarme. Habíamos visto el amanecer del tercer día y aún no habíamos consigo siquiera entrar en el primer recinto controlado por las fuerzas americanas. 

¿Cuándo conseguisteis entrar al aeropuerto? 
A las 14:30 del tercer día, me di cuenta la existencia de una verja con un Marine parado frente a ella. Sin duda estaba custodiándola. Cuando tuve mi oportunidad, sorteé a la gente que estaba hablando con él y me aproximé con la carta de invitación y la visa en la mano. El Marine comprobó la documentación mientras sus compañeros me apuntaban con sus rifles desde lo alto de un muro. Cuando terminó de revisar los papeles, me pidió que esperase cerca la verja.

¡Otra espera más estando tan cerca! Debió de ser demoledor. 
En ese momento ya tienes los nervios destrozados. Me has preguntado antes si llegué a tener dudas. ¿Tu no las tendrías? Ya cualquier tipo de espera, por pequeña que sea, es indicativo de que la balanza puede volver a cambiar de repente y, si bien es cierto que entrar ya se podía tocar con los dedos, no las tienes todas contigo, porque cualquier mínimo detalle podría desembocar en quedarse inexorablemente fuera. Y perder todo tipo de esperanza.

¿El soldado americano volvió a buscaros? 
Al cabo de un rato, quizás fue poco pero a mí se me hizo eterno, el Marine regresó con soldados españoles que tras revisar nuevamente mis documentos y escuchar mis palabras, nos permitieron entrar a mi hermano y a mí. Ya era cuestión de tiempo de que nos subieran al avión y esperar el despegue. Y aún así no llegas a estar del todo calmado.

Imagino que te sentirás afortunado. 
Sin duda. Jamás podré compensar a mis amigos y a la UAL todo lo que han hecho. Pero además, déjeme decirte algo, la puerta por la que accedí al aeropuerto, fue la misma que explotó en el atentado del ISIS-K días después. Definitivamente me considero más que afortunado de estar aquí.

Descanso, reflexión y deseos de ayudar
Has descansado unos días antes de esta entrevista, ¿Has podido reflexionar? 
Hasta ahora he experimentado diversas sensaciones. Sé que tengo que seguir adelante, y lo primero es dejar los pensamientos atrás, porque habrá días duros de tristeza, pero la responsabilidad de dirigir mi vida es solo mía y sólo podré ayudar a mi familia si acabo los estudios y me convierto en alguien, y, quizás, también pueda contribuir con mi país.

¿Cómo piensas que puedes ayudar a tu país? 
Ahora mismo, sólo alzando mi voz en las redes sociales tanto como pueda, pero quisiera ayudar de alguna manera.

¿Estás diciendo que serás un activista? 
(De manera lacónica) No. Sólo hacer saber lo que ocurre en mi país, tanto como pueda.

¿Hay algo que no puedas quitarte de la cabeza? 
Los talibanes estaban disparando y golpeando a cualquiera, incluso mujeres y niños. Vi como literalmente los pisaban. Fue Horrible.

Tu hermano menor ha podido venir contigo ¿Te gustaría que fuese el segundo estudiante afgano de la UAL?
Sí, estoy muy feliz por él. Está intentado aprender español y creo que podrá entrar pronto en la universidad. Especialmente por mi hermano es que debo de ser fuerte, esto es un gran trauma y sólo deseo que se centre en los estudios y sea feliz.

Almería ha recibido otros refugiados de tu país, como afgano residente en esta provincia, ¿crees que podrías serviles de ayuda? 
¡Por supuesto! Estoy seguro que las organizaciones para la acogida de refugiados tienen la situación controlada, pero si me pidieran ayuda con el idioma o búsqueda de asesoramiento jurídico, etc., estaría dispuesto a ayudarles.

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