El tocata y fuga sigue en el ‘Antonio de Torres’ de Almería tras la pandemia. Además del roto hecho a LEI (código internacional de la terminal de El Alquián) con las conexiones con Madrid por parte de Iberia, a partir del mes que viene se produce el descosido a Barcelona de la mano de la aerolínea Vueling. Si hasta ahora, la compañía con sede en la Ciudad Condal cuenta con al menos cinco vuelos semanales, en cuanto amanezca noviembre se reducirán a tres semanales: domingo, lunes y jueves.
Suele ser habitual que las aerolíneas operen a través de un movimiento que denominan de acordeón, en función de la demanda y de las épocas del año. Parece, sin embargo, que a Almería se le están juntado todos los movimientos de cierre de frecuencias al mismo tiempo.
Vueling empezó a volar desde Almería a Barcelona y viceversa con un vuelo diario a partir de 2012. No se entiende que nueve años después, con una provincia que ha visto crecer su población más de un 10% en ese periodo, el acordeón no pare de cerrarse cada vez más. Más si cabe que Vueling no tiene competencia que valga ante la falta de trenes que unan Almería con Barcelona.
Todo apunta a que puede tratarse de decisiones ejecutivas que frenan cada vez más la exposición al riesgo de mantener frecuencias ante el aumento exponencial del precio de los carburantes. Lo cierto es que Almería tiene menos vuelos regulares a distintos destinos que hace una década, con el añadido de la competencia creciente del aeropuerto de Granada y su posición de sandwinch emparedado por los grandes aeropuertos internacionales de Málaga y Alicante y la irrupción de Corvera (Murcia).
Vueling, dirigida ahora por Marco Sansavini, empezó a operar como compañía de bajo coste presidida por el exministro de Industria José María Piqué. Ahora comparte accionista de referencia -International Airlines Group (AIG)- con Iberia.
AIG es un consorcio anglo español resultado de la fusión de Iberia y British Airways con algunos accionistas principales como el Estado de Qatar que atesora el 25% de la compañía.
El presidente de la asociación de empresarios hosteleros de Almería (Ashal), Pedro Sánchez-Fortún, ha incidido en el “aislamiento” que sufre la provincia en materia de comunicaciones que, en su sector, se traducen en las dificultades para la llegada de turistas, de modo que para el próximo puente del 12 de octubre se espera una ocupación hotelera de entre un “35 o 40 por ciento” a la espera del comportamiento que se dé en las reservas de última hora.
“Que no tengamos buenas conexiones por carretera, que el tren sea del siglo pasado y que con el avión, poco a poco, nos estén quitando conexiones con Madrid más las que perdimos en su momento con Barcelona, nos van dejando cada vez más aislados”, ha lamentado el presidente de los hosteleros de Almería.
Sánchez-Fortún ha reconocido que resulta cada vez “más complicado” que los turistas puedan llegar a Almería no solo por las restricciones vigentes para determinados turistas internacionales a causa del covid-19 sino también por la ausencia de comunicaciones, que también perjudica la atracción de turistas nacionales de cara a escapadas en puentes, festivos y fines de semana. Así, aunque ha reconocido que los meses de agosto y de septiembre han sido “buenos”, las previsiones de octubre “están bajando un poco”.
Un aeropuerto con futuro incierto
Qué quedará del aeropuerto de Almería cuando entre en funcionamiento el AVE en toda su intensidad. Será quizá el momento de que las aerolíneas aviven el ingenio para mantener algo de su cuota de mercado tanto en frecuencias como en precios. Ahora Iberia y Vueling no tienen a ninguna Renfe que les tosa y a pesar de eso aseguran que no encuentran negocio en Almería para mantener vuelos. Qué será cuando entre a funcionar el tren.
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